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La encrucijada de Mapfre que inquieta a sus empleados: baja rentabilidad y digitalización

Ángel Sánchez| 6 de mayo de 2021

Mapfre destruyó empleo en España durante el primer trimestre de 2021. Un leve retroceso del 0,4% que, sin embargo, ha despertado una inquietud latente entre la plantilla a que se acometan recortes más profundos próximamente.

La principal razón es el difícil contexto por el que atraviesa el sector financiero, en el que se incluye el asegurador, por la creciente digitalización y los efectos laborales que tiene. Pero también hay razones para desconfiar dentro de la propia compañía. Principalmente, porque la firma que preside Antonio Huertas lleva años recortando bruscamente el número de trabajadores fuera del país.

El sector asegurador, hasta la fecha de hoy, se ha mantenido en una especie de burbuja frente al resto. Así, mientras que la banca o la industria textil lleva años ideando fórmulas mixtas para dar cabida a la distribución online, las aseguradoras se han mantenido con un fuerte desempeño de su negocio físico. Mapfre es uno de los mejores ejemplos de ello, al menos en España. De hecho, su cifra de empleados en el país se incrementó cerca de un 6% entre el 2016 y el 2020. El crecimiento contrasta con los ajustes continuados que han ejecutado las entidades de crédito, entre otras.

Pero el año 2020 lo cambio todo. Y el 2021 está siendo el reflejo de esa profunda transformación. En especial, a la hora de dar una mayor importancia al canal digital para la venta de productos y servicios. De hecho, los miles de despidos anunciados por los grandes bancos en los últimos meses no son más que un reflejo de lo anterior. Un destello, el del crecimiento online, al que ni el imperturbable sector asegurador parece que podrá resistirse. De hecho, la reducción de plantilla de Mapfre en España es el primer recorte en, al menos, el último lustro.

 

Mapfre ha reducido un 18% su plantilla fuera de España

Entonces, por un lado, tenemos un catalizador muy potente de destrucción de empleo tradicional como es la digitalización. Por otro, un incremento notable de la plantilla en España. Y, por último, el primer pequeño mordisco al número de trabajadores en un lustro. Una serie de ingredientes que han levantado cierto recelo entre los trabajadores y los sindicatos por cómo puede ser su futuro próximo. Más si cabe, dado el difícil contexto que tienen alrededor tras los miles de despidos efectuados por algunos de sus socios de negocio.

Aunque para conocer ese futuro próximo, quizás no haya que frotar una bola de cristal, simplemente podría valer con echar un vistazo a lo que ha hecho la propia aseguradora. Al menos, fuera de España. Así, si se estudia la evolución del apartado ‘Otros Países’ dentro de ‘Empleos a Cierre del Periodo’, se puede apreciar que Mapfre lleva años reduciendo su plantilla. En concreto, entre el primer trimestre de 2016 y el de 2021 el ajuste ha ascendido a 4.880 empleos, lo que ha supuesto un 18% del total.

Además, el recorte se ha efectuado de manera sistemática, ya que en todos y cada uno de los seis años de la serie hay destrucción de empleo. Todo lo contrario a España, donde ha habido incrementos hasta que en este 2021 se ha roto la serie al alza para iniciar, probablemente, una nueva senda de ajuste laboral. Aunque la intensidad de éste dependerá, principalmente, del crecimiento del canal digital en el sector asegurador. Al fin y al cabo, si Mapfre no es capaz de adaptarse a la nueva revolución se verá arrastrada por muy grande que sea.

 

El mercado no se cree el discurso de Huertas

Un hecho que se refleja en su evolución bursátil. En la actualidad, los inversores valoran a Mapfre en 5.400 millones, lo que supone un 60% de su valor en libros. Para la compañía el problema es del mercado no de ellos. Así, el director general corporativo financiero, Fernando Mata, explicó recientemente que «ahora mismo el mercado no reconoce todo el potencial y las capacidades de Mapfre. Hemos tenido una recuperación moderada, modesta, pero muy lejos de lo que pensamos que merecen todas nuestras capacidades».

Pero la película es bastante distinta. De hecho, el mensaje de «no somos nosotros, es el mercado, que no nos valora» es un recurso que ha sido muy utilizado por los directivos de banca, ante la misma cuestión de por qué cotizan con tanto descuento en Bolsa. Aunque la explicación es otra. Las entidades de crédito han cotizado sistemáticamente por debajo de su valor en libros porque su rentabilidad, medida como ROE o beneficios entre patrimonio neto, estaba por debajo del coste de capital. En otras palabras, destruyen valor y por eso la cotización cae por debajo de su valor contable.

El caso de Mapfre es calcado. El ROE de la aseguradora en 2021 ha sido del 7,1%, en 2020 apenas fue del 6,1%, muy por debajo del coste de capital que se sitúa entre el 9 y el 10%, según el Banco de España. Por tomar una referencia, Línea Directa, que acaba de salir a Bolsa, presenta una rentabilidad superior al 25%. Al final, el problema de la firma, como el de los bancos, es que es muy poco rentable. Un problema al que las entidades de crédito están dando solución con fuertes ajustes en sus plantillas, entre otras cosas. Todo indica que a Mapfre y a Huertas no les va a quedar otro remedio para sumar rentabilidad.

 

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