El Ayuntamiento de Innisfil cree que ahorrará dinero con la medida y prestará mejor servicio.
Hablar de Uber trae a la mente la guerra abierta que mantiene el sector del taxi con esta aplicación de movilidad. Que Uber sea un servicio alternativo (y complementario) a los taxis introduce competencia donde antes sólo había monopolio. Los taxistas temen perder sus empleos si los usuarios se decantan por Uber. Algunas ciudades, por su parte, buscan tranquilizar al sector del taxi con una medida radical: prohibir las operaciones de Uber. Pero no todas son así.
En Canadá, Innisfil, una ciudad de poco más de 36.000 habitantes situada en Ontario, han llegado a una conclusión sobre Uber que dista mucho del comportamiento de metrópolis americanas y europeas, que idean todo tipo de leyes para frenar lo imparable: Uber les hará ahorrar dinero y prestar un mejor servicio de transporte público a los ciudadanos. Por eso han decidido eliminar algunas líneas de autobús y sustituirlas por viajes subvencionados en coches de Uber.
«Uber surgió como la única compañía con una plataforma que facilitaría el intercambio de viajes y la coincidencia de dos o más pasajeros en viajes por toda la ciudad», explicaron fuentes del Ayuntamiento de Innisfil.
Según cálculos municipales, un autobús les cuesta más de 190.000 euros al año. Dos autobuses, más de 430.000 euros. El Ayuntamiento prevé una inversión en coches de Uber de 70.000 euros en una primera fase y de 88.000 euros en la segunda, lo que supone un mínimo de 32.000 euros de ahorro. El dinero se destinará a subvencionar viajes en vehículos de Uber, de manera que los trayectos cuesten entre 3 y 5 dólares a cada usuario (entre 2 y 3 euros).
Hay que recordar que cada coche de Uber es capaz de sustituir a muchos vehículos, sean taxis o autobuses, debido al propio sistema de la compañía fundada por Travis Kalanick: recoger en ruta a gente que se dirige al mismo destino o a destinos que están situados a lo largo del trayecto, en un sistema inteligente y automatizado que optimiza el uso de cada vehículo. Un estudio del MIT llegó a cifrar en 3.000 el número de coches de Uber necesarios para sustituir a los 13.000 taxis de Nueva York. Una muestra de que la planificación de la movilidad con ayuda de la tecnología puede repercutir directamente en el bolsillo de los ciudadanos. También de forma indirecta si su ayuntamiento puede ahorrar dinero mientras presta un mejor servicio.
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