Secretos de Madrid
No hay entrada desde la calle. En el Atelier de Charo Palomo solo entran quienes lo conocen. En esta peluquería singular es posible sentirse como en casa, o como en el despacho.
Gracias a sus casi 30 años en el sector de la peluquería Charo Palomo ha sabido revertir la experiencia de ir a cortarse, teñirse o peinarse. “Siempre pensé que había un vacío en el tema humano, en el trato y por eso abrí un lugar tan diferente”. Ir a la peluquería es un trámite pesado que se intenta posponer lo máximo para todo aquel que no va solo buscando un corte rápido: por el tiempo dedicado, por los ruidos, por tener que dejarse ver (a veces con tremendas pintas…). Pero no en El Atelier. “Nosotros, al revés, te arreglamos un mal día”.
Pasar la tarde en este lugar escondido en el barrio de Salamanca con vistas a un patio ajardinado, es un placer. Y esa sensación de que son demasiado lentos, de que estamos perdiendo mucho tiempo y de que ya no llegamos a lo que teníamos pensado hacer después, desaparece. Hay una zona, decorada para que todo el mundo se sienta como en casa, que se ha preparado para que sea cómodo trabajar con el ordenador o comer. “Algunos clientes vienen directamente con su tupper pero en general suelen encargarnos la comida y nosotros nos ocupamos de ir a buscarla y traérsela”. En este rincón casi secreto de Madrid verás a actores y actrices, a modelos, pero también a gente de lo más normal. Todo el mundo sale guapo porque esta discípula de Dessange tiene mucho estilo. Pero nos quedamos sobre todo con un tratamiento para los preocupados por la pérdida de pelo: “La aplicación de células madre del árbol del argán regenera los cabellos dañados y frena la caída”.
Por María Aguilar