Primer año de Marta Ortega al frente de Inditex: los problemas crecen
Ya ha pasado un año desde que Marta Ortega anunciase que tomaría las riendas de Inditex. Aunque oficialmente no cumple 365 días hasta el 1 de abril de 2023, su mano ya se podía ver en las decisiones que ha ido tomando. En estas últimas semanas el liderazgo de la pequeña de las Ortega está sumido entre quejas y descontrol.
Cuando Marta se hizo con la presidencia de la empresa de su padre, Amancio Ortega, tenía un gran reto: conseguir mantener y aumentar el imperio que había creado Pablo Isla. Entre otras cosas, esto pasaba por mejorar los resultados del grupo, un hecho que ha conseguido; seguir creciendo en sostenibilidad, algo que se tambalea; y continuar con la unión del grupo, algo que ha desaparecido.
Aunque desde el primer momento los mercados no viesen con buenos ojos este cambio de poder después de casi dos décadas, las decisiones de Marta Ortega tampoco ayudaron a calmar las aguas. Esto es algo que ha castigado Inditex en bolsa desde el pasado mes de noviembre de 2021. Una situación que continua sin revertirse.
La situación dentro del grupo es cada vez más tensa y parece que la inacción de la presidenta del grupo textil más importante de España le está costando un grave problema reputacional.
En las últimas semanas, la imagen de Inditex se ha empañado debido, sobre todo, a las protestas de sus empleadas por sus bajos salarios. Algo que, hasta ahora, nunca había vivido la compañía en toda su historia.
Las dos caras de Inditex: huelgas de trabajadores y fiestas de Marta
El mes pasado, las empleadas de A Coruña fueron las primeras en salir a reivindicar un salario digno que les permitiese llegar a fin de mes. Esta denuncia fue una verdadera revolución porque, aunque Inditex cosecha muchas denuncias públicas sobre el mal trato que reciben sus dependientas fuera de nuestras fronteras, nunca se había escuchado en su tierra natal.
Sin embargo, lejos de ser una queja puntual, estas manifestaciones y huelgas se han extendido por toda Galicia. Las reivindicaciones que se extienden por toda la comunidad son las mismas: «Queremos un salario digno», proclaman las dependientas agrupadas en distintos sindicatos. A estas protestas están llamadas las dependientas de Zara, Zara Home, Stradivarius, Bershka, Pull & Bear, Oysho, Tempe, Lefties, Massimo Dutti y Kiddy’s Class.
Según explican desde el sindicato SIG, las dependientas se rigen por el convenio provincial del comercio, que recoge un sueldo de 1.080,64 euros al mes por 40 horas de trabajo semanales. Además, señalan que la diferencia entre ellas y el resto de secciones de la compañía es de casi el triple.
«Sabemos las condiciones que tiene cada uno. Hay sueldos que son hasta el triple respecto a los nuestros. Pedimos una subida salarial de 440 euros, solo para poder mantener nuestro poder adquisitivo. Somos la cara visible de Inditex y, sin embargo, se nos castiga», afirma Carmiña Naveiro, portavoz de las dependientas coruñesas de las tiendas de Inditex.
A pesar de las circunstancias, Marta Ortega decidía hacer una fiesta por la inauguración de la exposición de Steven Meisel que Ortega comisiona. Para esta celebración, la presidenta de Inditex contrató al chef de Culler de Pau, Javier Olleros, con dos estrellas Michelin, para que proporcionara la cena del evento. Un despliegue que no ha sentado nada bien a las trabajadoras que están llenando las calles de todas las ciudades gallegas.
Marta Ortega elimina al último bastión de Pablo Isla
Sin embargo, no solo los empleados de las tiendas de Inditex son los que tienen la guerra declarada a Marta Ortega. Desde que la heredera del imperio textil ocupase su silla de mando, ha ido despejando la presencia de los directivos más allegados a Pablo Isla que seguían dentro de la compañía.
El último paso que ha dado Inditex en esta línea fue hace apenas unos días. La compañía textil gallega anunciaba que Carlos Crespo, que actualmente regenta el puesto de director general de Operaciones y Transformación Digital y Sostenibilidad de Inditex, abandonará el grupo en enero, una vez finalizado el ejercicio 2022.
Crespo ya había visto relegado su papel dentro de la multinacional textil desde la llegada de Marta Ortega. Aunque aún continuaba en la junta directiva, su poder ya no era el mismo. Carlos Crespo González era el consejero delegado de la última etapa de Pablo Isla. El anterior presidente de Inditex le nombró en 2019, un puesto que perdió en 2021, justo cuando se anunció la salida de Isla.
Inditex le reconoce «haber contribuido de forma muy relevante a la culminación del proceso de reorganización interna iniciado en noviembre del 2021 con Óscar García Maceiras como consejero delegado».
Además, le agradecen «tanto su aportación personal al diseño y ejecución del este proceso como su ejemplar trayectoria en el seno del grupo a lo largo de más de dos décadas y, en particular, su desempleo en puestos de gran responsabilidad».
El sustituto de Crespo será otro viejo conocido de Inditex, Javier Losada Montero, que hasta ahora era el director de Sostenibilidad del grupo. De esta manera, Losada compartirá butaca en el comité junto con Pablo del Bado, Miguel Díaz Miranda, Ignacio Fernández, Javier García, Begoña López, Beatriz Padín, Jorge Pérez Marcote y Óscar Pérez Marcote.