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Mónica Vicente: “Cuando tú cambias, todo cambia”

Redaccion| 29 de septiembre de 2021

Mónica Vicente (Barakaldo, 1974) es una empresaria que un día dejó de escuchar las exigencias de otros y escapó de las expectativas para encontrar su propio camino, ese que ahora encuentra entre libros y en la búsqueda de la superación personal, donde nos comparte su gran don.

Otro de sus grandes dones son las redes sociales, por las que fue ganadora de los premios Vlogger, un territorio al que nos cuenta llegó por casualidad haciendo vídeos de manualidades para fiestas de niños en YouTube allá por 2013, pero que le sirvieron para iniciar una carrera de fondo en la que, desde hace algunos años, le acompañan también sus hijos, Lady Pecas & The Crazy Haacks, que un día le pidieron consejo y hoy forman parte de la generación más joven de influencers en redes sociales, donde acumulan un total de más de 10 millones de seguidores.

Inmersa en la presentación de su última obra: Tienes un Ferrari en el garaje, nos dedica tiempo -de calidad- para hablar sobre la importancia de ser uno mismo y de aprender a quererse para crecer.

 

Desmontando el garaje

Tienes un Ferrari en el garaje es un viaje de crecimiento y superación personal a través de los obstáculos, ¿cuánto hay de Mónica en su protagonista, Brianne? ¿Qué hay de autobiográfico en tu novela?

Todo lo que hacemos lleva parte de nosotros mismos, da igual que estés pintando, lo que hacemos, lo que decimos, todo tiene parte de nosotros. Uno siempre utiliza las cosas que conoce, pero lo importante aquí es la historia de Brianne, aunque obviamente lleva mucha parte de mí.

 

Hace poco entrevistábamos a Ana Iris Simón sobre su obra Feria y el engaño que ha supuesto, sobre todo, eso a lo que debíamos aspirar en teoría, especialmente antes del covid, ¿crees que han cambiado nuestras prioridades con la pandemia?

Yo creo que si no nos han cambiado, deberían. A mí me han cambiado la primera y es verdad que en ese momento de parón donde digamos que lo pierdes todo o lo pones en suspenso, ya sean amigos, relaciones, trabajos… y te replanteas volver, es cuando verdaderamente reflexionas sobre lo que te ha llevado hasta ahí y si realmente quieres volver a eso que tenías. Lo que creías que era tan valioso para ti igual ya no lo era tanto y piensas si realmente valoramos nuestras elecciones. Es positivo porque es volver a decidirlo todo, que es duro pero necesario. Una oportunidad de un nuevo comienzo.

 

En tu historia, Brianne no espera al conflicto fatal que le haga tomar consciencia sobre sí misma, sino que es un factor casual -¡y muy bueno!- lo que le lleva a hacerlo como es el hecho de encontrarse un Ferrari en el garaje, y manda ese mensaje tan importante de que no deberíamos esperar a que ocurrieran sucesos malos para pasar a la acción… ¿qué le dirías a alguien que no encuentra ese impulso?

En realidad, Brianne toca bastante fondo antes de coger el Ferrari. Tomar impulso sin llegar a tocar fondo es complicado, pero es lo que espero conseguir con este libro. Dicen que no valoras lo que tienes hasta que lo pierdes, pues ¿qué pena, no? Es muy triste, por eso también hay que hacer el esfuerzo de cuestionarse a uno mismo cada día.

Al final del libro hay unas preguntas para plantear esto: ¿estás en un garaje o no lo estás? Porque a veces no te das cuenta, y realmente hay que ser consciente de que si lo estás tienes que salir porque, si no, va a llegar a un punto en el que te vas a oxidar y no va a arrancar nunca más el coche.

 

«Debemos dedicar tiempo a estar a solas, al menos 15 minutos al día»

 

En ese sentido, ¿qué ejercicios recomiendas para conectar también con uno mismo?

Mi gran cambio ha sido a través del mindfulness. Durante la cuarentena, en marzo de 2020, empecé a practicarlo para relajarme, y resulta que cuando tú meditas, que básicamente es estar en silencio, con la mente tranquila y en el momento presente, eso que están tan de moda, es cuando realmente empiezas a escucharte a ti misma porque, al estar en paz, dejas que afloren sentimientos, emociones, pensamientos, que normalmente los tenemos ahí ocultos, pero nos dan muchas pistas sobre quiénes somos y lo que buscamos realmente.

Pero tenemos esa permanente obsesión de rodearnos de ruido, de entretenernos constantemente. Por eso es muy importante, si no se sabe meditar, al menos tener nuestros momentos para estar a solas, y vale con 15 minutos al día, pero manteniendo una rutina diaria, como con el ejercicio físico, para encontrar ese espacio sagrado en el que puedas estar sola y dedicártelo a ti, a estar contigo.

 

¿La felicidad se elige?

