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¿Qué es Internet of Behaviours y por qué es la próxima gran tendencia en tecnología (y sociedad)?

Miguel Ángel Ossorio Vega| 15 de marzo de 2021

Quizás no hayas escuchado todavía el término Internet of Behaviour, o ‘Internet del Comportamiento’. No te preocupes: probablemente ya es parte de tu vida. Y se lo debes al Internet de las Cosas (IoT). Te contamos qué es Internet of Behaviours y por qué va a afectar (probablemente para bien).

Llevamos varios años hablando del Internet de las Cosas (IoT), un concepto que en la actualidad es una realidad que muchos utilizamos cada día. El Internet de las Cosas es el concepto que nace de los dispositivos conectados. También llamados ‘inteligentes’. Lo que antes era un televisor, ahora es una Smart TV. La diferencia radica en que tu nueva tele es capaz de conectarse a Internet. Lo mismo que sucede con una vieja lavadora respecto de una inteligente: la nueva se conecta por wifi, se sincroniza con tu smartphone (ah, que es un teléfono móvil inteligente… porque tiene conexión a Internet) y permite gestionar cosas hasta ahora inimaginables. Casi cualquier objeto que imaginemos tiene potencial de convertirse en un dispositivo conectado -y, por tanto, inteligente-. Véase cualquier electrodoméstico, una persiana, las bombillas, un coche o la correa de tu perro. No hay límites.

Esta nueva realidad ‘conectada’ da lugar a una capacidad de recogida de datos nunca antes vista. No en vano, cada dispositivo conectado genera información, la almacena, la clasifica y permite extraer ‘inteligencia’. Patrones, usos, estado… y comportamientos. Por ejemplo, a qué horas enciendo la lámpara del salón, y cuánto tiempo permanece encendida cada día. O cuándo pongo la lavadora, abro el frigorífico (y qué alimentos utilizo), hago café o bajo las persianas. También, cuándo conduzco mi coche, adónde voy e incluso con quién voy. Todo eso son patrones de comportamiento. Y ahí nace el Internet of Behaviours (IoB).

Qué es el Internet of Behaviours y para qué sirve

El Internet of Behaviours (IoB), o Internet del Comportamiento, es la evolución natural del Internet de las Cosas (IoT). Cuando disponemos de miles de millones de dispositivos conectados, la capacidad de recogida de información se multiplica hasta el infinito. Su análisis permite extraer esos mismos patrones individuales, pero a nivel masivo. Podemos saber a qué hora salen de casa millones de españoles cada día, cuál es el momento del día en el que los franceses encienden mayoritariamente la luz del salón de sus casas o cada cuánto tiempo compran un nuevo brik de leche los indonesios.

Las posibilidades son infinitas. Pero el trasfondo es el mismo: podemos saber ‘cuál es el comportamiento de las personas’, ya sea a escala masiva o individual. Y si podemos saber cuál es su comportamiento, también podemos influir en él. Para bien y para mal: para alertarte antes de salir de casa de que hay atasco en tu ruta habitual (que conocemos porque tu smartphone y tu vehículo conectado han recogido esos datos durante semanas) o para ofrecerte publicidad (por ejemplo, invitándote a comprar un nuevo brik de leche un par de días antes de que se vaya a terminar el que tienes abierto). Como se conoce tu comportamiento, se puede influir en él.

Las consecuencias del Internet of Behaviours para la privacidad no están del todo claras, aunque, en cierto modo, ya convivimos con este concepto en mayor o menor medida. Hasta ahora, el principal dispositivo de recopilación y análisis de datos enfocados a este concepto es el smartphone. Pero a medida que añadamos más dispositivos conectados a ‘nuestra’ red, y esta se conecte con una red global, el Internet del Comportamiento desplegará su poder. Será entonces cuando ya no hará falta preguntarse qué es Internet of Behaviours sino ‘para qué sirve’ o, en algunos casos, ‘por qué’ hemos permitido que esto suceda.

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