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Smart Cars, los coches del futuro

Redaccion| 7 de abril de 2017

En los últimos cinco años la industria de la automoción está sufriendo una de sus mayores transformaciones desde que se inventara el primer automóvil en 1885. La evolución de la sociedad ha llevado a desarrollar coches cada vez más autónomos, conectados y ecológicos.

En 2013 se incorporó a los vehículos el control a distancia, un sistema que usa láser y radar para mantener la distancia de otros vehículos en la carretera. En 2014 las grandes marcas automovilísticas incorporaron el acceso 4G para facilitar la conexión a Internet. En 2015, las empresas japonesas Toyota, Honda y Nissan desarrollaron vehículos que funcionaban con combustible de hidrógeno. Finalmente, en 2016, las marcas implementaron aplicaciones propias que permitían arrancar el coche a distancia usando el teléfono móvil.

Este año, el reto del sector de la automoción es el de consolidar el uso de Smart Cars en todo el mundo. Estos coches inteligentes son controlados por un ordenador a bordo y un sistema de cámaras y sensores. Funcionan en base a una batería y cuentan con un botón de encendido Stop/Go. Sus sensores son de 360 grados y tienen un amplio rango de vista para evitar puntos ciegos. Estos vehículos pueden transportar hasta dos personas y alcanzar una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora, lo que les convierte en los coches ideales para circular por ciudad.

Los beneficios de utilizar Smart Cars son muchos. La web Idat señala que la adopción masiva de estos vehículos sería clave para reducir la contaminación, lo que afectaría positivamente en el cambio climático. Además de respetar el medio ambiente, los Smart Cars podrían ayudar a disminuir drásticamente el número de accidentes de tráfico en un 90%, previniendo hasta 30.000 muertes y 2 millones de lesiones al año. La mayor parte de los accidentes tienen su origen en un error del conductor. Sin embargo, el ordenador que maneja los Smart Cars tiene un tiempo de reacción mucho más corto que el de un humano, aparte de no verse afectados por factores externos que distraen a las personas mientras están al volante.

Los principales motivos de distracción de los conductores humanos son: ir conversando con otros pasajeros (80%), sintonizar la radio (65%), comer o beber algo (45%), contestar y hacer llamadas (40%), usar dispositivos tecnológicos (móviles, tabletas, etc) (30%) e interactuar con los niños que van sentados en la parte de atrás del vehículo (27%). Los Smart Cars tampoco pierden facultades ni reflejos porque vayan conduciendo cansados o bajo los efectos del alcohol.

Otros beneficios de los coches inteligentes son que podrían ayudar al transporte y la movilidad de personas con problemas de visión o a acabar con los problemas de estacionamiento que sufren las grandes ciudades, ya que estos vehículos tienen la particularidad de que pueden dejar a los pasajeros en un punto determinado, marcharse, y regresar a recogerles a la hora indicada.

Actualmente se está trabajando para lograr que en el año 2020 estos coches sean fabricados de forma masiva y estén a la venta para el público. Y es que la tecnología para crear un Smart Car supera los 250.000 dólares en la actualidad.

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