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¿Los deportistas de élite nacen o se ‘harán’ con tecnología?

Silvia Leal| 13 de abril de 2021

Toni Nadal está considerado por muchos como el mejor entrenador de tenis del mundo. Ha logrado pasar a la historia como mentor y entrenador de su sobrino, Rafa Nadal, así que se lo pregunté en Mallorca el día que le entrevisté para mi serie de televisión, La Cuarta Revolución: ¿Llegaremos a tener deportistas de élite con poco talento y mucha tecnología?

Y me respondió con estas palabras: «Yo dudo que lleguemos a tenerlos. El talento lo tienes que trabajar y el que lo trabaje mejor será el deportista de mayor rendimiento».

Y es lógico porque, por desgracia, la dura realidad es que todo cuerpo tiene un límite (o, mejor dicho, muchos) y, por más que nos esforzásemos, conseguir convertirnos en deportistas de élite hoy sería, para la mayoría de nosotros, simplemente, algo imposible.

¿Y si con la tecnología pudiéramos llegar algún día a ‘comprar’ el talento?

Pero ¿y si reformulásemos la pregunta? ¿Y si con la tecnología pudiéramos llegar algún día a ‘comprar’ el talento? ¿Podría llegar ese momento? Algo me dice que quizás no sea un futuro tan improbable…

Según un estudio publicado en la revista Nature Medicine, los mejores corredores de maratón del mundo tienen en sus intestinos un nivel más alto de una bacteria llamada Veillonella que el resto de las personas.

¿Tan solo una casualidad? Para tratar de aclararlo, un equipo de investigadores administró la bacteria a unos ratones que, tras recibir su dosis, corrieron un 13% más rápido que sus compañeros.

También resulta fascinante un artículo de la revista Nature según el cual muchos de los mejores deportistas del mundo tienen una variante específica del ACTN3 (gen alfa-actinina 3). Se trata de un gen que compartimos todos, pero que en su caso pertenece a una tipología específica (bautizada como tipo R) que produce una proteína que actúa sobre fibras de contracción muscular facilitando actividades explosivas como los sprints, por lo que este gen ha sido bautizado como el ‘gen de la velocidad’.

Está claro que, en ambos casos, los deportistas comparten una ‘ventaja evolutiva’ que les proporciona mayor rendimiento, pero ¿se han abierto también las compuertas hacia el dopaje genético?

Editores de la genética

El CRISPR es un ‘editor genético’ que funciona como unas ‘tijeras moleculares’ capaces de ‘cortar y pegar’ material genético en cualquier célula del cuerpo, y lo hace de forma tan sencilla que, para muchos, llegará a revolucionar la terapia génica, una técnica de tratamiento que introduce genes específicos en las células de un paciente enfermo para combatir ciertas patologías.

¿Cuál podría ser el impacto de algo así en el mundo del deporte? ¿Los deportistas de élite nacen o se podrían llegar a ‘hacer’? ¿Entramos en la era de los ‘superatletas’?

 

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