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Sandra Sánchez: “Creo que hay que despedirse en el momento en que estés en lo más alto”

Miguel Angel Gomez| 9 de julio de 2022

Lo ha vuelto a hacer. Sandra Sánchez, una de las mejores deportistas españolas de la historia, acaba de ganar esta pasada madrugada la única prueba que todavía no había conquistado: los Juegos Mundiales. Con este triunfo en Birminghan (Alabama) se convierte en la única mujer en la historia del kárate con todos los títulos posibles de los grandes torneos: es la vigente campeona olímpica, del mundo, europea, de la Liga Mundial, y ahora, de los Juegos Mundiales. Una leyenda. Un orgullo para el deporte español.

 

 

Sandra Sánchez (Talavera de la Reina, 1981), que protagoniza la portada de julio-agosto de la revista Influencers tras haber sido galardonada con el premio Influencers Awards 2022, está considerada como la mejor karateca de la historia en la categoría de kata femenino. Posee la Triple Corona (Campeona de Europa, del mundo y campeona Olímpica desde el año 2021). “La Triple Corona no tiene por qué conseguirse en el mismo año, pero en mi caso sí fue así. Creo que en España nadie lo había conseguido hasta entonces”, afirma con humildad Sandra.

Fue en 2018 cuando Sandra Sánchez obtuvo ese reconocimiento como mejor karateca de la historia por parte de la Federación Mundial de Karate, habiendo ganado ese mismo año el campeonato mundial de kata femenino (un título que revalidó en 2021). También ha sido campeona de Europa en siete ocasiones consecutivas (2015, 2016, 2017, 2018, 2019, 2021 y 2022), y la primera campeona olímpica de la historia de karate en su modalidad en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. 

Te dejamos unas pinceladas de la entrevista a Sandra Sánchez que podrás encontrar aquí.

 

«Se cuestionaba si era demasiado mayor para meterme en el equipo nacional»

 

¿Cómo definirías un kata para quien no entienda mucho de karate?

Como una serie de movimientos preestablecidos donde están todas las técnicas que existen dentro del karate y donde el árbitro a nivel de competición evalúa un 70% la parte técnica y un 30% la parte atlética. Al final es un compendio de todo. Entonces se evalúa la fuerza, la velocidad, la potencia y el equilibrio. Cualquier desequilibrio o movimiento pequeño te deja fuera de la competición. 

 

¿Qué es el Papuren y qué tiene de especial?

Era un kata que no se usaba en competición. Nosotros queríamos hacer algo que sorprendiese, porque haciendo lo mismo ya el árbitro lo conoce todo y había que hacer algo diferente, que captase la atención de la gente. Entonces nos fuimos a Japón, China y Taiwán, y estuvimos entrenando con un montón de maestros intentando buscar todos los orígenes del karate desde el principio, para conocer bien en profundidad ese kata y poder sacarlo en competición. Y con ese kata conseguí ganar mi primer campeonato de Europa.

 

¿Y el grito en el kata?

Es una liberación de energía. Al final, tú estás haciendo una serie de movimientos tan explosivos, con tanta potencia, con tanta fuerza, que todo eso se está acumulando dentro de ti. Y la forma de sacar toda esa energía que está en tu cuerpo es a través de ese grito. Es la manera de transmitir todo ese fuego interior que tienes al hacer el kata.

 

¿Haces combate también?

Hacer combate y hacer kata es hacer karate. Es verdad que cuando estás preparando un campeonato –y ya te has especializado en algo– toda tu atención está en tratar de hacer lo mejor posible eso por lo que estás compitiendo. Pero luego en los entrenamientos hacemos todo. Es cierto que evitamos el combate cerca del campeonato porque evitas todo tipo de lesiones y riesgos.

 

¿Cuál es tu rutina?

Me levanto sobre las 07:15 de la mañana. Preparo las cosas, ducha y bajo al desayuno. Después del desayuno subo e intento hacer algunas de las cosas que tenga pendientes de ordenador o de estudiar, y sobre las 09:30 me voy a los entrenamientos. De 10 a 11h, entrenamiento físico; de 11 a 13h, entrenamiento técnico. Son tres horas por la mañana. Después, depende del día, puedes tener fisio o directamente ducha y al comedor. Media horita de descanso y sobre las cuatro volvemos a entrenar también otras tres horas. Después, fisio o baños de contraste. Al comedor a cenar y subo a la habitación. Siempre hay un ratito de lectura, porque me gusta mucho leer.

 

Sandra Sánchez posa para el objetivo de Influencers. (c) Fernando Bosch

 

 

Tu explosión se produjo con 34 años. ¿Qué pasó ese año?

Pues que conseguí ganar el Campeonato de España justo el año anterior y empecé a competir en campeonatos internacionales, porque el problema que tenía yo era que llegaba a los campeonatos de España, me quedaba tercera y la Federación no me llamaba para nada. No sabía dónde estaba yo a nivel internacional. 

En los campeonatos internacionales puedes competir representando a tu club, no representando al país. Empezamos a competir en ese circuito y a tener una idea real de dónde estaba nuestro nivel comparado con el resto del mundo, no solo comparado con la gente de España. Y entonces, un club de Dubái me ve competir, antes de ganar el Campeonato de España y de entrar en la selección española, y me fichan. Algo que no había pasado nunca en karate.

Ellos me pagan los viajes, las inscripciones y, después de solo dos campeonatos con ellos, nos ofrecen irnos a vivir a Dubái, dar clases allí y poder yo prepararme para competir en el circuito mundial. Eso fue un salto de calidad porque me permitía entrenar prácticamente todas las horas del día que quisiera, ya que dábamos clase una o dos horas al día. O sea, realmente enfocarme de una manera mucho más profesional. 

