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Las petroleras de EE.UU. se revalorizan en 400.000 M$ tras expulsar a Rusia del mercado

Pedro Ruiz| 14 de marzo de 2022

El 22 y 23 de abril de 2021, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, invitó a cerca de 40 líderes mundiales en la llamada ‘mesa alta climática’. El ella se trató cómo acelerar la transición energética y no se contó con las grandes firmas petroleras. Ahora, es el propio Biden quien las persigue, en especial a los perforadores de crudo del país, en un intento desesperado de que aumenten su producción. Ese cambio de parecer ayudado por la invasión rusa de Ucrania, y sus posteriores consecuencias, promete ser altamente rentable para los inversores.

De hecho, ya lo ha sido y promete seguir siéndolo de dos formas. La primera es la de la revalorización de las compañías del sector. El principal índice energético de Estados Unidos, el S&P 500 Energy, sube en lo que va de año un 44,84%. Aunque en algunos casos específicos como Chevron, Occidental o Marathon Oil la gráfica de subida es mucho más vertical. Hasta el punto de que las 10 principales compañías petroleras estadounidenses suman una revalorización conjunta superior a los 400.000 millones de dólares (unos 365.000 millones de euros).

Una revalorización enorme liderada por un nombre principalmente: Chevron. La segunda firma petrolera más grande de EE.UU. se ha revalorizado casi un 50% en los últimos tres meses y hasta un 75% si se extiende la lupa hasta los seis últimos. Un crecimiento desaforado, más si cabe, dado el enorme tamaño que ya tenía, que le ha supuesto incrementar su valoración bursátil en más de 137.000 millones de dólares. El beneficio extra de la compañía proviene de dos puntos: el primero es que su devaluada posición en Venezuela podría reflotar ahora. El segundo es que hace un par de años hizo una compra histórica con Anadarko y ahora domina la cuenca Pérmica.

 

LAS PETROLERAS NADAN ENTRE EFECTIVO 

Chevron pagó 33.000 millones por el productor independiente estadounidense. El acuerdo fue una nueva señal de la creciente importancia del esquisto para las empresas energéticas más grandes del mundo. Ahora, es un área fundamental (y muy rentable) para los planes de Biden de desenganchar al mundo del crudo ruso. También transformó a la firma en el segundo mayor productor de petróleo del mundo que cotiza en bolsa, si excluimos al gigante Aramco que arrancó más tarde, solo por detrás de ExxonMobil, otra de las que se ha visto muy beneficiada de todo lo ocurrido en Rusia.

Con una valoración actual cercana a los 360.000 millones de dólares, el gigantesco ExxonMobil sube en los últimos meses casi un 55%. Un crecimiento que le ha permitido engordar su valoración es más de 124.000 millones dólares. Pero la histórica firma petrolera también es un gran ejemplo de porqué el sector energético sigue siendo tan rentable para los inversores, y es que es un gran generador de flujos de efectivo. La compañía ganó en 2021 más de 23.000 millones, una cifra no vista en muchos años y que irá casi íntegra a los accionistas ya sea a través de pagos por dividendos o recompras de acciones.

Al final, los pagos en efectivo son uno de los mayores atractivos de este tipo de compañías. Sin ir más lejos, Chevron ejecutó esa famosa compra de Anadarko en efectivo y todavía ha podido seguir pagando dividendo a sus accionistas. ExxonMobil ha seducido continuamente a un gran número de inversores, gracias a que ofrecía una de las rentabilidades por dividendo más altas de la Bolsa. También se ha gastado decenas de miles de millones en recompras. Aunque es todavía más curioso que los frackers estadounidenses también se han ido adhiriendo a esa tendencia de devolver las ganancias a sus inversores.

 

LOS FRACKERS LOS NUEVOS REYES DEL SECTOR

Una corriente impensable años atrás. Al fin y al cabo, el sector se convirtió durante muchos años en un pozo dónde los inversores tiraban su dinero, principalmente, por los bajos precios del crudo. Eso cambio con la pandemia. En primer lugar, porque en muy poco tiempo el valor del crudo se hundió, incluso llegó a valores negativos, lo que supuso la quiebra de muchas empresas. Una oportunidad perfecta para las que quedaron en pie de ir comprando sus campos (principalmente en la cuenca Pérmica) y crear una oligarquía del fracking. ConocoPhillips adquirió no hace mucho Concho, un gran productor, y Pioneer Natural Resources compró dos productores de esquisto, Parsley y DoublePoint Energy, ambos ubicados en terrenos adyacentes.

Ahora que EE.UU. quiere a Rusia fuera del mercado petrolero mundial este tipo de compañías son un gran reclamo para los inversores. ConocoPhillips y Pioneer Natural Resources  tienen un valor combinado de más de 180.000 millones, gracias a que en los últimos meses se han revalorizado en cerca de 70.000 millones. En otras palabras, si se cuentan los últimos seis meses ambas compañías han subido más de un 60% de media. Además, sus ganancias en formas de efectivo están en máximos. De hecho, Rystad, una consultora de energía, estima que las petroleras ligadas al fracking generarán casi 350.000 millones.

Pero no solo es dinero, también es poder. La industria se ve en una situación tan favorable que está jugando a chantajear a la administración Biden. Scott Sheffield un perro viejo del sector petrolero, director ejecutivo de Pioneer Natural Resources, al que se le conoce (o al menos conocía) como el mother-fracker juega ahora al gato y al ratón con el presidente de Estados Unidos. Así, le ofrece más petróleo (doblar el crecimiento de las producción en los próximos meses) a cambio de beneficios políticos.

 

EL LOBBY DEL PETRÓLEO VUELVE

Sheffields admitió que la industria podría aumentar la producción de barriles extras por día de 750.000 a 1,5 millones siempre y cuando haya: “Un cambio en la filosofía de la administración Biden sobre los combustibles fósiles en este país”. Para el ejecutivo es la única manera de que los inversores vuelvan a apostar por el sector. Así, el sector cree que será necesario para persuadir a los inversores que han ‘sufrido’ miles de millones en pérdidas en el pasado. Como si el botín obtenido ya no fuera suficiente.

El lobby del petróleo estadounidense, con los nuevos actores que son los frackers, parece que ha vuelto con más fuerza que nunca. Y es que no solo son Conoco y Pioneer, sino que hay muchas más firmas ligadas que están creciendo con fuerza. Occidental, Marathon Oil, Baker Hugues o Valero Energy, que entran dentro de este grupo de perforadores petroleras, ahora están valorados conjuntamente en cerca de 150.000 millones de dólares, tras revalorizarse en los últimos meses en más de 70.000 millones, lo que supone casi duplicarse.

En definitiva, cuando las petroleras parecían estar en sus peores momentos. Incluso, ExxonMobil presentó un plan (muy poco ambicioso eso sí) para reordenar su pesada estructura ligada al carbón. La guerra y las decisiones políticas de occidente les han devuelto al terreno de juego en mejor posición que nunca.

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