Marc Anthony brinda una noche de salsa y energía latina en Starlite Occident

Con una carrera que supera las tres décadas y una voz que ha definido la salsa moderna, Marc Anthony debutó anoche en el escenario de Starlite Occident en una de las actuaciones más memorables del verano. Acompañado por una banda de primer nivel y un repertorio que hizo vibrar a cada espectador, el icono de la música latina confirmó por qué sigue siendo una leyenda viva.
Hace más de treinta años, un joven nacido en Nueva York, de padres puertorriqueños, empezó a hacerse un nombre en los clubes de música latina del Bronx. Marco Antonio Muñiz, conocido en el mundo como Marc Anthony, no tardaría en convertirse en el embajador contemporáneo de la salsa, un género que parecía destinado a mirar al pasado… hasta que él lo revitalizó con una voz desgarradora, presencia escénica inigualable y una sensibilidad única para conectar con su público.

Su irrupción definitiva llegó en 1993 con el álbum Otra Nota, marcando una nueva era en la salsa. Desde entonces, ha vendido más de 12 millones de discos, ha ganado cuatro premios GRAMMY y cinco Latin GRAMMY, y ha dejado huella con himnos como Vivir mi vida, Y hubo alguien o Te conozco bien. Pero su éxito no reside solo en las cifras: Marc Anthony ha logrado llevar la salsa al gran público, fundiéndola con balada, pop y ritmos urbanos, sin perder autenticidad. Su legado es el de un artista que ha emocionado a generaciones sin traicionar sus raíces.
Una noche mágica en la cantera: emociones, leyendas y nuevas promesas
El Auditorio de Starlite Occident vivió anoche una de sus veladas más intensas con el esperado debut de Marc Anthony. La cantera, con su acústica natural y tecnología de última generación, fue el marco perfecto para un concierto vibrante que reunió emoción, técnica y espectáculo. Desde que pisó el escenario, el cantante conectó con el público en un torrente de energía: cada nota era una descarga directa al alma, cada gesto, una declaración de entrega. Canciones como Mala o Valió la pena levantaron al público de sus asientos, mientras las baladas invitaron al silencio reverente de quienes estaban allí no solo para escuchar, sino para sentir.
Antes de que el astro de la salsa tomara el escenario, el joven Tony Mils sorprendió con un opening act cargado de frescura. Con solo 22 años, el mexicano —hijo del empresario Marco Antonio Slim— presentó su álbum Escribí esto para ti y dejó claro que tiene voz, estilo y un futuro prometedor. Su conexión con Juan Magán y el precedente de Sebastián Yatra le añaden peso simbólico a su aparición en Starlite. Mils no llegó como heredero de un apellido poderoso, sino como un artista en formación que busca —y encuentra— su lugar propio.

El concierto fue también una cita de glamour. Entre los asistentes destacaron rostros conocidos como Nicole y Bárbara Kimpel, Gunilla Von Bismarck, Mario Alonso Puig o Alejandro Gravier, confirmando el carácter exclusivo del festival. Y tras la música, la noche continuó en el espacio Sessions, donde DJ sets y luces convirtieron la cantera en el club más vibrante bajo las estrellas.
Legado, emoción y doblete de lujo de Marc Anthony
Lo de anoche, más que un simple concierto, fue una oda al arte de emocionar. Marc Anthony no se limitó a cumplir, sino que se entregó, dejando una huella imborrable en uno de los escenarios más emblemáticos del verano europeo. Hoy, 4 de julio, repetirá actuación en Starlite Occident, en un doblete que promete intensificar aún más la magia de su repertorio. Y como guinda del cartel, el sábado 5 será el turno de Raphael, otra leyenda viva que promete llenar la cantera de emoción, nostalgia y carisma.
Marc Anthony demostró que no basta con tener una gran voz: hay que saber usarla para contar historias, remover entrañas y construir puentes con el alma del público. Anoche lo logró con creces, consolidándose como uno de los artistas más influyentes de la música latina en la actualidad.