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Suecia inaugura el Museo del Fracaso en Innovación

Redaccion| 24 de abril de 2017

El 7 de junio abrirá sus puertas en la ciudad sueca de Helsingborg uno de los museos pop-up más curiosos del mundo. El Museo del Fracaso exhibirá artículos que no tuvieron éxito comercial, pero sin los cuáles no habría sido posible avanzar en innovación.

El lema de este museo reza que “el aprendizaje es la única manera de convertir el fracaso en éxito”. El coleccionista Samuel West es consciente de que experimentar y tomar riesgos es fundamental en tecnología, motivo más que suficiente para honrar el proceso creativo con esta particular exposición.

La colección se compone de más de 60 productos y servicios fallidos de todo el mundo. West asegura que el éxito siempre se pone en un pedestal y el fracaso se barre debajo de la alfombra para que nadie hable de él, cuando con toda probabilidad el 90% de las innovaciones acabarán fracasando. Las razones por las que los productos expuestos no han triunfado son múltiples, y van desde un diseño poco atractivo, no ser capaces de satisfacer una demanda real o haber sido rápidamente fagocitados por otros productos más innovadores.

Uno de los gadgets más conocidos es el Nokia N-Gage, que combinaba funciones de teléfono móvil y de consola de videojuegos portátil. El intento de Nokia de desafiar a la Game Boy de Nintendo fue fallido, en gran parte por su extraño diseño. Estuvo a la venta entre 2003 y 2005.

Pero hay mucho más. El Newton MessagePad de Apple se comercializó entre 1993 y 1998. Esta especie de libreta digital fue un producto demasiado adelantado a su tiempo. En este caso no se puede hablar de fracaso, ya que sus sistemas de reconocimiento de escritura y de edición de textos han sido utilizados posteriormente en los dispositivos móviles de la compañía de la manzana.

El último gran batacazo de un producto llamado a ser el dispositivo más innovador de todos los tiempos es el de Google Glass. El gigante tecnológico considera que su gran error fue llamar demasiado la atención sobre la marcha del proyecto. Los expertos, sin embargo, ponen el foco en que el precio era muy elevado y que causaba rechazo entre el público general en términos de seguridad y privacidad.

Además de los dispositivos tecnológicos ya mencionados, y otros como Sony Betamax, la cámara digital de Kodak o el TwitterPeek, la exposición cuenta con artículos de uso cotidiano que no tuvieron la acogida esperada. Las compañías más solventes del mundo también fracasan, y un buen ejemplo es Coca-Cola.

En 1984, la marca pretendió sustituir su producto original por la llamada Coca Cola II o Nueva Coca Cola. Los consumidores no tardaron en exigir a la multinacional la vuelta a la fórmula tradicional. Lo mismo ocurrió con la Coca-Cola BlaK: una mala combinación con sabor a café que se comercializó entre 2006 y 2008.

Un juego de mesa de Donald Trump, el boli Bic para mujeres, el perfume de Harley-Davidson o las cintas de vídeo de Blockbuster (en plena era de Netflix), son otros de los artículos que se pueden encontrar en la exposición.

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