Los bares como punto de encuentro universal reivindican su emoji
“Bares qué lugares, tan gratos para conversar”… Ya lo decía Gabinete Caligari en su mítica canción, no hay nada como los bares para encontrarse, reunirse y compartir.
El origen de los bares se remonta a la Grecia Clásica. Desde allí se extendieron por Europa y, en la Edad Media, las tabernas ya estaban plenamente consolidadas. España es el país con mayor número de bares por habitante, 1 por cada 175, según datos del INE, con más de 277.000 establecimientos abiertos, aunque la crisis derivada del covid-19 ha provocado el cierre de muchos de estos emblemáticos locales. Según datos de la patronal hostelera, alrededor de 85.000 establecimientos hosteleros han tenido que bajar la persiana a causa de la pandemia.
El término «bar» se usa en más de 40 idiomas
La palabra “bar” proviene del inglés con el significado de ‘barra o barrera’, y designaba originalmente a la barra que se encuentra en la parte inferior del mostrador, donde los clientes descansan sus pies mientras disfrutan su consumición sentados en altos bancos. El término se usa en más de 40 idiomas, desde el albanés hasta el yidis. “Somos países y culturas muy diferentes que compartimos mucho más que esas tres letras porque el bar es el lugar donde queda el mundo” afirman desde la cervecera Ambar.
BARES, «EL LUGAR DONDE QUEDA EL MUNDO»
Bajo esta premisa, ahora Ambar presenta El lugar donde queda el mundo, una pieza documental enmarcada en la cultura del bar en Europa, que reivindica la importancia de este mítico establecimiento como punto de encuentro social y cultural en todo el planeta. Y está disponible en Movistar+ y en los distintos canales digitales de la marca cervecera.
En este documental se recogen datos, curiosidades y testimonios de algunos de los bares más icónicos del mundo y de quienes cada día viven su realidad detrás de la barra. Así se descubre que hay bares protegidos que han sido declarados como patrimonio o que el más antiguo de Europa (y probablemente del mundo) está en Irlanda.
Ángela, de la cervecería Alonso en Madrid (fundada en 1957), nos cuenta su testimonio. Para ella, sus compañeros de barra son como su familia desde que viniera de Rumanía hace 20 años y, en su opinión, el bar responde a una necesidad básica del ser humano: relacionarse con el prójimo, una práctica algo abandonada por las circunstancias que nos rodean.
Ángela nos aporta algunas claves para elegir el mejor local: «Donde hay más cáscaras en el suelo, ahí es donde se nota que entra más gente en los bares», el signo inequívoco de que se come bien. «El bar es la vida del barrio, el punto de encuentro de gente de todo tipo de condición», afirma por su parte Daniel, cuarta generación al frente de la Casa del Abuelo, el bar que puso de moda el tapeo con gambas allá por las años 50
#EMOJIBAR
Siendo el bar punto de encuentro y lugar por excelencia donde una gran parte de la humanidad establece sus relaciones sociales, todavía no tiene representación en el lenguaje más universal: el alfabeto “emoji”. Estos iconos, que están presentes en todos los dispositivos electrónicos, ayudan a expresarnos de una manera más rápida y visual.
Con el hashtag #emojibar, puedes ayudar a que los bares consigan su tan ansiado emoticono
Dispuestos a ponerle solución, Cervezas Ambar presentó el pasado mes de julio a Unicode (el organismo encargado de decidir qué iconos tienen presencia en las pantallas de todo el mundo), la candidatura oficial para que el bar tenga su merecido emoticono. Para ayudar a la causa, ya es posible apoyar la candidatura usando el hashtag #emojibar en redes sociales.
“Conseguir que se añada el emojibar a este lenguaje del siglo XXI es responder a una realidad social que va más allá de España y, además, le otorga un papel fundamental en nuestras conversaciones digitales. Creemos que reivindicarlo desde aquí, con el rico patrimonio hostelero que tenemos, y hacerlo desde una cervecera, es la combinación perfecta” dicen desde Ambar. Y es que, “no hay como el calor del amor en un bar”.
AMBAR, 100 AÑOS DE INDEPENDENCIA A LA ZARAGOZANA
Fundada en Zaragoza en el año 1900 como ‘Fábrica de Cerveza, Malta y Hielo’, Cervezas Ambar es una cervecera independiente española que mantiene el espíritu de empresa familiar en constante evolución. La compañía se empezó a gestar en el año 1898, cuando un grupo de amigos influyentes de Aragón, entre los que se encontraba el alcalde de Zaragoza, Ladislao Goizueta, encontraron en la fabricación de cerveza una salida a la abundante cebada que se cultivaba en la comunidad aragonesa.
La Zaragozana, como se llamó en sus inicios, obtuvo reconocimiento internacional desde muy temprano. En 1902 consiguió el Diploma de Honor con Gran Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Londres, y algunos años más tarde lograría medallas de oro en las exposiciones de París, Madrid y en la Exposición Hispano-Francesa de Zaragoza del año 1908. La Zaragozana produce también, bajo licencia, las cervezas Moritz, de origen barcelonés, y, a través de su filial Cobecsa, embotella el Agua de Lunares, también en Zaragoza. Asimismo, respalda al equipo paralímpico español en su carrera por el oro.
Recientemente, ha puesto en marcha su nueva fábrica a las afueras de la ciudad con la tecnología más actual en cervecería, en la que ha invertido 70 millones de euros. Cervezas Ambar exporta a más de una veintena de países de los cinco continentes: EE. UU., Australia, Japón, Singapur, Inglaterra, Francia, Italia, Andorra, Suiza, Canadá, Portugal, Kuwait, México o Libia, entre otros.
