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De las pajitas de papel a los cubiertos de bambú, ¿son estas alternativas al plástico realmente sostenibles?

Lidia Vega| 26 de septiembre de 2022

Desde hace años estamos dando pasos para reducir lo máximo posible el uso de plásticos en nuestro día a día. El motivo es simple: hay que proteger el medioambiente. Para eso, hemos cambiado las pajitas de plástico por otras de papel o metal y los platos y cubiertos de este material contaminante por otros de bambú. Pero, ¿son todos realmente sostenibles?

El plástico es uno de los materiales que más usamos en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, su reciclaje es uno de los más lentos. Dependiendo del producto, tarda entre 100 y 1.000 años en descomponerse. Por ejemplo, las botellas de plástico tardan una media de 500 años en desintegrarse cada una de ellas.

Además, sus partículas quedan flotando en el agua, siendo el alimento de los peces, lo que provoca su muerte. Para evitar todo esto, junto con reciclar, llevamos a cabo una serie de medidas para tratar de reducir este consumo. Por ejemplo, ya no utilizamos tantas bolsas de plástico cuando vamos al supermercado a comprar y las hemos sustituido por bolsas de tela.

Sin embargo, hay muchas más opciones que aún no tenemos integradas y que pueden ser una gran alternativa para dejar de usar todo ese plástico que solo hace aumentar los problemas relacionados con el cambio climático. Aunque no todos son igual de ecológicos.

 

El bambú, el material más dudoso

Una de las alternativas al plástico que más de moda se han puesto es el bambú. Ya podemos comprar en todo tipo de comercio diversos elementos de bambú, como cubiertos, platos, cuencos, vasos o, incluso, bastoncillos para los oídos. Sin embargo, este material lleva recibiendo críticas de la Organización de Consumidores y Usuarios desde 2019. La última alarma la lanzaron hace justo un año.

A pesar de que la Unión Europea haya aprobado la comercialización de este menaje elaborado 100% con bambú, muchos de los productos que encontramos en las tiendas están elaborados mezclando plástico con fibras de bambú. Esto hace que no sean aptos para el uso alimentario, según la OCU.

Según las investigaciones, estos utensilios, en contacto con alimentos, pueden ser peligrosos, ya que se ha detectado que pueden migrar a los alimentos sustancias usadas en su elaboración como la melamina y el formaldehído en cantidades que superan los límites de seguridad.

Este tipo de productos suelen proporcionarse como ecológicos, biodegradables u orgánicos. Esto, además de falso, hace que los consumidores depositen su confianza en los productos. Muchas compañías resaltan el término bambú para que sea un reclamo para los usuarios.

Las autoridades sanitarias piden mirar muy bien la composición de estos productos y, en caso de pertenecer a este grupo, piden deshacerse de ellos. Además, recuerdan que los utensilios elaborados 100% con bambú están libres de problemas y se pueden usar con toda tranquilidad.

 

Pajitas de papel o cubiertos de maíz, otras alternativas sostenibles

Sin embargo, en los últimos años no han dejado de investigar para descubrir nuevos materiales que nos puedan ayudar a sustituir al plástico. Aunque, algunos, no son nuevos. El papel, por ejemplo, forma parte de nuestro día a día mucho antes que el plástico. Sin embargo, hasta ahora no habíamos pensado en él como sustituto.

La pulpa de papel se considera un producto 100% reciclado y biodegradable. Al tratarse de un material resistente y que difícilmente se deforma o agrieta; puede usarse para platos, vasos o cubiertos.

Sin embargo, el uso más extraño del papel es con las pajitas. Desde que el año pasado entrase en vigor la ley que prohibía el uso de plástico en bares y restaurantes, estos se han llenado de pajitas de papel. Aunque su reciclaje es muy sencillo, la verdad es que según avanza el tiempo en la que esta cañita está metida en la bebida se va reblandeciéndose y se acaba rompiendo.

Por otro lado están los cubiertos de PLA, más conocidos como cubiertos de maíz. Estos utensilios están fabricados con un bioplástico denominado PLA o poliácido lácteo, que se consigue gracias al polímero del maíz. Esta materia prima es completamente renovable.

Si algo destaca de este material es su rigidez y resistencia, capaz de soportar temperaturas altas, lo que le hace ideal para el uso de comidas calientes. Ya podemos encontrar cuchillos, tenedores, cucharas, cucharillas e, incluso, cuencos elaborados con este material.

Estas son algunas de las alternativas al plástico, aunque no podemos olvidar otros como el metal o el vidrio. Sin embargo, estas opciones son un poco menos ecológicas. Y tú, ¿ya has escogido tu favorita?

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