Los 5 problemas a la hora de internacionalizar una marca
Brandsdistribution explica los retos que deben superar quienes buscan vender fuera de sus fronteras.
El mundo ya es global. El hecho de poder acceder a través de Internet a cualquier lugar del mundo en tiempo real o de tener la capacidad de estar permanentemente conectados sin importar la distancia o el momento del día, hacen que las fronteras entre países sean una especie de extinción. A ello ayudan movimientos políticos modernos, como Schengen o los recientes acuerdos en Centroamérica para crear zonas de libre comercio, y que suponen un acercamiento entre países que buscan derribar las fronteras entre ellos para sobrevivir en un mundo muy competitivo. Pero todavía quedan resquicios de un pasado menos internacional. Será cuestión de tiempo que cambien, pero mientras llega ese momento, sigue habiendo quebraderos de cabeza para las empresas que quieren vender fuera de su territorio inicial. Brandsdistribution las ha evaluado y da una serie de consejos para que no se conviertan en un freno a la internacionalización de las marcas y a la propia evolución de la sociedad.
1- Tasas de envío, aduanas y almacén
La internacionalización aconseja disponer de almacenes en distintos puntos del Globo para evitar demorar en exceso el tiempo de envío, dado que los clientes exigen cada vez mayor celeridad para recibir sus compras. Además, reducir la distancia de envió permitirá ofrecer menores gastos a los clientes. Asimismo, es importante dejar en manos de profesionales la gestión de los controles aduaneros para reducir los posibles contratiempos.
2- Intermediarios
A veces es necesario asociarse con algún intermediario potente en nuestro lugar de destino, por lo que es importante realizar una adecuada criba para quedarse únicamente con líderes en cada mercado que puedan asegurar un buen posicionamiento del producto.
3- Evaluación del posicionamiento
Siguiendo con lo anterior, la internacionalización requiere la realización de un estudio de mercado previo que permita observar a la competencia directa de nuestro producto para adecuarse a cada país, dado que cada mercado tiene sus propias características y peculiaridades. Es vital para poder conectar con el público, y aquí el producto casi se queda en un segundo plano.
4- Atención al cliente
Si queremos vender fuera de nuestras fronteras, el servicio de atención al cliente debe ser multilingüe. De lo contrario, ante cualquier problema nuestros clientes se sentirán indefensos y no podrán valorar positivamente a nuestra compañía. El inglés es el idioma básico y el mínimo requerido, pero la lógica indica que si podemos ofrecer soporte en el idioma mayoritario de cada país, será mejor para nuestra imagen de marca y para la propia experiencia de cada cliente.
5- Gestión de pagos y divisas
Vender fuera de España o de la Zona Euro supone un reto a la hora de gestionar pagos con distintos proveedores en distintas divisas. Es importante dejar este asunto en manos de especialistas que permitan poner orden en la maraña de diferencias con las que tenderemos que empezar a trabajar.