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Pánico en Orange: «La fusión va a ser una masacre para los empleados»

Pedro Ruiz| 10 de marzo de 2022

Orange y MásMóvil han pactado la que puede ser la operación del año. La unión de ambas dará como resultado una firma valorada en 20.000 millones que, además, parece dar a cada actor lo que ansía. Para la firma naranja es un paso adelante excepcional en su consolidación en un mercado vital para su futuro como es el español. Para los dueños de la low cost, los fondos KKR, Cinven y Providence, el plan de huida perfecto para llevarse el botín. Para el sector, la ilusión de reducir la competencia. Entonces, ¿todos ganan? La respuesta es que no.

Y es que hay un colectivo que saldrá perdiendo, además, con bastante diferencia: el de los empleados. “El acuerdo promete ser una escabechina para los trabajadores. En especial, para los de Orange”, advierten fuentes del sector. Dentro de la compañía el sentimiento es todavía peor. Al fin y al cabo, hace ya semanas que la plantilla del grupo galo estaba instalada en un día a día lleno de incertidumbre y miedo. La noticia no ha hecho más que constatar que todos los rumores eran ciertos y que se avecinan tiempos muy duros.

“Ahora hay verdadero pánico dentro de la compañía”, reconocen fuentes muy cercanas al grupo galo. “En el fondo, nos vamos concienciando de que esto puede ser una auténtica masacre en términos de empleo para nosotros”, explican desde dentro de la compañía. Y es que esta vez no solo se circunscribe a los empleados rasos, como los expedientes de regulación que se ejecutan normalmente, sino que se llevará por delante a un gran número de perfiles de mando dentro de Orange. “[Jean-François] Fallacher será el primero, pero habrá muchas salidas de directivos de Orange”, asegura un exejecutivo de la firma gala.

 

PÁNICO EN ORANGE POR LA DUREZA DE KKR, CINVEN Y PROVIDENCE

Pero, ¿de dónde viene tanto miedo? Para las fuentes consultadas por Influencers la clave está en la acción conjunta de los tres fondos de capital privado. Y también en cómo se ha establecido su plan de huida pasado el tiempo convenido. “El Private Equity se caracteriza por exprimir los recursos de las compañías al máximo, lo que implica recortar todo lo posible sus costes para hacerlas más rentables. Con ello, logran obtener unos retornos muy altos. Además, a la hora de ejecutar una estrategia así, no hay nadie mejor que éste tipo de fondos, y KKR, Cinven o Providence son los mejores entre los mejores”.

Una idea que, en el fondo, es muy acertada, tanto para los fondos como para Orange. Por un lado, la única forma real que tienen los tres fondos de materializar las ganancias de su inversión es la venta de su participación fijada para 2025. Y ese retorno será directamente proporcional a la rentabilidad que consigan imprimirle para entonces. Para que se cumpla, han exigido poner a su hombre de confianza y actual CEO de MásMóvil y Euskaltel, Meinrad Spenger, al frente de la nueva compañía resultante con la esperanza de que consiga los resultados esperados.

Por otro lado, también es una ventaja para Orange. Así, pese a que el pacto contempla una futura salida a Bolsa, el grupo galo tiene el derecho a hacerse con el control de la mayoría de la sociedad resultante. En el caso de ejecutarse, que sería lo más lógico, la operación no habría sido más que una compra en diferido. Entonces, a la firma francesa lo que realmente le interesará es tener la mejor estructura posible para después negociar el precio y el porcentaje de compra. Por ello, simplemente dejará hacer a los fondos.

 

LA FUSIÓN PARTE DE UNA VALORACIÓN MUY ALTA

La suma de todos esos factores son los que aterrorizan a la plantilla de Orange. Incluidos muchos de sus directivos. Al fin y al cabo, parece evidente que la estrategia de los fondos será la de exprimir a la compañía para elevar la rentabilidad y sus retornos. Un trabajo que ejecutara Spenger y para el que contará, seguramente, con su equipo de confianza propio. Al fin y al cabo, todavía continúan con él un gran número de directivos, más los que se han ido sumando. Un grupo que le ha ayudado a conformar una de las grandes operadoras españolas en apenas 15 años.

Aunque todo ese baile de números que deben hacer los fondos y Spenger puede ser aún más dramático. La clave está en la valoración actual del trato. Y es que el precio de ambas filiales, con los que se ha pactado la operación, son excesivamente altos. En especial, para Orange. Así, el valor de la empresa utilizado asciende a 8.100 millones de euros, lo que supone 7,5 veces el Ebitda de 2022. Pero es un valor excesivamente alto, al fin y al cabo, la matriz tiene una valoración de 4,8 veces Ebitda. MásMóvil directamente se ha valorado a 9,9 veces sus beneficios de explotación.

Lo anterior supone un importante hándicap. Y es que si la situación no mejora en el sector, lo que ayudaría a ver esos múltiplos más normales, el nuevo equipo directivo deberá estrujar todavía más a la compañía para que el volumen del Ebitda compense un EV/Ebitda más bajo. No es un camino fácil, ni mucho menos, ni parece estar despejado. Empezando por las aprobaciones correspondientes. Pero por desgracia parece que todos coinciden en que la dirección a seguir para alcanzar la meta es la de pasar por encima de los trabajadores.

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