Los coches autónomos llevan unos años en boca de todos. La tecnología se mejora de manera exponencial y cada vez más entidades (tanto pequeñas startups como gigantes tecnológicos) deciden invertir en lo que parece ser el futuro de la automoción. Pero ahora se ha dado un paso más allá, y es que en Estados Unidos se acaba de proponer una ley que permitirá que estos vehículos circulen por los 50 estados, acelerando potencialmente la llegada de estos vehículos a las calles.
La ley, llamada SELF DRIVE (Safely Ensuring Lives Future Deployment and Research In Vehicle Evolution Act) permite que las firmas de coches se salten ciertos estándares de seguridad que serían irrelevantes en los coches autónomos. Permite, además, vender 25.000 coches al año sin la necesidad de cumplir los estándares de seguridad de los vehículos actuales, límite que podría ser elevado a 100.000 en el curso de 3 años.
Algunos grupos de consumidores se muestran preocupados ante los riesgos potenciales de privar a los vehículos autónomos de ciertas medidas de seguridad. Uno de estos grupos, basado en California, dice que la ley pasada al Senado de EEUU deja «un Salvaje Oeste donde no hay medios de seguridad adecuados para los consumidores».
Si la ley pasa, es muy posible que veamos como las calles de Estados Unidos se llenen de coches autónomos, y desde ahí, el salto al resto del mundo parece inevitable.
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