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Smartphones y el año 2023, ¿dejará este mercado de ser aburrido?

Helio Hervás| 3 de enero de 2023

El mercado de los smartphones está completamente estancado. Algunos directivos de la compañía más importante que existe dicen no encontrar explicación más allá de la incertidumbre económica que existe. No les falta en parte razón, pero hay algo que no hacen y que es importante: mirarse a un espejo y pensar si están haciendo algo efectivo para que esto no sea así. Y, lo cierto, es que la respuesta casi siempre es negativa en estos momentos.

Desde hace un tiempo, y excepción hecha del esfuerzo por parte de Samsung y sus teléfonos de pantalla plegable, no hay prácticamente nada nuevo en este mercado. Y, lo que generalmente se hace, es ofrecer una sucesión de componentes que se repiten en los dispositivos (de gama alta o media) que se repiten de forma constante. Por lo tanto, apenas es el software lo que ofrece diferencia. Y, como resultado, los compradores acaban por caer en la desidia y no adquieren nuevos smartphones por las novedades… simplemente debido a que el modelo que tienen se ha roto o es excesivamente viejo y algunas cosas no funcionan. Es decir, que ocurre algo parecido que con los electrodomésticos. Y, este, es un grave problema.

 

Los móviles actuales son como el día de la marmota

No hablamos de estar escuchando la misma canción como en la película de Bill Murray, pero casi. Lo que ocurre es que si alguien se va a comprar un terminal y va a un lugar en el que se pueden probar los más potentes (o los que no lo son tanto), se comprueba fácilmente que los modelos con el mismo rango de precio son prácticamente un calco en su interior… y, por lo tanto, es todo una sucesión de repeticiones que no aportan nada diferencial. Y, esto, hace que factores como el diseño o el sistema operativo acaben por decantar la balanza. Y, sin duda alguna, no es lo que más agrada a los fabricantes.

 

Personas con smartphones
Personas utilizando smartphones casi iguales

 

Básicamente, lo que pasa es que se ofrece lo mismo, pero un poco más vitaminado… como ocurría hace años con las impresoras de inyección de tinta o con la frecuencia de los antiguos procesadores para ordenador -ya fueran de AMD o Intel-. Me explico: en vez de una cámara de 48 megapíxeles, integrar una de 50 MP, o conseguir llegar a una carga rápida de 120 W en vez de cien. Esto, en el fondo, no aporta una mejora sustancial y, al final, el usuario lo detecta y no ve nada que le haga pensar: ‘sí, esto lo quiero y lo necesito’. Incluso Apple ha caído un poco en esta especial de desidia por falta de innovación.

Los años en los que algunas compañías dejaban boquiabiertos a los compradores, con novedades que no se habían visto nunca (algunas no especialmente útiles, como por ejemplo los accesorios de Motorola para algunos de sus terminales), parecen algo que no se volverá a producir… y, de nuevo, dejando a un lado las pantallas plegables que sí han significado un salto importante… pero muy caro por el momento -lo que, ciertamente, tiene toda la lógica-. Aquí es donde realmente uno se da cuenta lo que significaron visionarios como Steve Jobs, que poco o nada tienen que ver con los actuales encabezados por Elon Musk.

 

¿Hay margen para la mejora de los smartphones actualmente?

Pues lo cierto es que sí, y sin tener que cambiar formatos y estructuras de trabajo interno. Simplemente, hay que centrarse en lo que es importante de cara al usuario más allá de ofrecer más músculo en el hardware (que ya es bastante potente, todo hay que decirlo). Esto es lo que se conoce como mejorar la experiencia de uso, que en muchas ocasiones no se le da la importancia que tiene.

Un claro ejemplo de lo que decimos es el propio de la carga rápida. Se ha llegado a un nivel de potencia que, sinceramente, no tiene sentido que sea mucho más alto a no ser que se ofrezca la posibilidad de completar un proceso en uno o dos minutos. Esto sí sería diferencial. Pero a este punto todavía no se ha llegado. Lo que sí sería muy positivo para los usuarios es que las baterías tuvieran una vida útil mayor, debido a que esta es una de las razones más habituales por las que se visitan los servicios técnicos: cambiar este elemento, ya que su funcionamiento ha pasado a ser errático.

 

Cámara de un iPhone
Cámara trasera de un iPhone de Apple

Más cosas a tener en cuenta para los smartphones de 2023

Por otro lado, en lo que tiene que ver con las pantallas, para sorpresa de muchos (como el que escribe), la frecuencia de refresco se ha convertido en un factor de compra. Parece que, si no se llega a los 120 Hz, no merece la pena el terminal. Y esto no es así. Hay una característica que es mucho más importante y a la que no se le presta la debida atención: el muestreo táctil. Este es el que hace que la respuesta al pulsar en la pantalla sea más o menos rápida -y es uno de los grandes culpables para que los iPhone parezcan superiores al resto-. Si es lo primero, se tiene una sensación de velocidad que ni un procesador permite en ocasiones. Por lo tanto, sería ideal que se diera un salto importante aquí.

También el uso de fotografía RAW sería un acierto, ya que esta permite que las imágenes sean más realistas (fin a las fotos pasteleadas o que saturan mucho más de lo necesario por un procesado posterior a la toma que no es adecuado… no todos son un Google Pixel, la verdad). El caso es que aquí también se puede notar una gran mejora y sin necesidad de llegar a los 2020 megapíxeles, esto es completamente innecesario y no suele aportar mejora alguna a la hora de realizar una toma o grabar vídeos.

 

Interior de un teléfono móvil
Hardware interior de un teléfono móvil

Adaptarse al futuro que está llegando

Este debería ser el paso importante que muchos deberían dar con motivo de la llegada del Metaverso. Es cierto que ahora mismo no se ve que tenga un gran impacto en la vida cotidiana, pero a medio plazo esto no será así. Las nuevas generaciones lo van a utilizar como algo común en sus smartphones (como si fuera WhatsApp), y bien harían en adaptarse los fabricantes desde ya mismo. Algunos lo tienen muy claro, como por ejemplo en Nokia, que creen que los móviles en unos diez años van a ser irreconocibles por este motivo. Y, lo cierto, es que todo apunta a que será así y Mark Zuckerberg no anda muy desencaminado.

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