Procedemos a visitar los lugares clásicos que ofrece Madrid durante las fiestas de Navidad. Desde las luces de la Puerta del Sol hasta el mercadillo de la Plaza Mayor pasando por el sueño infantil de Cortylandia. Una ruta para hacer en familia donde, sobre todo, disfrutarán los más pequeños de la casa.
Nuestra ruta arranca, como no podía ser de otra manera, en la Puerta del Sol. Allí, además de la famosa estatua del Oso y el Madroño, aguardan los personajes más populares entre el público infantil para fotografiarles a su lado a cambio de una propina. Desde princesas Disney a protagonistas de seriales televisivos, aunque este año parece triunfar Súper Mario por encima de todos. Pero lo más espectacular es esperar a las 18:00h para disfrutar de las luces del enorme árbol de navidad que hay en su centro.
También veremos a numerosos vendedores de lotería asegurando que llevan los números de Doña Manolita. Si queremos ir a la auténtica, debemos subir por la Calle del Carmen hasta su número 22. La famosa administración número 67 lleva vendiendo lotería desde 1904. Sus sedes han ido variando de ubicación en el centro de Madrid, y aunque las leyes de la probabilidad establecen que cualquier décimo tiene las mismas oportunidades de ser premiado, las kilométricas colas que se forman en su puerta a diario hablan por sí solas.
Seguimos hacia arriba. Por el camino escucharemos a numerosos músicos callejeros tocando junto a las puertas de las superficies comerciales. Agotamos la calle hasta desembocar en la Plaza del Callao, donde una de esas superficies ha instalado una caseta para vender exclusivamente productos navideños, desde muñecos de Papá Noel hasta complementos para el belén.
Ponemos de nuevo rumbo a Sol, pero esta vez bajando por la paralela, Preciados. No tardaremos en torcer a la derecha por la calle del Maestro Victoria para asomarnos a Cortylandia. Cada año se monta aquí este espectáculo gratuito de muñecos animatrónicos que les cantan sus villancicos a los más pequeños en un show que ronda la media hora. Esta vez la temática es ‘Elfolandia’, y estará hasta el 5 de enero (día de Reyes). Entresemana hay siete pases al día, número que varía sábados, domingos y festivos.
Torciendo a la izquierda por la calle Tetuán de nuevo hacia Preciados nos llamará la atención la cola permanente que hay en la puerta de Casa Labra. En este bar restaurante se fundó el Partido Socialista Obrero Español por Pablo Iglesias el 2 de mayo de 1879, pero sobre todo debe su reputación a sus tapas de bacalao rebozado, que se suelen pedir acompañadas de una caña de cerveza para tomar de pie dentro o fuera del local.
De regreso en la Puerta del Sol ponemos rumbo a la Plaza Mayor por la Calle Cuestas. Famosas son sus estatuas humanas, y también empezaremos a ver los primeros bares en ofrecer el característico bocadillo de calamares rebozados, cuya oferta se expande por toda la plaza y alrededores. Justo antes de pasar por el arco, en la Calle de la Sal observaremos a nuestra izquierda diversos cuadros de Mingote dibujados a lo largo de la fachada del edificio. El característico dibujante también diseñó el relojero animatrónico que hay a la derecha, en mitad de uno de los balcones del primer piso. Forma parte del carillón que da la hora con una música de campanas.
Pero la verdadera razón de ir hasta la Plaza Mayor es asomarnos a cada una de las casetas que integran su icónico mercado de navidad, que estará abierto hasta el 31 de diciembre. Todo tipo de complementos para belenes caseros y profesionales: musgo, portales de corcho, molinos, puentes, cascadas, casas de pastores, palacios… Y todo tipo de figuras de todas las escalas, desde romanos hasta pastores pasando por supuesto por el escatológico caganer. También multitud de pelucas y caretas con las que disfrazarse y, como dirían en Top secret, “artículos de coña”: bombas fétidas, chicles amargos, bombetas…
El centro de Madrid en general está atestado de bares y restaurantes donde comer opciones de todo tipo. Si queremos hacerlo sentados, en estas fechas lo mejor es reservar antes en el que más rabia nos dé y curarnos en salud antes de tener que herrar durante horas hasta encontrar hueco.
Regresamos a la Puerta del Sol. En la esquina con la calle Mayor abre sus puertas desde 1894 La Mallorquina, famosa por su bollería artesanal y lugar ideal donde merendar con un café calentito. Poco más adelante, en la calle del Correo, veremos a la derecha la cola que se forma para ver el Belén y el Bosque de los Deseos (entrada gratuita). Con un poco de suerte ya nos habrán dado las 18:00h, así que podremos disfrutar de las luces del árbol navideño de Sol. Rematamos la jugada siguiendo por la calle Alcalá hasta el Edificio Metrópolis, junto al cual han instalado este año la gigantesca bola luminosa en su unión con la Gran Vía. Lugar ideal para despedirnos y desearos felices fiestas.
Texto y fotos: Jesús Casañas
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