Lucía Caraballo: «Supe que quería ser actriz desde pequeñita»

Este 2025 promete ser el año de la actriz que nos conquistó en aquella miniserie de la que se habló mucho, estrenada en 2022: No me gusta conducir. Lucía Caraballo fue la alumna de Botto que parecía tener una sabiduría innata y que hablaba con la misma sensibilidad con la que suena su voz normalmente. Hoy, por ejemplo, en esta entrevista. En marzo se estrenó la divertidísima serie Perdiendo el juicio (Atresplayer). Esperamos fecha para el comienzo de otra de Netflix que protagoniza junto a Luis Zahera. Y para el estreno de la película que reunirá a todo el reparto de El otro lado de la cama, esta vez llamada Todos los lados de la cama.
¿Cómo definirías a Barbie, tu personaje en Perdiendo el juicio?
Ella forma parte de dos universos: por un lado, trabaja en un bufete de abogados de gran nivel; y, por otro, es una becaria en situación de precariedad absoluta y que viene de un barrio muy humilde. Es una persona con mucha calle, pero también muy apasionada por el derecho. Y comparte trabajo con otro becario, Bosco, un ‘cayetano’ que ha crecido en un entorno muy diferente al suyo. Todo esto genera muchas situaciones absurdas de comedia.
¿Trabajaste mucho su forma de hablar?
A mí me encanta, en general, trabajar la forma de hablar de los personajes. Por que a veces solo eso ya me trae todo lo demás. Y creo que Yolanda (de No me gusta conducir) es el único personaje que habla como yo. Cuando me llegó el personaje de Barbie me presenté al casting con un acento muy marcado de Madrid. Ese que dice ‘talego’ en lugar de ‘hasta luego’. Por supuesto a Bosco lo llamo ‘Bojco’. Lo que pasa es que después, según fue avanzando el rodaje, me pidieron que lo suavizara. Porque al final ella va cambiando y hablando de forma más parecida a la de la gente del círculo de trabajo.
¿Por adaptación?
Yo diría que por ‘contagio’. Ella se siente muy orgullosa de sus orígenes y lleva a su barrio por bandera. De hecho, recurre a él a menudo para solucionar problemas. Y eso es algo que me gusta mucho de este personaje. Por eso no diría que cambia para encajar ni adaptarse, sino porque pasa la mayor parte de su tiempo con gente que habla así y todo se pega. No lo hace de forma meditada.
¿Por qué nos recomiendas verla?
Porque es superchula, recupera la esencia de las series con las que hemos crecido, las que reunían a las familias los jueves. Se ve muy fácil porque, aunque la trama avanza capítulo a capítulo, cada uno de ellos es autoconclusivo. Y te deja muy buen sentimiento: tiene comedia y corazón.
¿Qué series veías tú?
Pues precisamente he dicho ‘los jueves’ porque justo últimamente me he reunido con amigas ese día de la semana para volver a ver las que nos gustaban en el pasado: Un paso adelante, Los Serrano, Física o Química, El Internado, Águila Roja…
¿Cuándo supiste que querías ser actriz?
Lo supe desde pequeñita. Era muy tímida, me metía debajo de la mesa en las reuniones familiares… Pero me apunté a teatro cuando iba al colegio y me empezó a encantar. Era muy pequeña cuando llegué a casa diciendo que yo quería hacer películas y mis padres me prometieron que, cuando cumpliera 8 años, trabajaría en una. Y lo cumplieron [imaginamos que se refiere a su aparición en Hospital Central en 2007 y al primer papel de cine en Carne Cruda, en 2009]. Mis padres me apoyaron mucho desde el principio y me encontraron un representante. Pero hay un porrón de niños y a mi madre le dio rechazo el universo infantil de cine y televisión. Tanto que a veces me engañaba y, cuando le preguntaba si me habían cogido para algo en lo que sí había sido seleccionada, ella me respondía: ‘Ay, no, nenita, esta vez no te han elegido’… Tuve la suerte de encontrar mi vocación superpronto. Pero no es un mundo para niños, ahora entiendo a mi madre. Es un mundo laboral y los niños deben estar muy protegidos.
Las esperas entre un papel y otro son muy duras, ¿qué haces para sobrellevarlas?
