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El tren de cremallera de Larrún

Redaccion| 11 de septiembre de 2017

Uno de los viajes en tren más especiales del continente europeo se realiza entre los pueblos de Ascain y Sare, en la frontera hispano-francesa. El tren de cremallera de Larrún o La Rhune asciende hasta la primera cima de la cadena de los Pirineos, ofreciendo unas impresionantes vistas de la región.

La subida al pico de Larrún es una de las visitas imprescindibles para los viajeros que disfruten de sus vacaciones en las localidades turísticas de San Juan de Luz y Hendaya. La ascensión se puede realizar andando, en un trayecto que dura aproximadamente 2h 30, pero la opción más rápida y cómoda es subir a uno de los vagones del tren de cremallera. Desde su construcción en 1924, el acceso a la cima se haya a tan solo 35 minutos.

Hasta alcanzar sus 905 metros de altitud, los viajeros atraviesan una naturaleza salvaje habitada por ovejas Manech, buitres salvajes, y pottokas, característicos poneys vascos que viven en el macizo en total libertad. Ya en la cumbre, los visitantes disfrutan de una vista panorámica de 360º de la costa vasco-francesa, los Pirineos y el valle del Bidasoa.

Este emplazamiento está repleto de historia, al haber sido frecuentado por cazadores neolíticos, y más recientemente por personajes históricos como Winston Churchill o la emperatriz Eugenia de Montijo, mujer de Napoleón III.

Los trenes de cremallera basan su funcionamiento en el acople mecánico con la vía por medio de un tercer riel dentado o cremallera. Los vagones del ‘petit train’ de Larrún son prácticamente los mismos desde que se inaugurara el convoy, con algunas restauraciones, por lo que los pasajeros tendrán la sensación de haber viajado a otra época.

Este trayecto con encanto es ideal para familias. Los viajes se realizan todos los días entre los meses de marzo y noviembre, salvo que las condiciones meteorológicas no sean favorables.

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