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Sandra Golpe: «Algún día me he ido pensando que teníamos que mostrar más, ser más duros con la gente»

Miguel Angel Gomez| 23 de septiembre de 2020

‘Noticias veraces, opiniones independientes’ fue el eslogan elegido por Antena 3 para su arranque allá por 1990, año en el que la imagen informativa era José María Carrascal, con su particular estilo, sus llamativas corbatas y el novedoso editorial con el que cerraba el informativo. Tres décadas después, el protagonismo informativo lo lidera Sandra Golpe Cantalejo (San Fernando, Cádiz, 1974), uno de los rostros más valorados de Atresmedia.

Esta periodista forma parte de Antena 3 desde 2008, y su informativo de las tres de la tarde es, durante los últimos tres años consecutivos, el líder absoluto de la sobremesa. En meses, suma más de 30 ocasiones de hegemonía absoluta de manera ininterrumpida. Pero, además, en 2020 se alza como la edición de informativos más vista de la televisión por primera vez en la historia, con una media de más de 2,5 millones de espectadores y el 18,6% de share, según Kantar.

“Si esto funciona, es porque funciona el equipo. Hay muy buen ambiente entre nosotros y eso es clave”, afirma Sandra, y añade: “nos ha ayudado mucho también la gran baza de la realidad aumentada. Esta casa ha apostado mucho por las nuevas tecnologías. Tener la posibilidad de contar las cosas de manera más creativa es más atractivo para el espectador y nos permite enganchar a otras generaciones más jóvenes”.

Sandra no solo presenta los informativos, sino que también los edita y los dirige. Como directora, tiene la última palabra sobre su informativo. Abre los ojos cada día a las seis de la mañana y se pone al día escuchando a su compañero Carlos Alsina, por quien reconoce sentir debilidad. Tras repasar los diarios digitales, tiene su primera reunión con el equipo a las nueve de la mañana para elaborar un guion “que va cambiando desde primera hora de la mañana hasta que acaba el informativo, por todo lo que va pasando”. Y es que durante la emisión de sus informativos se han producido noticias en directo que ha tenido que narrar, como la muerte de Adolfo Suárez o de Santiago Carrillo, la declaración unilateral de independencia de Cataluña, o el tsunami de Japón”. Fue muy alabada en las redes sociales cuando estuvo veinte minutos intentando mantener a la audiencia ante el retraso de una aparición de Pedro Sánchez con motivo de la pandemia. “En las comparecencias del presidente ha habido de todo menos puntualidad. Nos aseguraron una hora de comparecencia y nos lo creímos la primera vez… Luego no caímos más”.

 

En los informativos, ¿contáis todo lo que sabéis o se han dado casos en los que habéis ocultado información para evitar males mayores?

Si no hemos contado algo, ha sido por un motivo de mucho peso o porque vulneraríamos la privacidad de alguien. En tiempo de coronavirus tuvimos un debate intenso sobre si mostrábamos los ataúdes y se decidió que teníamos que ser más respetuosos. Hemos contado las cosas intentando respetar en todo momento y creo que hemos sido muy honrados porque no hemos dejado de contar las cosas.

 

Algún día me he ido pensando que teníamos que mostrar más, ser más duros con la gente.

 

En las fiestas que todavía se siguen celebrando de jóvenes que no respetan ningún tipo de distanciamiento, protección con mascarillas, etc. ¿no crees que si hubierais mostrado imágenes más duras se habría concienciado más a esas personas que parecen ajenas a la gravedad de la situación? A la DGT parece que le funciona en sus campañas…

