Si notas que tu smartphone consume más batería de lo habitual, que funciona más lento o que se recalienta más que antes, empieza a sospechar que alguien podría haber hackeado tu querido smartphone. Ante esto, lo mejor es que vayas a los ajustes y lo resetees, es decir, que restablezcas la configuración que viene de fábrica.
A este peligro nos enfrentamos sin darnos cuenta. Algo sumamente arriesgado teniendo en cuenta que hoy el móvil se ha convertido en una herramienta imprescindible de trabajo, ocio y hasta de pago. Por eso, nunca está de más tomar algunas precauciones, como lo haríamos con el ordenador o con nuestra propia casa.
Empezando por la contraseña que pide cada vez que lo enciendes. “En 2017, investigadores de Reino Unido y China demostraron cómo podían desbloquearse móviles con un algoritmo que analizaba los movimientos del brazo y de la mano. Además, otro estudio descubrió que se puede descifrar este patrón a través del sonido con una técnica llamada SonarSnoop que accede al altavoz de nuestro teléfono y utiliza las ondas de sonido para rastrear la posición del dedo en la pantalla”, explica Certideal. Así que norma número uno para estar protegidos: poner una clave numérica compleja —seis cifras son mejor que cuatro— que no esté relacionada con ninguna fecha importante como el cumpleaños, el año de nacimiento y similares.
Como sucede con los ordenadores, otra regla de oro para estar a salvo de ciberdelincuentes pasa imprescindiblemente por no conectarse con él a redes WiFi públicas, algo habitual en aeropuertos, centros comerciales, cafeterías, etc. “El problema de estas redes es que cualquiera puede entrar en ellas pues no tienen clave o, en caso de tenerla, son visibles y públicas. De esta manera, un hacker podría acceder a la red y, por ejemplo, interceptar nuestra señal, colocándose como intermediario entre nuestro dispositivo y la red pública para tener acceso a los teléfonos y los datos que hay en él”, explica la compañía.
Esta compañía aconseja también habilitar la posibilidad de geolocalizar el smartphone para así poder encontrarlo en caso de robo o extravío. Porque “permite no solo conocer su ubicación exacta sino, también, bloquearlo y borrarlo desde otro dispositivo”. Sin embargo, activar la localización remota del teléfono, una función que algunas apps solicitan habilitar, puede dar pistas de por dónde nos movemos a los ciberdelincuentes, por lo que “es recomendable limitar su uso”.
Cuando te registras en una app, resulta muy cómodo guardar la contraseña para así cada vez que entres no tener que teclearla de nuevo. Pero si alguien te roba el móvil tendría vía libre para acceder como si fueras tú, con todo lo que eso conlleva. “No deben guardarse las contraseñas en el navegador. Solo tardamos unos segundos más en entrar de esta manera a páginas como Facebook o Amazon y, sin embargo, se reduce bastante el peligro de que alguien pueda utilizar nuestra información”. Vamos, que ni se te ocurra guardar la clave de tu banco.
Por Marta Villalba
Foto: Pexels
0 comentarios