Smart City: la ciudad del futuro
«Los grandes cambios que se producirán en el futuro los van a generar las ciudades en lugar de las naciones, porque es allí donde nacen las ideas», afirmaba María Sheila Cremaschi, directora de Hay Festival Segovia, en una entrevista publicada en el número de diciembre de la Revista Influencers.
Para poder cambiar el mundo, primero tiene que producirse la transformación de esas mismas ciudades en lugares que mejoren la vida de sus habitantes, manteniendo un equilibrio entre el bienestar de los ciudadanos y la preservación del entorno.
La Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) ha elaborado una infografía en la que establece los requisitos que debe cumplir una ciudad para convertirse en una Smart City: mantener un desarrollo social, económico y ambiental sostenible, gestionar los recursos naturales de forma óptima, establecer una unión entre los ciudadanos y las instituciones para lograr un mismo objetivo y que las infraestructuras presenten soluciones tecnológicas a esos ciudadanos.
¿Cuál es la tecnología que incorpora una Smart City? En su mayor parte, persigue la eficiencia energética en los hogares. La instalación en las viviendas de paneles solares permiten transformar la luz en energía eléctrica. Pero además, es necesario aplicar el Smart Metering, una medición inteligente de lo que gasta cada usuario en energía, gas y agua. Los medidores inteligentes registran el consumo en tiempo real, cuál es el coste en esos momentos, para que el ciudadano decida si quiere conectarse o no a la red y muestra en qué parte de la vivienda se está consumiendo mayor energía. Los datos los recibe la compañía eléctrica para solucionar cualquier problema.
En cuanto a la circulación por las ciudades, es imprescindible que se potencie la implementación de vehículos eléctricos. Una política que gire en torno a la eMobility no solo persigue convencer a sus ciudadanos de que adquieran este tipo de automóviles, sino que debe facilitar en la ciudad puntos de recarga y estacionamiento especial. Por su parte, los semáforos inteligentes permiten detectar si hay un grupo numeroso de peatones esperando para cruzar una calle, o si por el contrario hay un atasco. En función de los datos que recojan sus sensores, favorecerá el paso de unos u otros.
En una Smart City no solo se instalan Smart Sensors en los semáforos, sino por toda la ciudad, con el fin de conocer los datos de tráfico, los niveles de contaminación y agua en los ríos, y hasta el número de aparcamientos disponibles. Es importante que todos estos datos sean conocidos por los propios ciudadanos, por lo que es vital desplegar redes Wi-Fi públicas potentes para que todos contribuyan a la sostenibilidad de su ciudad.
La UPC ha querido destacar algunas de las ciudades que ya se han convertido en Smart Cities. La primera del ranking es Nueva York, debido al rápido procesamiento de las fichas criminales y la frecuencia de las infracciones. Tokio se sitúa en el octavo lugar gracias a la detección e inmediata respuesta ante fenómenos como los terremotos, mientras que Singapur ocupa el puesto 22 por su capacidad para reutilizar el agua: el 10% de la que se consume a diario proviene del mar.