Los aficionados al fútbol se han enfrentado siempre a diversas dicotomías: ¿Boca Juniors o River Plate? ¿Sevilla FC o Real Betis Balompié? ¿Real Madrid o FC Barcelona? Pero no solo es cuestión de enfundarse una camiseta. A la hora de elegir cuál es el mejor jugador de la historia, la eterna pregunta es: ¿Pelé o Maradona? En el siglo XXI, con un empate a cinco Balones de Oro, el debate ha cambiado de protagonistas: ¿Cristiano Ronaldo o Leo Messi?
A pocos días del Clásico entre el Real Madrid y el FC Barcelona, el comparador de seguros de salud ‘Acierto.com‘ ha revelado un dato que posiciona a Cristiano Ronaldo por encima de Messi. Aunque no se conocen las cifras exactas, esta empresa calcula que el Real Madrid habría contratado una póliza con una indemnización de 100 millones de euros para proteger las piernas del portugués ante una lesión que le impidiera seguir jugando, mientras que las del argentino estarían aseguradas por la mitad: 50 millones de euros.
El récord del seguro más alto de un futbolista se alcanzó en 2006, cuando Florentino Pérez aseguró las piernas de David Beckham por 100 millones de libras (alrededor de 150 millones de euros). Otros jugadores del Real Madrid han superado el seguro de Messi: el de Zinedine Zidane era superior a 75 millones, el de Raúl González alcanzaba los 70 millones y el actual de Gareth Bale ya sube a 91 millones.
Pero, ¿cómo calcula una entidad el valor de la prima? Las entidades tienen en cuenta, no solo el número de lesiones que haya sufrido un jugador, su edad o los partidos que jugará cada temporada, sino fundamentalmente cómo es su vida fuera del campo: si tiene hábitos saludables, qué tipo de coches conduce o si realiza algún deporte de riesgo.
En la práctica, la mayoría de los jugadores de los grandes clubes tienen algún seguro y la prima suele ser de entre el 0,5% y el 4% de sus ingresos anuales. Normalmente, una única aseguradora no cubre el riesgo íntegro de una póliza de estas características si supera los 15 millones de euros, sino que lo suscriben entre varias de ellas para repartir el riesgo. Cada aseguradora se queda con una participación del seguro y se hace cargo del tramo de la indemnización que tendría que pagar en caso de que el futbolista sufriera un accidente o tuviese una lesión que le impidiera volver a jugar.
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