Lanzaderas y taxis sin conductor: ¿el futuro del transporte urbano?
Los ciudadanos estamos empezando a familiarizarnos con la conducción autónoma y los vehículos eléctricos. Los Tesla, automóviles eléctricos de alta gama, están llamados a competir, e incluso superar a los modelos clásicos de fabricantes como BMW. El Audi A8 se ha convertido en el primer vehículo del mercado en alcanzar un nivel 3 de autonomía y ya hay camiones transportando carga entre ciudades recorriendo cientos de kilómetros sin depender del conductor.
La nueva ley estadounidense que regula los vehículos autónomos dará un nuevo impulso a esta industria. El primer año, cada fabricante podrá comercializar 15.000 automóviles y, si se demuestra que son más seguros que los convencionales, tres años después el cupo subiría a 80.000.
La tecnología siempre va por delante de las leyes y en múltiples ciudades del mundo ya se están realizando viajes de prueba en un tipo de transporte público sin conductor. Se trata de los llamados transbordadores o lanzaderas, vehículos de pasajeros similares a un microbús que realizan de forma autónoma trayectos muy concretos.
Transbordores franceses
En Europa, dos empresas francesas están a la cabeza de la producción de vehículos autónomos. La startup EasyMile, con sede en Toulouse, firmó en 2017 un convenio de colaboración con la compañía desarrolladora de software Alstom para ofrecer soluciones integradas de transporte urbano. La lanzadera EZ10 es un vehículo autónomo y eléctrico que desde abril de 2015 ha realizado trayectos cortos en más de 50 ciudades de 14 países en todo el mundo. En San Sebastián realizaron el traslado de los participantes del congreso CityMobil2, mientras que en París ha podido transportar hasta una decena de pasajeros por el puente que une dos estaciones de tren. Estos vehículos autónomos, asegurados por Allianz, detectan obstáculos inesperados y cuentan con un asistente humano a bordo para reiniciar el viaje en caso de parada de emergencia. Un obstáculo que aún deben salvar es el precio: cada vehículo cuesta 250.000 euros.
Por su parte, la compañía parisina Navya describe su vehículo como “una lanzadera eléctrica, inteligente y autónoma al servicio de la movilidad”. Los responsables del proyecto aseguran que el transbordador puede transportar hasta 15 pasajeros y conducir con seguridad a una velocidad de 45 kilómetros por hora. Por el momento, ha puesto en marcha pruebas piloto en países como Australia, Singapur, Dinamarca o el aeropuerto londinense de Heathrow. Navya es una de las compañías con las que ha negociado Walt Disney para desplegar este tipo de microbuses por el parque temático de California.
Taxis robotizados
Otro de los productos estrella de Navya son los llamados robotaxis. Este servicio de transporte 100% autónomo y eléctrico utiliza diez sensores LIDAR, seis cámaras, cuatro radares, dos antenas receptoras, una unidad de medición inercial y una banda luminosa que posibilitan la circulación en entornos urbanos. El robotaxi es capaz de transportar de 1 a 6 pasajeros que pueden aprovechar el viaje para comprar entradas para un espectáculo, elegir una lista de reproducción musical o disfrutar de una visita cultural interactiva por la ciudad. En 2018, este monovolumen pionero en el mundo empezará a circular por las calles de París a modo de prueba.
Microbuses impresos en 3D
Fuera de Europa, uno de los fabricantes más importantes de vehículos autónomos es Local Motors, con sede en Phoenix (Arizona). En 2014, Local Motors se convirtió en la primera empresa en imprimir tridimensionalmente el primer coche de la historia: el modelo Strati. Olli es su primer vehículo eléctrico y autónomo impreso en 3D. El bus lleva incorporado el programa de Inteligencia Artificial Watson, de IBM, que le permite hablar con los pasajeros y responder a sus preguntas. Los ciudadanos de Washington DC ya pueden disfrutar de este servicio. A través de una aplicación, el usuario reserva el viaje y el bus va a recogerle donde se encuentre. El servicio se extenderá a a Miami y Los Angeles.