LANDER URQUIJO: EL SASTRE VIP
Es el sastre más solicitado del momento. Reconocido en su profesión y premiado por sus diseños “locos” en un mundo, el de la sastrería, que estaba “encorsetado”. Sus puntadas hilvanan una historia de esfuerzo y sacrificio hasta llegar a donde ha llegado. La aguja y el dedal le acompañan desde bien joven. Con 16 años tuvo que dejar de estudiar y ponerse a trabajar para ganarse el pan. El destino, o la casualidad, le situaron en un negocio que le apasionó. Y el chico de los recados, poco a poco, dejó de traer los cafés y empezó a cortar patrones. El talento y el empeño hicieron el resto.
“Vendí mi casa y mi coche para montar mi primera tienda. Muchos me llamaron loco”
Hoy, aquel aprendiz de sastre ya es todo un señor, y recibe a revista Influencers en su “Apartment” del barrio de Salamanca (Madrid). Un exclusivo espacio donde Urquijo se cita con sus clientes más exclusivos.
Interior de «The Apartment» by Lander Urquijo.
¿Qué hace diferente a Lander Urquijo de otros sastres?
Hay tres pilares fundamentales que identifican nuestra marca: el primero es la calidad, nunca escatimo en eso, las telas son las mejores. El segundo es la exclusividad. Nuestros productos se fabrican en series muy limitadas, de 25/35 ejemplares -si se venden, la reposición que hacemos nunca va a ser igual, ni por tejido, ni por forro. Siempre vamos a cambiar detalles- porque consideramos que es la manera de hacer que el cliente tenga ese valor añadido de exclusividad. Y el último pilar de nuestra marca es el patronaje, lo que hace que siente bien la prenda. Yo soy un obseso del patrón. Hago muchas pruebas -a veces hasta cinco- hasta que queda perfecto. Lo que intento es conseguir que el producto esté muy pulido y siente perfecto.
Lo importante en una marca es tener una identidad propia. Eso es muy difícil. Y nosotros lo hemos hecho. Conseguir que tu traje en la calle se diferencie de otro, por las solapas, por los hombros, por detalles de la prenda… es la clave. Ser diferentes.
¿Es el de sastre un oficio con cierto olor a rancio?
Si no lo es, lo ha sido. Es un oficio muy encorsetado. Se quieren mantener muchas tradiciones que yo creo que hay que cambiar. En la sastrería son muy dados al “yo lo hago todo a mano porque siempre se ha hecho así y es mejor” Y yo considero que la tecnología está para utilizarla, hay que aprovecharse de ella. Claro que hay partes -como el montaje de mangas o el cosido de las solapas- que hay que hacer a mano. Pero en otras cosas es absurdo no utilizar la tecnología, porque ahorras tiempo, ahorras costes y al final le ahorras dinero también al cliente. Y el resultado, para mí, es mucho más perfecto.
¿Cómo ha cambiado en los últimos años la relación de los hombres con la moda?
Las nuevas generaciones se preocupan mucho más por su cuidado. En esto también ha influido mucho la tecnología. Ahí están los miles de blogs de moda al alcance de todos, o las redes sociales. Cualquiera puede saber a golpe de clic las tendencias, lo que se lleva y lo que no, y esa información hace unos años no la teníamos. Eso tiene alguna parte mala, como la sobreinformación. O que todo el mundo se crea que es un experto en moda.
Manuel Carrasco, Eduardo Casanova, Asier Etxeandía, Miguel Angel Muñoz… ¿A qué otras celebrities has vestido?
A ver… (sonríe y se queda callado) He vestido a muchas más. Pero a mí no me gusta dar nombres. Esos que has citado no me importa decirlos porque son colaboraciones con ellos para algún evento como los Goya. Pero los clientes son otra cosa. Yo como marca y concepto de negocio cuido mucho la intimidad de los clientes. Por eso no doy nombres. Hay muchos diseñadores que lo van diciendo por ahí. Pero a mí no me gusta decir a quién visto si el cliente viene y paga. Precisamente una de las cosas que tiene “The Apartment“ es esa discreción con los clientes. Te diré que hemos vestido a celebrities de todos los ámbitos: del deporte, del mundo de la televisión, de la nobleza…
¿Has vestido al rey?
>>La respuesta a esta y a otras preguntas, y las diez reglas de oro para ser el más elegante de la fiesta, solo en el número de mayo de la revista Influencers.