Míchel: «Ser futbolista no es una profesión»
Me habían avisado de que era muy puntual y, de hecho, llega antes de la hora acordada. Buena señal. Afecto en el saludo y brillo en los ojos, acaso reflejo de esa sonrisa pícara que ha acompañado siempre sus intervenciones en los medios y que ahora oculta la mascarilla. José Miguel González Martín del Campo (Madrid, 23 de marzo de 1963), más conocido como Míchel, se mueve ante las cámaras con la misma destreza con la que ponía un centro de gol desde la banda.
Conserva ese humor castizo que ha sabido destilar como nadie, y que tan famoso le hizo en el vestuario del Real Madrid y de la selección española. Una flama que le permitió ser querido en su humilde barrio de origen incluso cuando el éxito y la fama le colocaban en una realidad bien distinta a la que conoció de niño.
Habiendo sido uno de los grandes futbolistas que ha dado este país, ahora prolonga su carrera de entrenador con una segunda etapa en el Getafe C.F., al que llega habiéndose curtido a nivel internacional en Grecia, Francia y México, y con la ilusión de volver a hacer una gran labor.
De ‘Miguelín’ a Míchel
Vayamos al origen. El pequeño ‘Miguelín’ empezó a jugar con un balón entre los bloques de viviendas de la Ciudad de los Ángeles (Villaverde), un barrio humilde de gente trabajadora. Probablemente no fueron conscientes en su casa de la trascendencia que tendría el sobrenombre con el que le diferenciaban de su padre y abuelo, con quienes compartía nombre. “Al ser el tercero en la ‘línea dinástica’ empecé con el nombre de Miguelín, y como era gordito, empezaron a llamarme Michelín. Luego dejé de ser tan gordito cuando tenía 13 o 14 años. A partir de ahí me quedé con Míchel”.
A los 13 años realizó con éxito una prueba para acceder al Real Madrid -previamente lo intentó en el Atlético de Madrid-, que recuerda como “el que opta a unas oposiciones: aunque vas preparado piensas que, aun haciéndolo bien, siempre los hay mejores. Para mí fue una sorpresa, más que una explosión de alegría, porque yo quería ser futbolista en cualquier sitio”.
He leído que ve una gran similitud entre lo que le pasó a usted en Italia 90 y lo que ha pasado con Morata en la pasada Eurocopa…
Sí. Siempre un acontecimiento de este tipo exige de villanos. En su momento fuimos Luis Suárez y yo, en otro momento fueron Vicente del Bosque y Busquets, y al final los resultados lo borran todo. En el caso de Morata han esperado hasta el último día, incluso después de hacer una buena Eurocopa, porque falló el penalti. No es qué hace sino quién lo hace.
«Teniendo en cuenta que me he equivocado, y mucho, he tenido la prensa que me he merecido»
¿Cree que ha tenido buena prensa como jugador?
Pues teniendo en cuenta que me he equivocado, y mucho, he tenido la prensa que me he merecido. Lo que sí puedo decir es que mis equivocaciones solo me han perjudicado a mí; no he tenido equivocaciones del tipo de lesionar a alguien, ni un rifirrafe que le haya costado el puesto al entrenador, ni nada por el estilo.
He tenido la prensa que tenía que tener, y he aprendido mucho de mis errores para intentar mejorar.
El chascarrillo “Suena Míchel” sé que no le hace nada de gracia, porque se ha utilizado para denostar su imagen, pero ¿cómo empezó?
Empezó porque cuando me hice entrenador había muchos directores deportivos y presidentes que pensaban en mí. Cuando soltaban esa frasecita en algún medio de comunicación era verdad que había tenido reuniones con algún director deportivo o había interés por parte de ese club. Solamente en una ocasión salió que yo podía ir de entrenador a un equipo determinado y era absolutamente mentira.
Yo jamás utilizo a los periodistas para decirles que hablen de mí, ni jamás llamo a un presidente para decirle que me contrate, y hay cosas que no me gustan aunque me beneficien: llamé a su entrenador y le dije que era absolutamente falso que hubieran hablado conmigo y que lo hacían para condicionar su renovación. Al final, las veces que “suena Míchel” en algún medio de comunicación son infinitamente menos que las veces que se ha reunido Míchel con un director deportivo que le ha llamado.
En uno de los audios que publicó El Confidencial el pasado mes de julio, parece que del año 2009, afirma Florentino Pérez (y toda la ‘Quinta del Buitre’) quiere vivir del Madrid hasta que se muera, y que le ofrecieron 50 millones a usted y “le mandó a tomar por cu**”.
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Fotos: Fernando Bosch