Obviamente. La felicidad es una actitud, desde mi punto de vista. Es algo que solo te puedes dar tú y existe el error o cierto egoísmo en esperar a que te la den cosas externas. Pensamos: “Seré feliz cuando tenga mucho dinero, cuando tenga la pareja perfecta, cuando tenga una casa, cuando sea madre…” pero ese “cuando” no existe. Tú puedes decidir ser feliz ahora, agradecer lo que tienes, conocerte y estar en paz, ¡si es que no necesitamos nada más!

Otra cosa son momentos de alegría o de tristeza, que los tenemos todos, pero eso no quita que seas feliz, y eso solo te lo puedes dar tú. En el momento en que entiendas esto, dejarás de buscar fuera lo que no tienes dentro, porque ya no tienes que cubrir ese vacío interior. Y desde ahí es desde donde puedes estar en ese estado de dar, que al final es de lo que se trata, de dar y compartir.

 

Hace unos días salió a la luz un informe oculto de Facebook que asegura que Instagram es perjudicial para los jóvenes, ¿tú qué opinas al respecto?

Se limitaron los likes y en algunos países ya es obligatorio especificar si se han utilizado filtros. Hay gente que hasta se somete a cirugía estética, ya no para parecerse a un famoso, sino a un filtro de Instagram… pero ¿por eso es malo internet? Yo creo que tiene que ver más con la autoaceptación, pero está muy bien que se esté poniendo el foco en el body shame y todos estos temas.

Si estás en la cuerda floja y no tienes autoestima, entonces cualquier cosa te afectará, sea Instagram o no. Y no solo a los jóvenes, que están formando su identidad, sino también a los adultos. Por eso no creo que se pueda echar culpa a la red, sino a la sociedad y a la educación.

 

«El valor está en uno mismo, no en lo que representas para otros»

 

¿Es positivo que nuestros jóvenes quieran ser influencers de redes sociales como profesión? ¿Qué consejo le darías a los padres que se encuentran en esta situación para afrontarlo?

Alguien que es influencer es porque influencia por algún conocimiento que tiene. Si tú no tienes nada que dar, no puedes influir porque no aportas nada de valor. Y si no aportas valor, jamás podrás generar dinero. Los niños no lo ven, solo ven lo bonito, pero tienen que saber todo el trabajo que hay detrás. Y los padres también tienen que ser conscientes de todo lo que implica esa pérdida de privacidad y, sobre todo, la exposición, porque luego llega la fama, y para manejar la fama hay que estar preparado también.

Por eso a mis hijos los llevamos a una coach emocional, para que entiendan que su valor real es quienes son ellos, no lo que tienen ni lo que representan para un tercero, y que lo que la gente dice, los haters, habla más de ellos mismos que de ti. Lo que critican es lo que ellos ven como una limitación o cómo les gustaría ser, no tiene nada que ver contigo ni con la realidad. Los míos ni leen los comentarios…

 

Está siendo tendencia la película Sweat, que cuenta la cara oscura en la vida de los y las influencers digitales cuando se apaga la cámara, que no es tan perfecta ni tan maravillosa como nos hacen creer. Nos venden una imagen que quizás dista mucho de la realidad, ¿crees que es un concepto generalizado?

Pero no solo de los influencers, ¿tú subes tus mejores fotos o subes la que te hacen de verdad? Yo no manipulo mucho mis fotos, pero creo que es algo generalizado: exponemos una vida perfecta que nadie tiene, o sea que la tiene, pero es una realidad incompleta, es solo la parte buena de la realidad. Tiene que ver con la idea preconcebida del éxito por las apariencias, aparentar lo que no eres para que los demás te acepten, y ese es el verdadero mal de hoy en día.

 

En tu novela se repiten una serie de imágenes que describen estados emocionales. ¿Qué imagen definiría el momento que estás viviendo tú ahora mismo?

Yo es que ahora mismo estoy tan bien [risas]. Me he liberado ya de todos esos límites de querer ser alguien que no soy, de no hacer lo que no quiero, y ahora ya tengo todo el mundo para mí. Estoy muy ilusionada y llena de curiosidad, probando cosas nuevas y conociendo a gente distinta. En una imagen, te diría que soy como un niño pequeño que acaba de llegar a un parque de atracciones y ¡no sabe en qué montarse primero!

 

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Estoy escribiendo ya la segunda parte de mi novela, en la que Brianne, en vez de con un Ferrari, se va a ir con una mochila caminando, y no voy a decir mucho más…, pero ya es un camino distinto. Brianne ya no tiene límites, ha llegado a un estado de iluminación, de entender la vida, de estar en paz con todo, de ver todo desde el amor y no desde ninguna otra carencia. Y cuando ves las cosas con una perspectiva distinta es cuando todo cambia. Cuando tú cambias, todo cambia.

 

Los cambios son necesarios, para bien, y Mónica nos da lecciones para no mirar atrás. Es momento de acelerar.

 

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