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Llegan los ojos biónicos para devolver la vista a invidentes

Miguel Ángel Ossorio Vega| 28 de octubre de 2020

Monash Vision Group ha desarrollado ojos biónicos que pronto probará en humanos. El objetivo es poder devolver la vista a personas que sufren ceguera irreversible.

Entre los posibles usos de la robótica hay una rama médica con importantes aplicaciones y gran potencial de mejora de la vida humana. Se ha visto con brazos robóticos o dispositivos que ayudan a que personas con parálisis puedan volver a caminar. Poco se habla, sin embargo, de una robótica a más pequeña escala. Tan pequeña, como un ojo. Pero en ello está trabajando la compañía Monash Vision Group, que lleva casi una década desarrollando ojos biónicos para devolver la vista a personas con ceguera.

No es la primera vez que se experimenta con tecnología para devolver la vista. Los primeros dispositivos conocidos utilizaban pequeñas cámaras de vídeo que hacían las veces de ojo humano, conectadas, en su caso, al cerebro del usuario para transmitir impulsos.

Es el caso de Orion, un dispositivo que pudo enviar imágenes básicas al cerebro de personas invidentes. Otros dispositivos, casi siempre en forma de gafas, ‘traducen’ lo que se mira, ya sea texto, colores o formas.

A punto de probarse en humanos

Pero Monash Vision Group ha dado un paso más, aunque su dispositivo también emplea unas gafas colocadas en una especie de casco transmisor. En su propuesta, la cámara capta escenas y las procesa mediante software para transmitir la información a unos electrodos incorporados en el casco, que estimulan distintas zonas del cerebro, donde previamente se han implantado dispositivos. La estimulación permite al cerebro recrear las imágenes enfocadas por la cámara, y con una tecnología que incluso permite ‘ver’ en condiciones de baja luminosidad.

Para demostrar que su proyecto funciona, los científicos al frente del proyecto, de la Universidad de Monash, en Australia, implantaron este dispositivo a tres ovejas con ceguera y lo testaron durante nueve meses. Se pudo comprobar que el cerebro no rechazaba el implante y que se generaba la estimulación buscada. También comprobaron que no se producía daño cerebral consecuencia de la estimulación artificial.

Todo un hito científico y tecnológico que ahora se probará en humanos con el objetivo de determinar si la ceguera puede ser cosa del pasado. Gracias a la tecnología.

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