Esto es una decisión a otros niveles. Lo que nos ha pasado no tenía precedentes y quisimos actuar con mucho tiento y respeto. Pero, efectivamente, me pregunto si quizá nos habría funcionado mostrar más crudeza para concienciar a esta gente. Las reuniones que teníamos durante los peores meses del coronavirus por las mañanas eran muy duras. Se lloraba al ‘cantar’ los temas. Estábamos muy ‘tocados’. Aunque yo no me arrepiento, algún día me he ido pensando que teníamos que mostrar más, ser más duros con la gente. ‘No teníamos que haber terminado con los aplausos, teníamos que haber acabado con víctimas’. Por otro lado, sabíamos que había muchas personas solas durante el confinamiento y tratábamos de equilibrar. Nos han llegado a ver cuatro millones de personas, y da mucho respeto atizar demasiado porque el efecto es inmediato. Teníamos mucha
responsabilidad con toda España confinada. ¿Podríamos haber sido más duros? Pues también, pero no sabemos si eso habría tenido consecuencias más nefastas. Al principio, la situación era tan dramática que enviábamos a un compañero a una residencia con el micro y al día siguiente él tenía coronavirus. Imagínate cómo iba el siguiente que hacía esa cobertura.

Has declarado que no te crees la cifra de muertos del Gobierno…

Nosotros dábamos diariamente la cifra del Gobierno y lo que decían las funerarias. Al día siguiente: ‘esta es la cifra del Gobierno y esto lo que dicen los Registros Civiles hoy’. Eso no ha gustado a determinadas personas y nos han machacado.

¿A qué te refieres?

A que eso nos ha generado muchas presiones, incluso en las redes sociales. Se vio claramente que había 45.000 pensionistas menos con respecto a años anteriores. Nosotros no podemos hacer más que decirle a la audiencia: ellos nos han contado esto, pero nosotros hemos visto esto y esto. Entonces ya, juzguen ustedes mismos.

¿Qué hubiera pasado si España hubiera tenido un Gobierno de otro signo?

Pienso que el sistema sanitario necesita mayor inversión y no hubiéramos sabido gestionarlo bien tampoco. China se reservó el material sanitario para ellos y comenzó a comercializar un poco.
Cuando nosotros llegamos al aeropuerto a por nuestro material nos encontramos con que nos timan, con que hay otros países por delante, e incluso comunidades autónomas. Llegamos tarde, mal, nos timaron… pero a todos los niveles. Ahora bien, sabíamos lo que estaba pasando en Italia y aquí hubo una negligencia clara. Se cerraron las fronteras muy tarde y se dieron mensajes equivocados. No me cabe duda de que, con el paso del tiempo, cada uno quedará en el sitio que le corresponde.

¿Crees que el ministro de una cartera debe ser una persona con formación en esa área?

Evidentemente el perfil de Salvador Illa es sumamente político. Era la cuota del PSC en el Gobierno y supongo que será el primer sorprendido de encontrarse con una situación así. Yo me quedo más tranquila sabiendo que hay un médico a cargo de la Sanidad, pero este Gobierno se ha construido en base a otro contexto. Se crearon multitud de ministerios y el de Sanidad no era entonces de los
importantes. A partir de ahora no creo que esto vuelva a suceder.

Como mujer, ¿te ves representada por el 8-M?

A mí me representa el feminismo entendido como igualdad efectiva entre hombres y mujeres a nivel laboral. Claro que somos diferentes hombres y mujeres, pero si miro a un equipo de personas no miro el sexo, miro el talento. Lamentablemente, en las grandes empresas hay techos de cristal
que todavía no se han roto, y eso es lo que justifica que exista el 8M. Me ofende profundamente cuando me preguntan: “y tú, ¿cómo has conseguido este trabajo siendo mujer, con lo difícil que es?”. Al último 8M no fui. Aunque tenía información de lo que estaba pasando, igual que no me gusta que me etiqueten en ningún partido político, no me gusta pertenecer a ninguna asociación de nada. Mientras yo me dedique humildemente a contar las noticias, prefiero mantener la distancia para poder mantener la imparcialidad, aunque ya sé que no existe, ni la imparcialidad ni la objetividad plena. Yo tengo mis ideas y mis valores, como todos.

 

>>Podrás leer la entrevista completa en el número de septiembre 2020 de la revista Influencers.

 

Fotos: Jesús Cordero

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