 

¿Y cuál fue el detonante?

Pues que al año siguiente de estar en Dubái gano el Campeonato de España (compitiendo por Castilla La Mancha) y se abrió la oportunidad de poder ir al Campeonato de Europa, que tampoco fue fácil porque en España siempre ganaba antes otra persona y era difícil tomar la decisión de cambiarla. Se cuestionaba si era demasiado mayor para meterme en el equipo nacional.

Hubo dos meses de tira y afloja, de si se me daba o no la oportunidad de ir al Europeo. Y por fin llegó esa oportunidad. Gané el Europeo y se me abrieron las puertas de poder competir internacionalmente, de estar en los europeos, en mundiales, en campeonatos donde ya representaba a mi país, pues ese mismo año ya quedo número 1 del mundo y ya era como una bola de nieve que iba rodando.

 

«Yo creo que el triunfo es haber seguido intentándolo tantos años y haber seguido creyendo en mí misma»

 

¿Cómo y cuándo finalizó la etapa de Dubái?

Pues en verano de 2016 le ofrecen a Jesús ser el seleccionador nacional y entrenar al equipo nacional en el Centro de Alto Rendimiento. Entonces ya teníamos la oportunidad de volver a España para seguir haciendo lo que nos gustaba y él poder acompañarme a mí en todos los campeonatos, al ser el seleccionador, y decidimos volver a España.

 

¿Cuál es el triunfo que consideras más especial para ti?

No me quedaría con un momento en concreto. Yo creo que el triunfo es haber seguido intentándolo tantos años y haber seguido creyendo en mí misma. Yo creo que ese es el mayor triunfo, no una medalla o algo metálico.

 

¿Qué sensación produce ser la mejor del mundo?

Pues no lo sé muy bien. Te sientes bien por haber conseguido hacer algo en lo que tanto tiempo has creído. Además, creía mucho en lo que Jesús estaba haciendo conmigo y era una forma de recompensarle a él todo el trabajo y la confianza que depositó en mí. 

Y por otro lado, como es algo intangible, llegas a un campeonato y estás igual de nerviosa que si fuera el primero. Cualquier movimiento te deja fuera de la competición y no te sirve para nada ser número 1. Entonces es como si tuviera dos caras.

 

 

Sandra Sánchez posa con su Oro Olímpico en Tokio 2020. (c) COE

 

¿Te despides este año de la competición?

Sí. Yo creo que hay que despedirse en el momento en que estés en lo más alto. Yo no quiero esperar a perder. Es verdad que me ha costado mucho llegar hasta donde estoy, pero yo creo que es bonito cerrarlo estando ahí. De hecho, me planteé que si conseguía ganar el Europeo, Mundial y Juegos Olímpicos el mismo año era el cierre perfecto. Pero no había público y me daba mucha pena no regalarle mis katas al público, a la gente que me apoya y por eso decidí hacer un año más, como homenaje a toda esa gente también. 

En el Campeonato de España puedo viajar y despedirme de todos los amigos y compañeros. El Campeonato de Europa era el último que hacía con la selección española, que es otra familia, porque pasamos todo el tiempo con ellos. Y en los Mundiales, aunque no viaja la selección española porque solo nos clasificamos individualmente, es una manera de despedirme de mis compañeras rivales y amigas a nivel mundial.

 

¿Y no te va a quedar la duda de que podrías haber aguantado un año más?

Siempre tienes ese pensamiento. Pero es que lo tendría al año siguiente también. Y al final tienes también que gestionar ese sentimiento, porque tomar la decisión de la retirada, fácil no es. Tienes tu bolita ahí, en el estómago, pero también hay que sentir todo eso y tienes que pasar por ello. Y habrá momentos más tristes y momentos más nostálgicos, pero son sentimientos que tienes que sentir, gestionarlos y pasarlos.

 

¿Tú éxito deportivo es suficiente para tener tus necesidades económicas cubiertas de por vida?

Tratar de vivir con las becas es muy difícil si no es gracias a los patrocinadores. O sea, el karate en sí no te va a dar para vivir. Muchos torneos no tienen premio económico y los que lo tienen son de 500 €, 750 €…

Conseguir que a través de todo lo que transmites –no solo los triunfos– lleguen los patrocinadores y faciliten ese camino es la manera en la que se consigue vivir del karate, pero no te da para una vida. Hay futbolistas que se pueden jubilar cuando se termina su carrera deportiva, pero en el karate hay que seguir trabajando y haciendo cosas después.

 

Entonces, ¿cómo te ves en el futuro?

Bueno, yo siempre he sido feliz y me veo feliz. Disfrutando del karate, disfrutando de la vida y, profesionalmente, transmitiendo karate. Quiero primero viajar y dar seminarios alrededor del mundo, porque ahora se abre un abanico de posibilidades de gente que nos llama de todo el mundo. Y al mismo tiempo que enseño karate, conozco los lugares a los que voy. Si doy un seminario un fin de semana, me puedo quedar una semana y conocer el país, la cultura, la gente y disfrutar de los sitios a los que viajo, porque hasta ahora no he podido hacerlo.

Y luego quiero crear una comunidad de karate con la que compartir todo esto. Las redes sociales ahora nos dan esa posibilidad de poder transmitir, enseñar online y poder estar cerca de toda la gente alrededor del mundo. Y me gustaría transmitir todo lo bonito que yo he vivido y lo menos bonito, porque también me ha hecho superarme y crecer.

 

Si quieres saber cuáles han sido los momentos más duros que ha vivido Sandra Sánchez, qué sintió al ganar el oro olímpico, qué piensa de series como Cobra Kai o de la discriminación en el karate, o cual fue su anécdota en los Juegos Olímpicos de Tokio, pide la revista Influencers en tu quiosco. Un número para guardar.

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