Me prometí a mí misma hace tiempo que esto no sería la razón de mi felicidad. Porque es una profesión tan vocacional, y tan personal, con la que te identificas tanto, que casi respondería cuando me preguntan mi nombre: ‘Lucía y soy actriz’. Llega un momento en que es importante empezar a identificarte con otras cosas. A mí me apasiona la historia del arte. Este año no he podido empezar a estudiar porque tengo demasiados proyectos, rodajes y promos, pero empezaré en cuanto pueda.
¿Cómo es el proyecto que has protagonizado junto a Luis Zahera?
Tengo toda la ilusión del mundo con esa serie. He disfrutado muchísimo rodando y creo que soy otra persona después de ese trabajo. Además, he tenido la suerte de estar con Zahera, que es un genio. Y se trata de una historia preciosa en la que los animales son muy importantes, rodada en la Galicia rural.
Se espera que sea un gran éxito.
Yo de eso me desvinculo. Ojalá porque lo merece, pero no se sabe nunca lo que puede pasar… No quiero tener expectativas.
¿Cómo lleva una animalista como tú el rodaje con animales?
Ese era un tema que me daba bastante miedo. Pero tengo que decir que en esta serie he visto que se ha tenido un gran cuidado para que estén perfectos en todo momento. Netflix puso supervisores para cada uno de ellos. Para mí también era importante que no se fomentase la venta de animales, porque eso hubiera supuesto un no rotundo. Y así fue. La verdad es que escucharon todas mis opiniones. Es una serie que va a gustar a los animalistas. Se mira con amor a todos los animales, a los de granja también. El veterinario, Luis Zahera, está en plena crisis precisamente porque no está de acuerdo con el trato que reciben.
¿Qué piensas de la Ley de Bienestar Animal?
Tengo que decir que no estoy informada a fondo y que no conozco el porqué de la polémica que ha generado. Sí sé que prohibe cosas con las que estoy completamente de acuerdo, como dejar a un animal solo en un coche. Y he hecho uso de ella. Una vez descubrí a un yorkie solo en un coche y, después de mucho esperar y vigilar a ver qué pasaba, entré en el restaurante que había al lado para preguntar a gritos quién era el que lo había dejado ahí tanto tiempo. El señor en cuestión me llamó sinvergüenza y al final llamé a la policía.
¿Crees que eres una persona especialmente sensible?
He hecho mucha terapia para encajar, pero hay detalles en los que creo que no lo soy tanto. Por ejemplo, soporto los ruidos o las luces mucho mejor que la gente con exceso de sensibilidad.
¿Qué es para ti la belleza?
Me encanta esta pregunta porque llevo un tiempo reflexionando sobre esto. Por primera vez en mi vida estoy superconforme con mi belleza. Y eso es porque me he dado cuenta de que, para mí, belleza es identidad, es expresión. Y gracias a este concepto abrazo mis peculiaridades físicas. Pero de verdad que si he llegado aquí ha sido a base de hacerme preguntas sobre el tema, analizar y reflexionar. Cada vez veo menos sentido a la belleza canónica.
Tus olores favoritos.
Mi madre nunca ha usado perfumes, le dan dolor de cabeza. Pero a mí sí me gustan. Soy de florales, y de vainilla. Me gusta mucho This is her, de Zadig y Voltaire, y también Flower by Kenzo.
¿Cómo cuidas tu piel (si es que lo haces)?
Sí, me cuido un montón. Me acabo de hacer un barrido de luz. No quiero modificar nada, pero como he tenido mucho acné me he acostumbrado a hacerme limpiezas, peelings y barridos de luz. Y me cuido en casa con cremas y sérums. Tengo mi piel supercontrolada con ácido salicílico, retinol y otros… Mi marca favorita es La Roche-Posay.
Un deseo para esta primavera.
El mismo que pedí en Santiago de Compostela la última vez que estuve: encontrar personas en mi camino que me hagan sentirme apoyada y querida. No es fácil tener un grupo de amigos en el que encajar. Yo he tardado en encontrarlo.
Foto: Carlos Villarejo
Estilismo: Antonia Payeras
Maquillaje: María García
Total look: Maison Margiela