Y más de 300 días después… Carolina Marín y Jon Rahm vuelven a ganar
Carolina Marín y Jon Rahm. Jon Rahm y Carolina Marín. Ambos nombres forman parte del salón de la fama del deporte español, pese a que sus carreras están activas. Aunque en los últimos meses parecían haber desaparecido. Marín tuvo que abandonar las pistas de bádminton hace cerca de 11 meses, tras romperse el ligamento cruzado anterior y los meniscos interno y externo. Rahm, por su parte, pese a no estar parado, casi lo parecía al acumular también casi 11 meses sin levantar un trofeo. Pero este pasado fin de semana ambos se pusieron de acuerdo para volver a lanzar al deporte español a lo más alto.
Además, con dos victorias incontestables tanto por el prestigio como por la contundencia de ambos. Marín se alzaba con su sexto campeonato de Europa de la manera más especial que uno se pueda imaginar. Así, tras la parada obligada para curar unas heridas tan terribles, la onubense se alzó como campeona del viejo continente, en Madrid y con una contundencia insólita, solo cedió en set en el torneo. Una buena prueba de ello fue la virtuosa final que protagonizó Marín en la que aplastó (21-10 y 21-12) a la escocesa Kirsty Gilmour, para el júbilo de los espectadores españoles.
Poco después, y a miles de kilómetros, Rahm hacía lo propio y se alzaba con la victoria en el Open de México, torneo del circuito estadounidense. El golfista vasco también demostró una gran consistencia en su juego, ya que logró imponerse a sus rivales en todo momento. En concreto, el español se colocó en la primero ya en sus primeros golpes, una posición que ya no abandonaría hasta el final durante las cuatro jornadas que duró el torneo. Una proeza que no había logrado en su carrera y deja entrever su fortaleza mental.
DE LA EXIGENCIA DE RAHM A LA EMOCIÓN DE MARÍN
Aunque no se lo pusieron nada fácil, como demuestra la propia tarjeta de golpes del golfista español. Así, tras un gran arranque de Rahm, con una primera jornada de 64 golpes y la siguiente de 66, las cosas se complicaron algo en las dos siguientes. Brandon Wu, Tony Finau y Kurt Kitayama empezaron a desplegar un gran juego que terminó por meter presión al vasco. De hecho, en la tercera jornada ejecutó 68 golpes y en la cuarta y última se fue a los 69. Finalmente, esa cifra fue suficiente para alzarse con el torneo mexicano y volver a saborear una victoria, tras más de 300 días sin conocerla.
La victoria, además, es una inyección de confianza enorme para el vasco de cara a sus próximos compromisos. De hecho, llegó al Open de México con algunos de sus peores registros en su carrera. En especial, durante el Masters de Augusta, el primer grande de la temporada, en el que Rahm solo pudo alcanzar el puesto 27, el mismo escalón que en su debut, en 2017, cuando en los cuatro años anteriores había firmado cuatro puestos de honor entre los 10 primeros (cuarto, noveno, séptimo y quinto). Ahora la victoria debe espolearle para defender su corona en el US Open del 16 al 19 de junio.
Pero para ello Rahm sabe que debe mejorar su juego. “No ha sido mi mejor semana de putt, pero hoy he metido unos importantísimos al principio. He sido positivo y agresivo”, explicó el español sobre su juego. Unas palabras que muestras la exigencia que tienen los campeones. Algo que también se puede ver en cada una de las actuaciones de Marín. La onubense también tuvo su inyección de moral para su siguiente gran reto, el campeonato del mundo que se celebrará en agosto en Kioto. Un laurel ya ha ganado en tres ocasiones. Aunque lo más importante para ambos vendrá mucho más adelante, ya que ambos han demostrado el potencial suficiente para seguir elevando el deporte español muy alto.
