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Bonbon Reich: de confinada a famosa

Coche Echarren| 19 de julio de 2021

Las redes están plagadas de influencers que muestran lo que se ponen, sus rutinas de cuidado personal, sus labios jugosos y las tabletas de su abdomen. A veces, para las personas a las que nos ridiculizaban por mirarnos un poco de más al espejo (la vanidad estaba muy mal vista hace no tanto), resulta increíble la falta de pudor y de humildad que abunda entre selfies y vídeos que solo se dedican a mostrar lo guapo que es o está uno. Junto a todo eso, hay otra tendencia que triunfa: el humor. Y entre lo uno y lo otro, pero mucho más en el humor que en otra cosa está Bonbon Reich: un soplo de aire fresco. Raquel Martínez, -ese es el nombre que reza el DNI de la influencer-, se hizo famosa cuando uno de sus vídeos personales se convirtió en viral. A partir de entonces, sus rutinas payasas aunque también imitables, son de lo más visto en las redes. Bonbon Reich o @rmc13011 alias La Raki es uno de los nuevos fenómenos.

De 300 mil al millón de seguidores

“La gente empezó a conocerme durante el confinamiento, sobre todo a partir de mayo. Todo comenzó por un vídeo con uno de mis perros. Es lo que tiene TikTok: si un vídeo que a lo mejor no está ni trabajado ni nada, se hace viral, todo cambia de repente. Antes de esa publicación quizás tenía unos 300.000 seguidores, que está muy bien, pero después llegué al millón, y en agosto al millón y medio. Todo cambia de un día para otro”. Raquel era delegada farmacéutica de unos laboratorios. Pero llegó un momento en que su trabajo resultó ser incompatible con la actividad en redes de Bonbon Reich. “No me daba el tiempo. Pero además es que iba a las farmacias y me pedían que hiciese promociones para ellos… era un lío todo”. Vive y trabaja en Sabadell, con su pareja –El Rubiales-, su perra –Nua-, por temporadas con los hijos de él y su perroOna, Jan y Pupi-, y con su batidora –La Ricarda-, protagonista de sus extravagantes y deliciosos desayunos.

Rutinas con humor

Hoy ha venido a Madrid con Alba, su representante, que nos cuenta: “Fuimos nosotros quienes le propusimos un plan de representación porque vimos que hacía algo realmente distinto. Creemos que ahora han surgido otros diarios o rutinas como las suyas, pero los consideramos imitadores”. Lo que hace Raquel en ‘los diarios de la Raki’ es contar cómo es una mañana o una tarde de su vida, a cámara rápida, dando importancia a detalles nimios y dotándolos de humor. En su día a día, no falta una rutina de cuidado personal (con cremas y peinados) y de comida. Muchas veces participan también los miembros de su familia con bailes o con lo que surja. ¿A quién le divierten los días payasos de La Raki? Pues a niños, adolescentes y adultos.

He llegado a ese punto en que me siento con libertad para ser como soy y hacer lo que quiero. Soy como me muestro en las redes.

¿Cuál fue ese momento en que notaste que de pronto todo el mundo te reconocía?

En las pasadas vacaciones de verano. Me fui una semanita con mi pareja y sus hijos y, cada vez que salíamos a pasear, notábamos que cuchicheaba la gente. O incluso se acercaban, me reconocían. Y me pedían fotos.

¿A tu pareja, El Rubiales, le ha costado entrar en todo esto?

Sí, la cosa empezó con su hija Ona, nosotras hacíamos bailes para TikTok. Pero a él le chocaba porque le daba como vergüenza que alguien con mi edad (32 años) hiciese esas cosas. Y le preocupaba por si me podía afectar negativamente en mi trabajo o en lo que sea… no estaba tan normalizado como ahora. Parece que en internet las opciones son tabletas en la tripa y rutinas de belleza o humor. Podrías haber sido del primer grupo. Yo siempre he sido muy de teatro y muy payasina. Mi pareja es 15 años mayor que yo y eso hacía que muchas veces no me expresase con toda la naturalidad, que me cortase. Pero he llegado a este punto en que me siento con más libertad para ser como soy y hacer lo que quiero. Mucha gente me pregunta si soy así. Y sí, lo soy. Lo que muestro es real, aunque no muestro todo claro.

Conviertes las cosas más simples en aventura.

Claro, es que al final juego a dramatizarlo todo. En mi día a día soy muy dramática y eso tiene que ver mucho con mi punto de humor. Lo que hago es exagerarlo mucho todo. Es difícil mantener la frescura cuando hay marcas que pagan por promociones.

Me encanta poner nombres a las cosas. Mi batidora es la Ricarda

¿Cómo te manejas con eso?

Es un tema delicado, hay que estar bien asesorado. Porque somos una publicidad muy buena y rentable para las marcas, pero tenemos que seleccionar y hacerlo solo con los productos con los que de verdad nos identificamos. Si no, la gente nota que algo no cuadra. A veces me puede llegar un proyecto bonito, pero si es una marca que no encaja conmigo se notará, será malo para mi imagen y para ellos, que no obtendrán los resultados. Hay que seleccionar.

También haces promociones gratuitas como con el colorete de Benefit que te pones cada día.

Sí, lo hago porque eso también está bien. Me gusta contar lo que hago de verdad. Y me encanta poner nombres a las cosas. Ese colorete tiene el suyo, Vicio, como lo tiene la batidora, La Ricarda. Creo que esta manía mía de poner nombres a las cosas, a la gente le gusta y le divierte. Y genera un vínculo especial con ellas.

Todo esto de las redes acaba de empezar y da un poco de miedo. Cuando era niña, este mundo no existía y me pregunto si va a durar.

Una vez contaste que de niña tuviste sobrepeso. ¿Cómo has conseguido seguir manteniendo una relación con la comida tan divertida y ‘disfrutona’ después de haber adelgazado?

Yo siempre he tenido un físico fuera de lo normal, era alta y corpulenta. Veo fotos y cuando tenía cuatro años parecía la madre de mis compañeros de clase. Después, en la adolescencia, te entran las inseguridades. Pero conocer a mi pareja actual y sus hijos me ayudó a cambiar el chip y la comida empezó a ser algo distinto. A mí ahora el metabolismo me ha cambiado y puedo comer lo que quiera sin engordar. Eso puede darse la vuelta de un día para otro, pero ahora es así. Y aunque haga platos exagerados, me gusta mostrar que es importante dedicar tiempo a elaborar la comida, usar ingredientes sanos, hacer deporte…

Mis batidos son muy locos para darle un toque visual con colorantes alimenticios. Pero son sanos. ¿Cómo te ves en el futuro?

Todo esto de las redes acaba de empezar y da un poco de miedo. Cuando era niña, este mundo no existía y me pregunto si va a durar o cambiar y si estas plataformas dejarán de existir. Creo que lo importante es ir adaptándote a las novedades, aunque es incómodo y da miedo. Ahora, por ejemplo, se llevan mucho los directos. También tengo proyectos fuera de las redes sociales. Quiero hacer algo que tenga más que ver con organización de eventos.

Sus gustos

Irías de viaje con El Rubiales a…
Estados Unidos.

Un perfume:
For Her de Narciso Rodríguez.

Un robot:
La batidora.

Un placer:
El café de las mañanas.

Una prenda fetiche:
Mis Converse de suela alta.

El último descubrimiento culinario:
Los donuts, me salen brutales.

Y el cosmético:
El primer de The Freshly Cosmetics.

 

Foto: Chema Martínez

 

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