Los motivos que esconde el fracaso del modelo de negocio de Gorillas en España
Gorillas no tardó ni 48 horas en recular sobre su decisión de salir del mercado español y suavizar su mensaje. Sin embargo, hay una cosa que es cierta: su modelo de negocio no triunfa dentro de nuestras fronteras. La promesa de recibir el pedido en menos de diez minutos no acaba de calar entre los consumidores españoles, que ven en este tipo de entregas un abuso al trabajador. Pero Gorillas no ha sido el único en poner sobre la mesa su salida del país. La rumana Rocket echó el cierre al negocio apenas seis meses después de subir la persiana.
El unicornio de origen alemán llegó a nuestro país hace poco menos de un año. La entrada de Gorillas en España venía con la idea de revolucionar el sector e introducir el denominado quick commerce, o lo que es lo mismo, entregas ultrarrápidas. Para intentar que calase este modelo, la compañía ha basado su estrategia en grandes descuentos y en promocionarse a través de influencers y creadores de contenido.
Sin embargo, parece que nada de lo que ha intentado hacer para salvarse a valido la pena. El pasado martes, Gorillas lanzaba un comunicado donde explicaba que, debido a la falta de beneficios, había decidido dejar de operar en cinco países, entre los que se encontraba España.
«El 90% de nuestros ingresos proviene de cinco mercados clave que han entrado en un camino claro hacia la rentabilidad: Alemania, Francia, Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos. Por ello, hemos decidido afinar nuestro enfoque y seguir creciendo en estos cinco mercados. Con esta difícil decisión, Gorillas se asegura reforzar su posición a largo plazo, tanto financiera como estratégicamente”, explicaba la empresa.
Quizás, para entender esta decisión, hay que tener claro cómo funcionan este tipo de empresas. Tanto estas compañías de Q-commerce como las delivery tradicionales repiten el mismo patrón. Entran muy rápido en los mercados, prueban unos meses y, si ven que la rentabilidad no es la que esperaban, se marchan. Con declaraciones que han ido haciendo a lo largo de estos años figuras como la de Óscar Pierre, uno de los fundadores de Glovo, se presupone que este tipo de empresas no hacen estudios de mercados completos antes de comenzar a operar en un país.
EMPRESAS COMO GORILLAS QUEMAN EL DINERO DEMASIADO RÁPIDO
Pero, ¿cuáles son las causas de que este modelo de negocio no triunfe en España? La primera, como ya hemos visto, es que los consumidores no ven con buenos ojos la presión que se le pone al repartidor para que entregue la compra en tan solo diez minutos. Algo que han confirmado los propios trabajadores alemanes de Gorillas. Cumplir con esos ajustados tiempos suponía grandes niveles de estrés para ellos. Una situación que se agravaba si había retrasos ante una alta demanda.
“Para Kağan Sümer, CEO y fundador del unicornio, era un éxito o un fracaso. Si teníamos cinco pedidos retrasados, enviaba videos de sí mismo maldiciendo y gritando a un grupo de WhatsApp que teníamos en ese momento. Fue muy intenso”, declara una de las extrabajadoras de Gorillas al medio Sifted.
Más allá de la parte más humana de este modelo, su principal problema es que supone una gran quema de dinero. El modus operandi de este tipo de compañías es el mismo: invierten cientos de millones para conseguir expandirse rápido y otro tanto en promociones completamente salvajes para tratar de fidelizar clientes. Esta apuesta es muy arriesgada. Sin embargo, los propios fundadores la defienden. “En los primeros minutos, cuando un avión despega, consume mucha gasolina”, metaforizó en su momento Nazim Salur, fundador de Getir.
La duda surge al pensar si, después de todo este desembolso, la rentabilidad va a llegar en algún momento. Según la opinión de algunos expertos la respuesta es desoladora: no. Según el informe de la consultora Bain & Company, «con el modelo actual de entrega exprés, para alcanzar la rentabilidad positiva sería necesario multiplicar por cuatro el volumen y duplicar el tamaño medio de la cesta de compra». Además, para acabar de rizar el rizo, ambas circunstancias tendrían que darse a la vez. Algo que no va a pasar ya que ni siquiera se sabe a ciencia cierta si hay tanta demanda real para este tipo de entregas exprés.
NI AMAZON CONSIGUE RENTABILIDAD CON ESTE MODELO
Sin embargo, lo que era una salida automática se ha convertido en una posible venta. A las pocas horas de dar la noticia, Gorillas reculaba y emitía un nuevo comunicado donde señalaba que preferían buscar un socio para mantenerse en España. Magdalena Szuszkiewicz, directora general de la compañía en España, ha destacado que se encuentra en conversaciones con grandes supermercados. Observando el mercado, una de las compañías que podrían aceptar este reto sería DIA. La cadena gestionada por los rusos necesita levantar la cabeza y esta alianza puede ser su última bala. Además, DIA ya tiene acuerdos de entregas ultrarrápidas con Glovo o Uber Eats.
Pero, si finalmente deciden marcharse, los que podrían sacar tajada serían Getir, Gopuff y las entregas ultrarrápidas de Glovo. Sin embargo, todas estas compañías han sufrido pérdidas desde que operan en el país con este modelo. Lo que apunta a que los beneficios no van a llegar pronto a pesar de perder a un rival.
Esta escasez de rentabilidad llega a gigantes como Amazon. La empresa fundada por Jeff Bezos ha coqueteado en alguna ocasión con este tipo de entregas, pero nunca ha llegado a implantarlas. Lo máximo que ofrece la compañía americana es poder tener tu pedido listo en 2 horas, aunque solo para clientes Prime.
Según un estudio elaborado por Shopify, las entregas gratuitas para recibirlas el mismo día o al día siguiente supone un coste elevadísimo para las empresas. Un hecho que es insostenible. Este concepto se le ha atragantando a Amazon, que en el primer trimestre de 2022 ha reportado 6.000 millones de dólares de costes añadidos. Viendo estos datos parece que este modelo de negocio necesita una remodelación si quiere conseguir seguir abierto en nuestro país.