¿Te pasan cosas raras desde que tuviste el covid?
Hay síntomas que no son graves, pero que molestan y a veces hasta obsesionan a muchas de las personas que han pasado por el COVID: la caída del pelo y la pérdida de olfato son dos de las consecuencias del virus que algunos no se quitan de encima. Y luego están las secuelas indirectas: la situación está provocando mayores problemas de insomnio y de reacciones en la piel. En esto último algo tiene que ver el uso de la mascarilla. ¿Algo te está haciendo recordar lo peor de tu adolescencia? Eso es ‘maskné’. Por si te consuela: es lo más común en este 2021.
Cae a mechones. Diagnóstico: efluvio telógeno
Muchas de las personas que han pasado por el virus sufren después una caída de pelo excesiva. Este proceso llamado ‘efluvio telógeno’ se produce habitualmente después de experiencias traumáticas como el parto o como una intervención quirúrgica. Es temporal, pero no deja de producir una sensación inquietante a quienes lo viven. Los laboratorios se han lanzado a ofrecer todo tipo de productos para solventar esta caída reaccional. La solución consiste, básicamente, en compensar con activos que estimulan el crecimiento (como la quinina y la vitamina B). Lo que importa es que estos lleguen al folículo piloso por vía tópica (en ampolla, champús y lociones) o a través de la sangre gracias a la aportación de nutrientes (vitaminas del grupo B, PP y hierro) mediante la ingesta de cápsulas específicas.
Nos gustan: las cápsulas Phytophanére de Phyto. Un cóctel de vitaminas, minerales y extractos de plantas,- Vitaminas B2, B5, B6, B8, C, E, aceite de Borraja y zinc – que van directos a su objetivo: fortalecimiento y crecimiento del cabello. Sus efectos se dejan notar el primer mes de tratamiento. Vienen acompañadas de una buena noticia: ahora puede comprarse el tratamiento para dos meses por el precio de uno. Para fomentarlo puede completarse el tratamiento con el uso del champú fortalecedor de la misma gama.
¿Acné a tu edad? Diagnóstico: maskné
Pues sí, ese es otro de los regalitos del virus pero no para aquellos que lo han padecido sino para todos los que cumplen con el deber cívico y ético de vivir con la mascarilla puesta. Son pocos los que se libran del famoso maskné o el acné provocado por el roce de la mascarilla (también conocido como acné inflamatorio comedogénico). La fricción de la tela produce pequeñas roturas que alteran la microbiota y provocan imperfecciones. Pero además la humedad, el vapor, la exhalación constante de CO2 y el sudor, terminan por provocar la oclusión de las glándulas sebáceas. Para evitarlo es fundamental la limpieza diaria. Pero también ayuda el uso de fórmulas especialmente creadas para este problema con activos hidratantes, refrescantes, calmantes y capaces de luchar contra las bacterias de la zona. Y antioxidantes dirigidos y específicos de alta calidad. Porque no sería bueno utilizar productos astringentes que pudieran generar una sensibilización de la piel u otros problemas mayores.
Nos convence absolutamente: Silymarin CF, de Skinceuticals: un potente sérum antioxidante con Vitamina C, formulado específicamente para pieles grasas. O para aquellas que sin serlo están en proceso acneico. Reduce el exceso de grasa, minimiza los poros, alisa la piel. Y, mientras, aporta antioxidantes que trabajan para minimizar y prevenir las arrugas y los signos de la edad. Pon unas gotas cada mañana sobre la piel limpia. Su textura líquida desaparece inmediatamente. Notarás cómo, poco a poco, mejora el acné mientras la piel del rostro muestra un aspecto rejuvenecido.
Cuando no te lo hueles. Diagnóstico: anosmia
En España, hasta un 88% de los han padecido COVID sufren una pérdida del olfato y el gusto, según estudios de la SEORL-CCC (Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello). “La mayoría recuperan estos sentidos de forma espontánea, pero hay un 20% que no vuelven a su estado anterior con facilidad”, afirma el Dr. Gutiérrez Fonseca. Para ayudar a estas 345.000 personas que han sufrido anosmia y ageusia, existe un kit de entrenamiento creado por los laboratorios de Arkopharma. Se basa en la técnica de estimulación repetida de la vía olfatoria a través de sustancias olorosas. Olfae está compuesto por cuatro aceites esenciales que desprenden los aromas utilizados por los otorrinolaringólogos en sus terapias de recuperación del olfato: floral, frutal, resinoso y especiado Para su diseño se contó con el asesoramiento del citado doctor Raimundo Gutiérrez Fonseca.
Nos gusta mucho: el cofre el que te hemos hablado, Olfae de Arkopharma
Te han robado el sueño. Diagnóstico: estrés.
Uno de cada tres españoles afirma dormir peor debido a la pandemia, según un estudio realizado por la cátedra de Investigación en Sueño de la Universidad de Granada en colaboración con la marca de colchones de Lomonaco. Según este estudio un 36 % duerme peor que antes y, además, hemos cambiado algunos hábitos: la hora de acostarse se ha retrasado entre una y dos horas y la de levantarse que ahora se acerca mucho más a las 10 de la mañana. Y otra curiosidad: los despertares nocturnos se han incrementado. El Dr. Alejandro Guillén Riquelme, coordinador del Laboratorio del Sueño y Promoción de la Salud e investigador de la Cátedra de Investigación en Sueño de la Universidad de Granada-Lomonaco, afirma que “dormir peor influye negativamente, por ejemplo, sobre el estrés, y tiene una repercusión importante en el aumento de trastornos como la ansiedad o la depresión”. Más que nunca, hay que acudir a la ayuda de productos que no generen dependencia y que puedan aportar un plus de salud a nuestro organismo, como la melatonina, la amapola y la valeriana. Pero ojo, que no nos obsesionemos demasiado con este asunto o los psicólogos dirán que padecemos ortosomnia u obsesión por dormir bien. Parece ser que ya es considerado como un nuevo trastorno, muy común y extendido.
Nos gusta: Meladispert Dormir & en forma! porque está formulado para adultos que se despiertan cansados… es decir, para (casi) todos nosotros. Contiene melatonina (1,95 mg), amapola, pasiflora, hierro, vitamina C y otras vitaminas del grupo B.
Foto de portada (c) Luci Gutiérrez para New York Times