Leroy Merlin traiciona sus valores y a sus empleados por el dinero de Moscú
En la cima de una torre, de la que solo quedan las tripas de acero, un cartel de Leroy Merlin parece presidir un mundo postapocalíptico. El barrio de Podilski, en Kyiv, fue prácticamente arrasado por un intenso bombardeo ruso. El centro comercial, antes la casa de la firma gala, apenas se tiene en pie. El aparcamiento es un cúmulo de cenizas con restos de coches y cráteres en el hormigón. Y las antes animadas viviendas ahora no son más que esqueletos calcinados. Un terrible escenario del que las autoridades ya hablan de “asesinatos premeditados” y “violaciones de las leyes de la guerra”.
La imagen tiene todavía un componente más fuerte. En especial, por la presencia de ese letrero de Leroy Merlin como testigo de la destrucción. No ya por las imágenes que llegan, sino como iconografía de lo que está ocurriendo con la compañía francesa. Y es que la firma que dirige la multimillonaria familia gala Mulliez decidió desde el primer momento seguir con su actividad normal en territorio ruso. Así, sus grandes superficies se mantienen como testigos, esta vez en suelo ruso, de cómo el país refuerza su espiral de pobreza y represión.
Pero la fiebre del oro en la que está sumida Leroy Merlin podría estar llegando a un punto de no retorno. Y es que ya no importa tanto su caso omiso a los derechos humanos o a la solidaridad mostrada por otras compañías. Tampoco el hecho de querer aprovecharse de ello, de hecho, el abandono de otras la está beneficiando, según reconoce. La situación ha llegado hasta el punto de orquestar la discriminación de algunos de sus empleados, según denuncian los ucranianos, tolerar el ataque a sus tiendas. Incluso, supuestamente, hacer oídos sordos de la muerte de un empleado en dicho ataque.
LEROY MERLIN HACE CASO OMISO A LAS PETICIONES DE SUS TRABAJADORES
Las autoridades ucranianas constataron que unas ocho personas habían muerto en el ataque al distrito de Podilski. Una de ellas, según se está notificando en redes sociales y algunos medios, sería un trabajador de Leroy Merlin, aunque no está confirmado oficialmente. Aun así, la cifra podría quedarse corta y modificarse en los próximos días. De hecho, a primera hora de este pasado lunes las cifras que daba el Centro de Comunicaciones Estratégicas y Seguridad de la Información del Ministerio de Cultura y Política de la Información de Ucrania era de cuatro muertes y un herido. Más tarde pasó a seis.
Ese posible incremento de las cifras podría incluir también a otros trabajadores del centro o de la compañía francesa. Al fin y al cabo, las escalofriantes imágenes que llegan hacen temer lo peor. De constatarse una o la otra sería otra vía de presión más contra Leroy Merlin. Aunque de momento el grupo parece no importarle ‘pasar’ de las peticiones internacionales y de sus empleados ucranianos. Por ejemplo, a muchos de ellos les borraron el correo, según distintas denuncias aparecidas en redes sociales. La cúpula directiva también está haciendo caso omiso de las mensajes de sus trabajadores pidiendo cerrar sus operaciones en Rusia.
En concreto, los trabajadores colocaron un cartel en el que se podía leer: “Parar las ventas en Rusia”. El mensaje, inscrito en una foto de la tienda Leroy Merlin bombardeada en kyiv, fue publicado en la cuenta oficial de Instagram de la marca DIY en Ucrania. Los empleados vuelven a pedir a Adeo, el holding de Leroy Merlin, que cese sus actividades en Rusia. Además, han iniciado una petición más amplia al respecto. Pero la marca parece reacia a abandonar el país tanto por el enorme negocio que tiene como por el que cree que puede lograr próximamente.
ASÍ ESTÁ APROVECHANDO LA GUERRA LA FAMILIA MULLIEZ PARA EXTENDER SU PATRIMONIO
De hecho, la familia Mulliez mantiene intactas sus tres grandes firmas en suelo ruso: Leroy Merlin, Auchan y Decathlon. Además, también reconoce internamente que la salida de otras grandes empresas del país, como por ejemplo Ikea, le está ayudando a aumentar sus ventas. En concreto, The Telegraph tuvo acceso a una carta que circulaba entre la cúpula directiva de Leroy Merlin que señalaba cómo «las ventas han aumentado significativamente» desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero. Aunque parece estar dispuesto a ir a más para aprovechar todavía la situación.
Y es que la compañía francesa está trabajando para expandir sus proveedores y poder producir todos los productos de su catálogo en suelo ruso. De hecho, en la misiva descubierta por el rotativo británico también se podía leer: «Desde la desaparición de ciertas empresas del mercado, estamos abiertos a sus propuestas sobre el aumento de la oferta y el aumento de su surtido de productos (…) En los próximos tres o cuatro meses, planeamos reemplazar completamente los productos importados con los producidos en Rusia”. Finalmente, Leroy Merlin podría ampliar su ya extensa red de tiendas en Rusia, dónde opera unas 112.
En definitiva, Leroy Merlin ha vuelto a demostrar una cultura empresarial de dudosa conciencia social. Antes, al menos, solo lo hacía con los clientes, pero ahora la línea que puede estar cruzando con sus empleados y las relaciones con determinadas oligarquías puede ser un punto de no retorno. Un punto de inflexión que equivale, también, para Auchan y Decathlon. De hecho, El vicepresidente de la Professional Sport & Outdoor Association francesa, Yannick Vallencant, bautizó como “una mierda” la ética del grupo. Quizás más pronto que tarde esa conciencia se extienda por toda Europa hasta entonces la familia Mulliez podrá disfrutar de sus monedas de plata.