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Lidl, Aldi, Alemania y la verdad del boicot a España

Lidia Vega| 9 de junio de 2023

Una vez más, el campo español vuelve a estar en el centro de la polémica agroalimentaria europea. Después de nuestros tomates, naranjas o aceite, ahora le ha llegado el turno a las fresas que se cultivan en Huelva. En concreto, a las del entorno de Doñana. Sin embargo, en esta ocasión, quien está presentando batalla contra los cultivos andaluces es Alemania declarando un boicot a sus fresas.

El origen del conflicto se remonta hace unas semanas, cuando el gobierno autonómico del PP de Andalucía, presidido por Juanma Moreno, propuso una legislación en la que, según los críticos, se legalizarían hasta mil pozos (hasta ahora ilegales) que utilizan los agricultores de la zona y que podría secar, aún más, Doñana, uno de los humedales más importantes de Europa.

Una proposición del Ejecutivo andaluz que pretende reorganizar los regadíos de la Corona Norte de Doñana para «mejorar la ordenación de las zonas agrícolas del Condado de Huelva, en los términos de Almonte, Bonares, Lucena del Puerto, Moguer y Rociana del Condado (Huelva)».

Pese al rechazo de la oposición y del Gobierno central, el PP afirma que no autorizará ninguna extracción de aguas del acuífero de Doñana, mermado por los pozos ilegales y la sequía, y que se concederá el derecho de riego a nuevas hectáreas a través del agua superficial que llegaría a través del trasvase de la demarcación Odiel-Tinto-Piedra que, según la Junta, tiene que acometer el Estado. Y que por eso no se perjudicaría la zona.

Aprovechándose de la situación, la plataforma alemana Campact ha lanzado una campaña para boicotear a la fresa de Huelva. «En España, el patrimonio natural mundial Doñana se está secando. Pero la industria de la fresa extrae aún más agua de fuentes ilegales en el centenario parque nacional. Gran parte de la fresa española se vende a Alemania», explica en un comunicado la plataforma.

El objetivo que tiene Campact con esta iniciativa es presionar al gobierno andaluz a que retire la proposición de ley para ampliar la superficie regable con aguas superficiales en la Corona Norte de Doñana. Con este afán, la plataforma incita a cuatro supermercados alemanes, Lidl, Aldi, Edeka y Rewe, a que se sumen a esta guerra.

«En Alemania, cuatro cadenas en particular dominan el mercado alimentario: Edeka, Lidl, Rewe y Aldi. Compran la mayor parte de las fresas secas de España a pesar de saber que el sitio del patrimonio mundial está en peligro de secarse. Hace un año, los gigantes de los supermercados apelaron en una carta al Gobierno regional para proteger el Parque de Doñana. Desafortunadamente no pasó nada. Es por eso que los supermercados ahora tienen que sacar conclusiones y presionarlos económicamente, con una parada de ventas«, señalan.

 

Lidl y Aldi desobedecen a Alemania

Sin embargo, al menos las dos cadenas que operan en España, se han posicionado a favor de España, haciendo oídos sordos a las razones dadas desde Alemania para el boicot. Ambas cadenas han confirmado que van a seguir abasteciéndose de la huerta española y, en concreto, con las fresas de Huelva y sus productores.

En parte, según sostiene Aldi, por la «exigente calidad del producto». Sin embargo, este último supermercado también ha matizado que se han comprometido a «trabajar solo con aquellos productores que, en caso de estar ubicados en zonas catalogadas como de riesgo hídrico, demuestran hacer uso razonable y sostenible del agua de regadío».

Aldi recuerda que, en 2022, introdujo normas específicas centradas en la gestión del agua o en métodos de producción más sostenibles y que se clasificó a Andalucía, que incluye la región de Huelva, como «región de riesgo en términos de escasez y calidad del agua».

Esta renuncia es especialmente dolorosa para Alemania, ya que coincide con la renuncia de la delegación de parlamentarios alemanes a viajar a Andalucía para conocer de primera mano la situación hídrica del regadío de la fresa en Doñana. En principio iban a venir a nuestro país una delegación formada por nueve diputados de la Cámara baja de Alemania, Bundestag, para esta investigación, pero lo que ha hecho es sacudir más el avispero en el que estaban encalladas las posturas entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía.

 

Lo que España pierde con este boicot

Aunque los supermercados alemanes que operan en España no se están sumando a este boicot, lo cierto es que la postura del gobierno germano está haciendo mucho daño a España. Lo primero, a su reputación internacional. Tal y como señala la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, los agricultores «se enfrentan a un riesgo real para su reputación».

Además de la reputación, también pueden perder mucho dinero. El 30% de las fresas que importa Alemania provienen de Huelva. El sector de la fresa y los frutos rojos representa el 11,3% del PIB de Huelva, genera 100.000 puestos de trabajo directos, 160.000 indirectos y produce el 98% de frutos rojos que se cultivan en España y el 30% en la UE.

Es por eso que, de seguir adelante con esta guerra entre ambos países, los mayores perjudicados serán los propios agricultores, que tendrán que malvender el producto que no va a comprar el país germano para no perder aún más dinero.

Para tratar de defender su postura, la asociación interprofesional de la fresa andaluza, Interfresa, ha afirmado que todas las fresas que se comercializan en Alemania cuentan con un certificado que acredita el uso legal y responsable del agua para el cultivo.

La asociación recalca que el 100% de la fruta exportada cuenta con la certificación Spring de Global G.A.P IFA para cultivos, que avala a productores y comerciantes en la gestión legal, eficiente y responsable del agua que usan para el riego. Unas certificaciones que tienen, desde hace bastante tiempo, tanto Lidl como Aldi, así como el resto de supermercados alemanes interpelados.

¿Realmente Alemania está preocupada por Doñana o por su propia economía? Más allá de la sequía latente que vive desde hace años el parque natural, parece que los germanos quieren sacar rédito. Hasta la fecha, la fresa producida en Alemania se vende a un precio mucho más bajo que los frutos españoles. De esta manera, al promover este boicot, la fruta nacional no tendría competencia y podrían subir el precio.

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