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El secreto tras las pipas de Mercadona: desde China al rescate de Bankia

Pedro Ruiz| 7 de octubre de 2021

Mercadona esconde un secreto dentro de uno de sus productos fetiche. Así, dentro de un envase de 200 gramos con un color granate estridente se encuentran las famosas ‘Pipas de Hacendado’. Se las puede encontrar de girasol o calabaza (en este caso, el peso son 150 gramos), y esas mismas variedades a su vez tostadas saladas, aguasal o incluso con barbacoa. Y lo más importante de todo: se han convertido en un fenómeno que ha llegado a agotarse por su alta demanda. Detrás de ese éxito hay una curiosa historia que va desde el rescate de Bankia hasta China.

Empecemos por lo básico: todas esas variedades de pipas de la marca Hacendado provienen de China. La procedencia geográfica se puede comprobar en los propios envases o también en la web. El hecho de que Mercadona importe dichos frutos secos ha extrañado a muchos, principalmente, por dos motivos: el primero es que resulta extraño que el supermercado que dirige Juan Roig tenga que importar pipas del gigante asiático cuando España esta plagada de girasoles. De hecho, esta circunstancia le valió alguna crítica en el pasado.

 

Aunque la razón es sencilla, ya que hasta el 80% de los girasoles plantado en territorio español se utilizan para hacer aceite. Eso mismo limita el volumen de pipas que puede generar España y explica la decisión de la firma valenciana de salir al exterior. El segundo motivo es que las importaciones de Mercadona se alejan de otros países de referencia: los grandes productores a nivel mundial como Estados Unidos o Argentina, de los que apenas aparece un solo producto, o los exportadores europeos como Francia o Bulgaria.

 

MERCADONA: PIPAS CHINAS CON ALTOS MÁRGENES

Pero no, Mercadona eligió hace mucho tiempo importarlas de China. Una de las razones estaría en el precio. El ya famoso ‘Made in China’ es sinónimo de producto barato, gracias a los gastos muy reducidos de mano de obra (que es una parte esencial en los costes para desarrollar este tipo de producto). De hecho, las tres bolsas diferenciadas de pipas de girasol de la firma valenciana son hasta un 45% más baratas por kilogramo que, por ejemplo, las conocidas ‘Pipas Tijuana’ de Grefusa.

En definitiva, ese producto deja un enorme margen en Mercadona. De hecho, por eso mismo se ha potenciado hasta el punto de que la compañía no ofrece a sus clientes ningún otro tipo de producto complementario. Si quieres pipas tostadas de girasol, o de calabaza (aunque son más caras), en formato aguasal o saladas, solo puedes comprar las de la marca Hacendado importadas de China. Las otras alternativas son productos diferenciados como las Tijuana, pipas peladas o 0% sal que, en su caso, vienen en un formato similar de envase pero desde Estados Unidos.

Una vez que se ha comprobado que las pipas de Mercadona siguen siendo chinas, falta un elemento más: la relación con Bankia y su rescate. Curiosamente, ese nexo de unión se da a través del proveedor de todas las pipas de Mercadona, la firma Importaco Casa Pons. O bueno, más bien la figura que durante muchos años estuvo detrás de esta compañía también valenciana, Francisco Pons, hijo del fundador de la misma (en 1940) Francisco Pons Martí. Así, el heredero del imperio Importaco, y uno de los proveedores de confianza de Roig, no solo estuvo ligado como vicepresidente, en el peor momento para la entidad, sino que también estuvo imputado por un delito de falsedad de cuentas.

 

FRANCISCO PONS, DE PROVEEDOR DE MERCADONA A VICEPRESIDENTE DE BANKIA

La relación de Pons con Bankia se remonta a 2011, cuando José Luis Olivas, que era vicepresidente de Banco Financiero y de Ahorros (BFA), presentó su dimisión. A Olivas se le consideraba responsable de los problemas de gestión que habían llevado a la intervención del Banco de Valencia. De hecho, el Banco de España detectó un agujero de 1.000 millones de euros y unas necesidades de liquidez de 2.000 millones.

 

Pons también formaba parte del organigrama y fue el sucesor de Oliva, al que también se investigó por apropiación indebida. Pero tampoco duró mucho en el cargo, ya que una nueva intervención pública, la más grande ejecutada nunca, le alejaría del cargo de vicepresidente. Así, a finales de mayo del año 2012, el consejo de administración de BFA se reunió para aprobar el plan de saneamiento y recapitalización sobre Bankia, que incluía la inyección por parte del Estado de 23.465 millones. En ese mismo momento, tanto Pons como el resto del consejo de administración de BFA dimitía.

Ese paso fugaz, sin embargo, perseguiría durante años al empresario valenciano. De hecho, un lustro más tarde era uno de los 32 directivos de Bankia que fueron procesados por la salida a bolsa de la entidad. Desgraciadamente, falleció el 13 de enero de 2018, tras una larga vida como referente del empresariado valenciano. Y es que, pese a su relación y cargo de importancia en algunos de los años más oscuros de la extinta Bankia, Pons será recordado por su aportación al tejido empresarial valenciano. De hecho, entre 2003 y 2011, el ejecutivo presidió la Asociación Valenciana de Empresarios y convirtió a Importaco, su firma familiar, en todo un gigante.

 

IMPORTACO, MERCADONA Y UNA PANDEMIA SIN PIPAS

Pons tomó las riendas del negocio familiar allá por 1965, con apenas 23 años, y continuó con la distribución y elaboración de frutos secos bajo la marca propia Casa Pons y también con otras marcas de distribución. Con el paso de los años, el empresario valenciano convirtió a la firma en el mayor distribuidor y fabricante de frutos secos nacional y uno de los más grandes de Europa, con un patrimonio neto que supera ampliamente los 100 millones de euros.

Un imperio familiar impulsado por la expansión de Consum, que posee 33 centros de trabajo en seis países. Además, contaba con una plantilla superior a los 1.100 trabajadores. Aunque ese crecimiento se debe especialmente a su alianza con Mercadona. Una relación que le ha llevado a algunas anécdotas ciertamente curiosas, como la ocurrida hace algo más de un año cuando dejó al supermercado valenciano, y a media España, sin pipas en mitad de un confinamiento histórico. Solo fueron unos días, pero las redes sociales se inundaron de preguntas y peticiones ante las que tuvo que responder Mercadona a través de Twitter: «En estos momentos no disponemos de las pipas gigantes con sal, pero estamos trabajando en restablecer el servicio lo antes posible».

El problema de suministro se soluciono con cierta rapidez y solo quedó como una anécdota, mientras la relación entre Mercadona e Importaco sigue igual o más fuerte que nunca. En definitiva, la curiosa historia entre las pipas de Mercadona, China y el rescate de Bankia es un ejemplo más de que la realidad, y la vida, esta más interrelacionada de lo que queremos creer.

 

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