Silvia Leal: «Vamos a ver un avance brutal en robótica»

Hablar con Silvia Leal es adentrarse en el futuro sin abandonar el presente. Es una de las mayores expertas del mundo en tecnología, speaker imprescindible en cualquier foro que quiera saber lo que llegará a nuestras vidas y una persona cercana que explica la realidad sin artificios. Hablamos con ella de inteligencia artificial, robots, coches autónomos… Vamos, de lo que será nuestra vida dentro de poco tiempo.
¿La inteligencia artificial es lo más disruptivo que hemos visto nunca?
Yo creo que es lo más disruptivo que, al menos, hemos visto nosotros desde el punto de vista tecnológico, porque lo que vemos es solo el principio. Si analizamos cuál puede ser el impacto, hoy por hoy no tiene límites, porque el poder de la inteligencia artificial está en el hecho de que es el gran acelerador de todas las demás tecnologías.
¿Es como una tecnología por encima del resto de tecnologías?
Más bien por debajo, porque sus poderes se multiplican: lo que podías hacer con otras tecnologías, podrás hacerlo más y más rápido, inventando cosas nuevas. Es el gran salto cuantitativo y cualitativo de todo lo demás.
Los usuarios comunes a menudo piensan en ChatGPT cuando se habla de inteligencia artificial, pero esta tecnología es más profunda. ¿Qué otras aplicaciones habrá más allá de la IA generativa, que parece estar actuando más bien como un gancho?
La IA generativa pasó el test de Turing en 2014, y ahí se empezó a notar la aceleración en todos los desarrollos, pero ChatGPT no ha sido la primera, aunque sí la que ha generado interés. Mucha gente la usa para hacer los deberes o un texto para el trabajo, pero la inteligencia artificial, por ejemplo en medicina, tiene grandes posibilidades para investigar de otra manera y generar contenido más rápido, aumentando la productividad de los investigadores o incluso para saber cuál es la mejor medicación para un paciente. Nos podríamos pasar días hablando de todo lo que no se nos ha ocurrido hacer todavía con la inteligencia artificial.
La IA es bastante buena analizando datos y extrayendo de ellos información relevante. Ya no se habla tanto de big data como antes, pero ¿es la inteligencia artificial la que sacará valor de esos datos?
En big data tienes mucha información que te permite hacer predicciones o sacar conclusiones, pero la diferencia con la IA es que ese algoritmo cambia. Es listo y va aprendiendo, como los niños. Y tiene intuición. Esa es la diferencia con el big data: aprende de lo que ha sucedido y del contexto, y acaba siendo más lista que un humano.
Los datos son la base de la IA, y muchos de los chatbots que usamos sacan su información de internet, de periódicos o incluso de mensajes en redes sociales. ¿Detrás de esta importancia que parece que cobran de nuevo los datos están las ‘guerras’ entre países para que la información de sus usuarios se almacene en su territorio?
Son debates distintos que, de una manera u otra, podríamos entrelazar. Si tienes una IA y quieres que cada vez sea más lista, necesitas que aprenda generaciones y haga su funcionamiento sobre datos masivos buenos, que permitan que se desarrolle. Los modelos de IA, cuanta más información utilizan, más fiables son, porque aprenden más. Con TikTok sucede que los usuarios están subiendo mucha información que Estados Unidos consideraba peligrosa en manos de adversarios tecnológicos. ¿Está ligado? Son datos y, si el otro sabe usarlos bien, podrá entender te mejor o manipularte.
Estados Unidos dice que China podría acceder a los datos de TikTok, pero ¿eso no es una forma implícita de reconocer que ellos también pueden hacerlo?
¡Me has quitado la palabra de la boca! Ellos son los que tienen los datos de todos los europeos… Yo creo que el juego es hacer se con la propiedad de la mitad de la compañía, porque no estamos hablando solo de tener esa información, sino de que, si controlas los algoritmos que definen qué ve y qué no ve una persona, que es la clave, vas a controlar lo que piensa. No es tanto para tener y manipular sus datos. Puedes dominar una sociedad.
Entonces, la batalla por TikTok no es tanto empresarial por su éxito frente a Meta, sino para que China no tenga esa relevancia en el discurso público occidental.
China está controlando, en estos momentos, qué hacen nuestros hijos en su tiempo libre. Y TikTok en China favorece el contenido educativo, mientras que en Europa favorece los ‘bailoteos’. Seremos más felices, pero ¿a quién le va a ir mejor? Es un debate mucho más profundo, porque con esto ganas o pierdes elecciones.

