Mapfre cerca del caos: nadie cree en los planes de Huertas
“No nos da mucha confianza”. Así de tajantes se muestran algunas fuentes financieras acerca del futuro de Mapfre. La desconfianza es compartida, también, por los bancos de inversión. La firma que preside Antonio Huertas presentó durante la Junta de Accionistas el Plan Estratégico 2022-2024, que debe ser la guía de la compañía en los próximos años. Una hoja de ruta que, sin embargo, no ha convencido a los inversores por su “pobre continuismo”. Eso deja a los accionistas en una posición difícil. Aunque no todo es desconfianza, ya que sí hay una certeza asegurada: Huertas y su equipo saldrán ganando mucho dinero.
Y es que en la Junta de Accionistas del 2022 se presentó (y aprobó) otro documento también importante: La política de Remuneración de los Consejeros para 2022-2024. Un plan que asegurará unos pagos recurrentes para Huertas y su personal de confianza que oscilará entre los 20 y los 30 millones de euros en los próximos tres años. Y es que solo en forma de retribución fija cada consejero ejecutivo pasará a percibir 2,3 millones de euros. Una cantidad que supone cerca de un 137% más que el primer sueldo como presidente que obtuvo el extremeño. Aunque todavía hay más.
La parte variable del nuevo sueldo del presidente, y de sus hombres, asciende a un total de 3,5 millones brutos. Aunque para llegar a esa cifra, la compañía deberá alcanzar distintos hitos ligados a la rentabilidad, medida bajo el formato de ROE (beneficios entre fondos propios) y beneficios netos. Una práctica que busca acompasar los intereses de la directiva con los de los accionistas. Pero que, sin embargo, siempre suele tener muchas trampas. Una por ejemplo es que se cobra aunque no se consiga el objetivo (que no es público), otra es que suele ser bastante bajo, además, de que se incluyen otras partidas más fáciles para engordar la cifra.
EL ARDID EN LOS SALARIOS DE LOS CONSEJEROS DE MAPFRE
Sin ir más lejos, Huertas y su equipo de confianza recibieron cerca de 1,2 millones adicionales durante la pandemia por cumplir los hitos en rentabilidad. Un pago que no tenía detallado el nivel requerido para realizarlo, pero que se sobreentiende que era pequeño, ya que por aquel entonces el ROE no llegaba ni al 6%, y aun así se hizo. En esta ocasión, para el año 2022, se han establecido algunos objetivos independientes ligados al Ratio Combinado de Autos Global y al porcentaje de crecimiento de primas imputadas y variación de gastos imputados (excluidos los de vida ahorro).
En total, la suma de conseguir ambos hitos engorda el salario de Huertas en cerca de 320.000 euros. Y, obviamente, dados los resultados obtenidos anteriormente, no es excesivamente difícil. Así, en el caso de los autos, Mapfre sigue liderando muchos de los mercados en los que está presente, aunque su dominio se está evaporando poco a poco. En el caso de las primas y los gastos imputados, las mismas deberían crecer, por el simple efecto rebote, mientras los costes van a la baja por el mismo efecto. Además, se elimina vida ahorro, que en 2021 tuvo muy buenos resultados.
Desde el año 2019, las primas emitidas en dicha área se han hundido hasta un 18,8%, al pasar de 6.639 millones a 5.388 millones
Todo ello hace bastante asequible para Huertas y el resto de consejeros y directivos sumar el variable. Incluso, cuando la compañía no termina de carburar. De hecho, en 2021 el negocio todavía estaba muy por debajo del que mantenía en 2019. En concreto, las primas emitidas y aceptadas totales, el grueso de sus ingresos, fue el año pasado de 22.100 millones, mientras que antes de la pandemia superó los 23.000 millones. Además, está por debajo tanto en el agregado de vida como en el de no vida.
