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Rovi desvela que sus vacunas contra el covid contenían partículas de acero ‘por error’

Pedro Ruiz| 25 de febrero de 2022

A finales de agosto, Laboratorios Farmacéuticos Rovi (más conocida simplemente como Rovi) se vio obligado a dar la voz de alarma en verano por problemas en 1,6 millones de vacunas contra el covid-19 que había producido de la biotecnológica Moderna. Se trataba de tres lotes que debían suministrarse a Japón, pero cuya entrega fue detenida al encontrarse sustancias “anómalas” en algunos de los frascos, pese a que ya se habían administrado. Ahora, la firma reconoce que se trataban de partículas de acero inoxidable 316, tras realizar los estudios pertinentes.

La información de que se había incluido accidentalmente una sustancia anómala se conoció tras la muerte de dos personas. Un desenlace que provocó el escrutinio del primer lote en cuestión y, posteriormente, de los siguientes hasta que se retiraron del mercado. Pese a ello, la compañía defiende que “no hay evidencia de que los dos trágicos fallecimientos producidos a continuación de la administración de la vacuna de la COVID-19 de Moderna (lote 3004734) estén de ninguna manera relacionados con la administración de la vacuna”. Y simplemente se atribuye a una relación casual.

Pero la defensa de la compañía lleva la coletilla de “por el momento”. Así, Rovi (y la propia Moderna) señala que seguirá estudiando ambos casos para conocer realmente si las muertes fueron casuales o causales. “Es importante concluir una  investigación formal para confirmar este extremo. La investigación se está llevando a cabo con la mayor urgencia, transparencia y honestidad y es de la máxima prioridad”, afirma el laboratorio. Aunque cerca de medio año después, todavía no hay una respuesta acerca de este caso, pese a esa supuesta “prioridad”. Y, además, a pesar de conocerse ya la sustancia tóxica que se encontraba dentro de los viales.

 

EL ACEFRO 316 LLEVA MOLIBDENO, UN COMPUESTO «ALTAMENTE TÓXICO»

En concreto, Rovi explica al regulador que: “Según el análisis independiente llevado a cabo por Moderna, la partícula del lote 3004667 ha sido analizada a fondo y se confirma que se trata de acero inoxidable de grado 316″. La cifra indica que se trata de un tipo de material mucho más pesado, que el acero inoxidable normal. Esa especificidad de este material que podría hacerle tóxico. Algo que reconoce la propia compañía al señalar que “es un alto grado de acero inoxidable utilizado habitualmente en la  fabricación y en el procesamiento de alimentos”.

Así, ese acero inoxidable de grado 316 es el que, por ejemplo, se usa en los quirófanos, ya que es menos corrosivo que el 18/10 que se puede encontrar en las ollas a presión de las cocinas. Aunque tiene una peculiaridad que le puede hacer más peligroso dentro del organismo humano. Y es que a diferencia del acero inoxidable 304, otra variedad dentro de este grupo, el 316 contiene una sustancia que se conoce como molibdeno que se considera “altamente tóxico”. De hecho, hay evidencias entre la exposición prolongada de este compuesto y disfunciones hepáticas graves. Esos estudios, por ejemplo, son relevantes en trabajadores expuestos crónicamente como los mineros en la antiguas plantas soviéticas.

Pese a esos datos, la compañía se escuda en que esas partículas de acero incluidas no afectan negativamente a las personas. Así, la Rovi señala que “tras una evaluación sanitaria llevada a cabo por Moderna y Takeda, la rara presencia de partículas de acero inoxidable no supone un riesgo indebido para la seguridad del paciente y no afecta negativamente al perfil beneficio/riesgo del producto”. Además, señala que este tipo de material se utiliza “habitualmente en válvulas cardíacas, prótesis articulares y suturas y grapas metálicas”.

 

ROVI SE EXCUSA EN UN ERROR DE ELINEACIÓN ENTRE DOS PIEZAS

Otra de las preguntas que parecen que se han desvelado es la forma en que dichas partículas llegaron a los viales. Así, la propia Rovi reconoce el error como propio al señalar que se produjo durante el envasado y posterior cierre. En concreto, el laboratorio coloca como “causa más probable” la fricción producida entre dos piezas metálicas instaladas “en el módulo de tapones de la línea de producción debido a un montaje incorrecto”. Así, “las dos piezas son la rueda de estrella y la pieza del dispositivo de alimentación de tapones que introduce los tapones en la rueda de estrella”.

Al final, la fricción entre esas dos piezas sería la causante de que algunas partículas saltasen a los viales introduciéndose dentro. “Se cree que esta condición se produjo durante el montaje de la línea antes de la producción del lote 3004667 y fue el resultado de una alineación incorrecta durante un cambio de línea antes de comenzar este lote”, explica Rovi, tras el estudio realizado. A pesar de todo, el laboratorio español y Moderna han firmado un pacto para seguir siendo socios de producción de vacunas para los próximos diez años.

A pesar de todo, el laboratorio insiste en que “no se espera que la inyección de las partículas identificadas en estos lotes en Japón suponga ningún mayor riesgo médico”. Aun así, las líneas de investigación sobre los dos fallecimientos producidos siguen abiertos y la compañía no da más detalles de los mismos, tras más de seis meses entre las muertes y las explicaciones a través de las cuentas.

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