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Ray Zapata: «Voy a pelear por estar en lo más alto»

Miguel Angel Gomez| 4 de julio de 2024

Con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos de París, que comienzan el 26 de julio, Ray Zapata (galardonado en la V edición de los Influencers Awards) afronta este nuevo envite con el objetivo de mejorar la medalla de plata conseguida en Tokyo 2020. Ray protagoniza la portada del número de julio-agosto de la revista Influencers. Además, es una de las grandes esperanzas que tenemos para superar el ‘techo’ de las 22 medallas que logramos en Barcelona 92. 


Rayderley Miguel Zapata Santana (República Dominicana, 1993) tuvo una infancia bastante divertida. En los países del Caribe los niños están mucho más tiempo jugando con otros niños en la calle que en los países europeos y eso permite una mayor diversión. Esa libertad era lo que permitía a Ray dar rienda suelta a sus impulsos: “Recuerdo que me gustaba subirme a los árboles para coger fruta y comérmela”. Y es que su especial agilidad para manejar su cuerpo en permanente desafío a la gravedad le ha llevado a convertirse en uno de los mejores gimnastas del mundo. 

A pesar de lo feliz que fue en esa época, sucedió que, cuando tenía 10 años, tuvo que emigrar a la isla de Lanzarote. Aquel niño de origen dominicano pondría entonces por primera vez un pie en España, país que le acogió y al que le está devolviendo su hospitalidad con creces, haciendo ondear su bandera en los más importantes podios del mundo. Pero no fue fácil. “Mi madre quería unas mejores condiciones de vida para nosotros”, recuerda. “Al fin y al cabo, no vivíamos en unas condiciones en Santo Domingo en las que la calidad de vida fuese buena, y mis padres siempre se han esforzado por darnos lo mejor. Mi madre tuvo la oportunidad de emigrar a Lanzarote y más tarde consiguió traernos a sus cinco hijos” [Ray es el único varón y el del centro]. 

Pero la vida en Lanzarote era diferente a lo que había conocido hasta ese momento, aunque para los que hemos nacido aquí sea lo más parecido al Caribe que tenemos en nuestro territorio. “Cuando llegué a Lanzarote me encontré más recogido, porque los niños no van tan libres cuando solo tienen 8 o 9 años. Hasta que conocí la gimnasia. Hice un grupo de amigos y ahí dejé de aburrirme”. El pequeño Ray no se divertía especialmente en la escuela, aunque no por ello abandonó los estudios. “Como era muy inquieto y activo, me costaba mucho sentarme a estudiar. Pero al final conseguí sacar la prueba de acceso a la universidad y actualmente puedo estudiar cualquier carrera, aunque he preferido centrarme en mi carrera deportiva primero y después estudiar unas oposiciones para ser policía o bombero”, explica. 

GERVASIO DEFERR ‘TUVO LA CULPA’ 

Como muchos niños de su edad, Ray practicaba una gran variedad de deportes: atletismo, baloncesto, balonmano… Lo que tocara ese día. Mientras, sus hermanas empezaron a hacer gimnasia, y eso fue determinante. “Fui a verlas a una exhibición y, pensando que la gimnasia solo la practicaban chicas, descubrí que también había chicos haciendo gimnasia, realizando unos mortales muy altos, y me encantó. Al día siguiente me apunté y, aunque hacía también otros deportes, me decanté finalmente por la gimnasia porque me apasionaba”, recuerda Zapata, y añade: “Empecé a ver competiciones y, cuando vi a Gervasio Deferr en los Juegos Olímpicos, pensé que yo también quería llegar a unos Juegos. Así que, a día de hoy…, aquí estoy”. 

Como ocurre en otras disciplinas, aunque con el paso de los años vamos superando ese lamentable prejuicio, el entorno de Ray (externo a su familia) no veía con buenos ojos que se dedicase a practicar gimnasia deportiva, por no considerarla propia de los chicos. Aunque le quita importancia por tratarse de cosas de niños, lo recuerda como una situación desagradable: “Bueno, los niños son bastante crueles, aunque lo hacen de forma inconsciente en muchos casos. A mí me daba un poco igual que se rieran cuando me veían con un maillot. Hay otros deportistas que también lo llevan, como los atletas o los de halterofilia, y eso no significa que sean homosexuales. Pero sí hubo niños que me llegaron a decir que era homosexual por llevar un maillot”.

A finales de la primera década del siglo XXI, el buen desempeño de Ray en esta disciplina deportiva le animó a postularse para acceder al Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid, pero inexplicablemente le respondieron con un ‘portazo’ adu ciendo que ya era demasiado mayor y que tenía muchas carencias técnicas. Se cubrió de gloria el responsable de semejante decisión. 

Pero como tantas veces ocurre en la vida, siempre que se cierra una puerta, se abre una ventana. A raíz de su retirada, Gervasio Deferr tenía la intención de formar un nuevo equipo de futuros gimnastas junto a Víctor Cano, “y en ese equipo querían que estuviera yo porque veían mis cualidades y confiaban en que podía llegar a ganar una medalla olímpica. Entonces me dieron la oportunidad de integrarme en el equipo, en el Centro de Alto Rendimiento de Barcelona”, recuerda. 

“Vine a Madrid porque sabía que aquí iba a alcanzar mi máximo potencial, y no me equivoqué”

Así fue como en el año 2010 se trasladó a Barcelona para ser entrenado por el bicampeón olímpico Gervasio Deferr y por Víctor Cano en el CAR de Sant Cugat, en el que permaneció tres años, hasta que fue asignado al CAR de Madrid para integrarse a la selección nacional. Aunque al principio Ray era reacio a este nuevo traslado, por tener ya organizada su vida en Barcelona, finalmente se convenció: “Yo había venido a llegar a lo más alto y, habiendo dejado a mi familia en Lanzarote cuando me fui a Barcelona, decidí seguir avanzando. Entonces vine a Madrid porque sabía que aquí iba a alcanzar mi máximo potencial, y no me equivoqué”.

Ray Zapata alcanzó su primer gran éxito en 2014, cuando logró la medalla de bronce en la Copa del Mundo disputada en Cottbus, en salto de potro. Al año siguiente, en junio, ganó la medalla de oro en los Juegos Europeos de Bakú 2015, y en octubre la medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Gimnasia Artística de 2015 que se celebró en Glasgow, ambas en la competición de suelo. Aquella medalla le daba el pasaporte para su primera participación en unos Juegos Olímpicos: Río de Janeiro 2016.

Si quiere leer la entrevista completa y saber qué ocurrió con la polémica medalla de plata que consiguió en Tokio 2020, cómo se está preparando para París, y su opinión sobre el apoyo de las instituciones con los deportistas, entre otras muchas cosas más, pida la revista Influencers en su quiosco.

Fotos (c) Fernando Bosch

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