EL ÁREA DE AUTOS DE MAPFRE SE DESANGRA
Especialmente doloroso es el apartado de autos, el gran baluarte de Mapfre, que está en plena caída libre. Desde el año 2019, las primas emitidas en dicha área se han hundido hasta un 18,8%, al pasar de 6.639 millones a 5.388 millones. Aunque es todavía peor, ya que en 2021 fueron inferiores incluso a las del 2020, cuando se alcanzó la cifra de 5.601. Y, por último, es muy probable que en 2022 no se recupere la tendencia al alza. De hecho, los analistas advierten de que durante el primer trimestre la aseguradora española se enfrentará a “una presión continua por las menores ventas de automóviles”.
A su vez, la firma también está sufriendo mucho en el apartado vida, que incluye vida riesgo y vida ahorro. La caída acumulada desde el año 2019 alcanza el 13%, aunque a diferencia del caso anterior sí ha mejorado las cifras obtenidas en 2021. Además, los inversores esperan que a lo largo de 2022 esa partida sí tenga un mejor recorrido y pueda recuperar pronto lo perdido durante la pandemia. Pero no será sencillo, ya que la competencia cada vez es más fuerte y a los actores tradicionales se les han unido las nuevas firmas tecnológicas mucho mejor preparadas y con una estructura de costes más contenida.
De hecho, ese es el punto que más desconcierta al sector financiero acerca del futuro de Mapfre. Los analistas advierten de que “la inflación va a erosionar una parte del crecimiento”, pero es obvio que también va a empujar los costes al alza. Eso supone un problema añadido cuando se tiene una plantilla tan elevada como en Mapfre, de hecho, solo en España mantiene cerca de 11.000 trabajadores. Eso es el doble, por ejemplo, que Bankinter, y se acerca a gigantes bancarios como Banco Sabadell.
LA OPTIMIZACIÓN Y LA AUTOMATIZACIÓN IMPLICAN INCREMENTAR LAS SALIDAS
La alternativa es seguir invirtiendo en digitalización. Mapfre pretender apostar por la optimización y la automatización digital, con el objetivo final de construir plataformas tecnológicas para un uso más escalable. Y aunque es fácil de decir y de poner sobre el Plan Estratégico, en realidad es muy difícil de lograr. De hecho, gigantes como BBVA o Banco Santander llevan años y miles de millones para lograrlo y aun así todavía son superados por otras compañías nativas de lo digital. Ahora, el reto es que la aseguradora demuestra que si será capaz de reconvertirse digitalmente y cuánto le va costar esa transformación.
Principalmente, porque el coste no solo es en forma de inversiones, al final, esa parte suele ser la más fácil de pagar. Al fin y al cabo, son costes fijos que se pueden escalar. El problema es el número de despidos que se debe acometer en ese proceso y su coste. Desgraciadamente a Mapfre no le queda más remedio que seguir los pasos de los bancos, donde se han visto despidos masivos, con unas indemnizaciones (costes) muy altas y que han provocado un fuerte desgaste social. Aunque por el momento, la compañía sigue intentando rentabilizar sus empleados y oficinas con pactos de ventas de productos, como con Santander o Iberdrola, pero es muy poco sostenible.
El camino parece claro, pero seguirlo es difícil. De hecho, pese a que el Plan Estratégico habla de este tipo de objetivos, a la hora de cuantificarlo se queda muy corto. Eso es un serio problema para los inversores, que manifiestan no tener excesiva “confianza” en él y que señalan dos problemas importantes: o bien Mapfre está en una situación peor de la que se cree (en ventas digitales) o Huertas y su equipo son muy poco ambiciosos.
El tiempo dará la respuesta. Antes, Barclays ya avisó a los accionistas del desenlace con un informe titulado sugerentemente como: “Es posible que el nuevo plan estratégico ya necesite revisión”. En lo que no hay duda es en que en el otro documento, el de la retribución, todo el mundo va a cumplir por encima de las expectativas.