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Mercadona revela un uso descontrolado de plásticos y hunde el discurso de Roig

Pedro Ruiz| 2 de junio de 2022

Mercadona siempre se ha querido posicionar como una empresa comprometida con el medioambiente. Y su presidente, Juan Roig, siempre que ha podido ha lanzado ese mensaje. “Como empresa, queremos cuidar el medioambiente”, diría en una ocasión. “Mercadona va a dar el sí a cuidar más el planeta”, señalaría en otra. Pero la realidad es otra. El grupo suspende estrepitosamente en sus propósitos. En especial, en su ‘Estrategia 6.25’ que busca reducir el plástico en los envases y para la que tiene destinados 140 millones de euros. Y es que nunca antes en su historia había utilizado más plástico que ahora.

En plena pandemia, septiembre de 2020, Mercadona decide dar un paso adelante en materia de sostenibilidad. Con la justificación (o pretexto) de que los ‘jefes’ le pedían ir más allá en sus compromisos, lanza su Estrategia 6.25 por todo lo alto. Con una dotación de 140 millones de euros hasta 2025 se buscaba “el triple objetivo de reducir un 25% de plástico, lograr que todos los envases sean reciclables y reciclar todo el residuo de plástico”. Un año más tarde dice haber logrado “convertir” sus centros en Tiendas 6.25, para lo que ha desembolsado “una inversión de 30 millones”.

Una estrategia que ha conseguido varios avances. Por un lado, “concienciar e informar” más a los clientes (‘jefes’). Por otro, tener contenedores para “depositar” de forma separada papel y cartón, envases ligeros y residuos orgánicos entre otros. También “cambiar” los envases en la categoría de cápsulas de café Hacendado o en tabletas de chocolate classic Hacendado. Pero esos logros considerables obvian un ‘pequeño detalle’: que se han usado mil toneladas (o bien un millón de kilogramos) más de plástico en el último año.

 

MERCADONA BATIÓ SU RÉCORD DE RESIDUOS DE PLÁSTICOS EN 2021

Ironías aparte, se trata de un problema muy grave para el grupo. Al fin y al cabo, uno de los grandes objetivos de Mercadona es el de reducir el volumen de utilización de plásticos. Pero no solo no se ha reducido, sino que entre el 2020 (año que se aprueba la Estrategia 6.25) y el 2021 ya se ha incrementado en un 6,3%. En concreto, pasó de 16.701 toneladas a más de 17.750, según su última memoria. Una cifra, esas 17.750 toneladas, que además es la más alta de la historia de la compañía, lo que dificulta (y mucho) la consecución del plan previsto para dentro de cuatro años.

Así, si se toman los datos del 2020 y se hace la reducción prometida, un 25%, entonces Mercadona se habría comprometido a reducir sus residuos de plásticos hasta las 12.500 toneladas. Una cifra que se antoja difícil. En primer lugar, porque la eliminación ya no son 4.200 toneladas, sino 5.200. En segundo lugar, porque no solo no tiene una trayectoria descendiente, sino disparada al alza. De hecho, casi ha duplicado la cifra en la última década. Por último, la firma valenciana ha disparado también alternativas como el papel y el cartón hasta niveles también récord.

 

Mercadona

 

Por último, el plan de Roig también incluye apostar por el reciclaje. Pero la tasa de reciclaje del año 2021 fue del 79%, apenas un punto más que en 2020 y en 2017, cuando llegó al 78%. Sin embargo, mejorar esa cifra no supone haber reciclado más, ya que ese mínimo aumento no compensa el enorme incremento en los residuos de plástico.

 

SUSPENDE ESTREPITOSANTE EN MATERIA AMBIENTAL

Al final, pese a las declaraciones de Roig y la propaganda ejecutada, el plan tiene visos de desastre. Al menos, por el momento. Y es que la publicidad y las buenas palabras no pueden ocultar la realidad: que Mercadona usa más plástico y que recicla menos que nunca. Una verdad incómoda que distintos organismos llevan mostrando desde hace tiempo. De hecho, en uno de los últimos informes publicados al respecto, la firma valenciana no solo era una de las peores en España, sino también en Europa. Una imagen que el grupo busca tapar reiteradamente.

Así, Mercadona aparece penúltima en el ranking de compromiso contra la crisis del plástico, creado por la fundación Changing Markets y el movimiento internacional Break Free From Plastic. Se trata del primer ranking sobre el papel que juegan los supermercados europeos en la lucha contra la contaminación por plásticos y es el resultado de la colaboración de más de 20 ONG. La compañía que dirige Roig es la número 60, entre 61 participantes, con una puntuación de 0,7 sobre 100. Para los creadores, el problemas de firmas como la valenciana es que no son lo suficientemente transparentes, sus compromisos cuantificables son escuetos y poco desarrollados y se saltan muchas medidas obligatorias.

Algunos de esos problemas se pueden apreciar en las propias cuentas de la firma. Uno, por ejemplo, es que Mercadona decidió meter en el mismo saco a los plásticos y al poliexpán, pese a que éste último es mucho más preocupante, tanto por su toxicidad como por el crecimiento de su uso. De hecho, se duplicó entre 2013 y 2017, último año que se informa. También en el caso de los objetivos, como se ha observado con los problemas actuales. Al final, desgraciadamente, la única medida real del grupo por el medioambiente es también una de las más rentables para ellos: cobrar las bolsas de plástico a 10 céntimos.

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