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Overcrowding, cuando las ciudades rebosan de turistas

Redaccion| 28 de diciembre de 2017

La masificación turística ha sido uno de los asuntos que más atención han llamado en 2017.

España ha recibido hasta noviembre más de 77 millones de turistas, cifra que supera todos los recibidos durante 2016. Y tiene algunos destinos que casi nunca faltan en la lista de los visitantes, como Barcelona, una ciudad cuyo centro ha sido prácticamente tomado por turistas y que ha provocado entre algunos vecinos una ola de «turismofobia».

El turismo es un motor económico de primer nivel para las ciudades y para el conjunto de España, aunque el fenómeno de la masificación también se vive en Ámsterdam o Venecia. «En 2017, el turismo contribuirá con cerca de 7,9 billones de dólares a la economía global», explica Gloria Guevara, presidenta y CEO de WTTC. Pocas son las ciudades que renunciarían a recibir visitantes para mantener intacta su vida cotidiana, pero cada vez cala más la idea de que abusar tampoco trae nada bueno. Aunque se trata de un fenómeno reciente, y que hunde sus raíces en la facilidad que existe en la actualidad para viajar, ya existen soluciones para frenar este problema sin perjudicar ni a los ciudadanos, ni a los turistas, ni a las industrias que viven de ello. Un informe de WTTC & McKinsey («Hacer frente al éxito: Gestión del ‘overcrowding’ en destinos turísticos») intenta entender la naturaleza del problema e identifica soluciones específicas. «Es más fácil prevenir el fenómeno overcrowding que recuperarse del mismo», explica Alex Dichter, socio de McKinsey & Company.

El informe destaca cinco problemas: la alienación de los residentes locales, la infraestructura congestionada, la disminución de la experiencia turística, el daño a los recursos naturales y la amenaza al patrimonio cultural. Pero propone una serie de acciones prácticas para solucionarlo o, al menos, paliarlo en la medida de lo posible, como repartir a los visitantes a lo largo del tiempo y por diferentes áreas, o ajustar los precios para equilibrar oferta y demanda. También, regular alojamientos y limitar el acceso y las actividades, de manera que se obligue a ese reparto por épocas.

Además, ponen el acento en la importancia que tiene que los destinos conozcan sus puntos débiles, por lo que ha desarrollado un sistema que los ayuda a disponer de información que permita tomar las acciones oportunas. El informe incluye un mapa de calor que muestra el riesgo de overcrowding en 68 ciudades.

Los autores del informe sugieren el desarrollo de un plan que ponga a las personas y a las comunidades locales en el centro de la estrategia turística de cada lugar, con un enfoque a largo plazo que busque resultados no solo para quienes se dedican directamente al turismo, sino para el conjunto de la población. Para ello, proponen generar experiencias que mejoren la vida tanto de los turistas como de los residentes.

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