Poco antes de la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca, Mark Zuckerberg, fundador de Meta, la empresa propietaria de Facebook o Instagram, anunció un cambio en sus políticas de moderación de contenidos para, dijo, favorecer la libertad de expresión.
Meta cambió de director de políticas corporativas y puso a una persona afín a Trump. Pero vamos al porqué: para acercarse a la manera en la que estaba funcionando Twitter/X, que es como funciona el código abierto, donde son los usuarios y la comunidad quienes tienen el poder de decidir y opinar cuándo algo es o no real. Además, así se acercan a Trump. Es otra forma de gestionar, ni mejor ni peor. Si a los usuarios nos los tomamos en serio, puede funcionar mejor que las agencias. ¿Quién lo hace mejor? Dependerá de los usuarios. Me preocupa saber que el 4% de los españoles generan noticias falsas porque les parece divertido.
Este enfoque, entonces, se asemeja más a un modelo como el de Wikipedia, donde es la comunidad la que verifica y controla los contenidos. Pero muchos analistas dicen que el fin de los verificadores en Meta dará lugar a más discursos de odio y noticias falsas.
Todos nos metemos con Zuckerberg porque es perfecto. Se le ha puesto como el malo, y así no hay más malos. Si lo hace Elon Musk, nadie dice nada. Pero hay muchos sitios donde se hace de esta manera. Si pone agentes, controla la red. Y si los quita, fomenta las noticias falsas. Cuando uno tiene mucho éxito… es como con los empresarios en este país, que parecen el demonio. Yo no lo entiendo.
En el ámbito regulatorio hay dos ‘bandos’: el que apuesta por la desregulación y el que apuesta por más regulación. ¿Cuál es el punto de equilibrio para el mundo tecnológico?
Lo que pasa con la IA es que aprende y su algoritmo cambia, porque toma decisiones. Cuando lo hace, no sabe explicarte cómo toma la decisión, porque ha tenido en cuenta millones de factores. Lo que ocurre es que se toman decisiones muy importantes, como la medicación que toma una persona o a dónde me llevo mi negocio. Por eso, la legislación europea obligó a los gigantes digitales a explicar sus algoritmos para saber cómo han tomado la decisión, pero, hoy, un banco que toma una decisión con IA y no te da una hipoteca no tiene información de por qué no te la da. Es necesaria la regulación y que se sepa cómo funcionan los algoritmos, porque estamos hablando de la vida de las personas, pero tampoco nos podemos pasar, porque regulamos, se lo aplicamos al que está aquí y al que viene de fuera no le aplicamos la misma fuerza regulatoria.
La ‘soberanía de los datos’ está moviendo mucho dinero, como los 500.000 millones de dólares del Proyecto Stargate anunciado en los primeros días de gobierno de Donald Trump. ¿Está en los centros de datos esa nueva pugna geopolítica entre potencias?
En Europa pasa algo parecido: si queremos que todo esto crezca, la base es la generación de datos, con centros capaces de almacenarlos y gestionarlos con mucha eficacia para que la IA sea más rápida. Si para crecer necesitas tener los datos en otro sitio, tienes un problema. Parece una decisión acertada con visión a largo plazo.
La otra gran pugna tecnológica está en el mercado de los chips, donde Taiwán ha tenido, tradicionalmente, mucho peso, pero donde ahora muchos otros países quieren sumarse. ¿Es una burbuja o es algo real?
No es una burbuja. Durante el coronavirus dependíamos de los chips de fuera, por lo que teníamos una falta de suministro brutal. Y ahora tienes chips en todo. Todos los países deberían plantearse muy seriamente apoyar a los emprendedores metidos en este negocio, porque sin chips no hay IA.
“Vamos a ver un avance brutal en robótica, pero estamos un poco obsesionados con que sean robots
humanoides”
Dos de los dispositivos donde los chips son muy importantes son los coches autónomos y los robots, dos sectores que parece que siguen evolucionando hacia nuevas realidades que podrían ser más o menos comunes en poco tiempo.
El gran freno de la robótica era su cabecita, que es la inteligencia artificial. Su movimiento viene definido por algoritmos matemáticos, y su limitación motriz o emocional, o el hecho de que aprendan y tengan creatividad, ahora viene de la IA. Vamos a ver un avance brutal en robótica, pero estamos un poco obsesionados con que sean robots humanoides. No sé por qué un robot que haga compañía debe tener pinta de humanoide. Creo que tenemos que ser un poco más imaginativos.
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