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El vino que envejece en las profundidades del mar

Redaccion| 4 de mayo de 2017

De ahora en adelante tendremos que olvidar la típica imagen de la cata de vinos con gente trajeada entre barriles y viñedos e intercambiarla por una más original: entre peces y con un neopreno. ¿Habías oído alguna vez hablar de las bodegas submarinas?

La idea de envejecer el vino en las profundidades del mar es relativamente novedosa y surgió al descubrir que las botellas de alcohol encontradas en barcos hundidos habían envejecido de una forma distinta a como lo hacen en tierra. Las mareas, presiones, salinidad, así como la ausencia de luz y de ruido, aportan las condiciones adecuadas para la conservación y envejecimiento del vino. Además, también consiguen intensificar sus aromas y mineralidad, incluso afecta en sus tonos de color, que se acercan al azulado y violáceo.

En España, una de las bodegas submarinas pioneras fue la de Porís de Abona en Tenerife, que comenzó a funcionar en 2015 sumergiendo sus vinos a 18 metros de profundidad. Otras de las más famosas son la Bodega Crusoe Treasure, en la Bahía de Plentzia, en Bizkaia, , la Bodega Vinos Tendal, la cual sumerge sus botellas en La Palma, así como la Bodega Vallobera en la bahía de San Carlos de la Rápita (Tarragona).

Pero la última en poner en práctica este proceso en la Península ha sido al sur de Portugal, en la Bahía de Sines. Un grupo de siete productores de vino, la Asociación de Productores de Vinos de la Costa del Alentejo, puso en práctica la técnica al depositar 700 botellas de vino en el fondo marino, a 17 metros de profundidad. Este vino se trata del primero envejecido en Portugal en el fondo del mar y, tras siete meses de proceso, se pudo comprobar como sus cualidades habían mejorado.

José Mota Capitao, uno de los productores participantes en el proceso, aseguró: «La sorpresa fue muy buena, ya que se comparó con el mismo vino que se estaba envejeciendo en las bodegas y se pudo comprobar que sus cualidades de aroma y sabor habían mejorado muchísimo«. Según el productor, los vinos envejecidos en el fondo marítimo tienen la ventaja de que maduran a una temperatura muy constante, que en caso de la Bahía de Sines ronda los 15 grados.

Para comprobar la evolución del vino en el fondo del mar, los productores probaron cada tres meses si sus aromas estaban en buenas condiciones. La siguiente prueba la hicieron a los nueves meses, con el fin de conocer si el proceso de maduración era favorable. Para su perfecto envejecimiento, las botellas, tanto de tinto como de blanco, fueron selladas con una cera especial y colocadas en forma vertical sobre estructuras metálicas para impedir que fuesen arrastradas por el mar.

Mota explicó que el objetivo de la Asociación es el de establecer una marca diferenciadora para estos caldos «submarinos» bajo el nombre de «Vino de mar». Además, también pretenden institucionalizar un día de fiesta anual dedicada al vino envejecido en el mar en la ciudad de Sines, como reclamo para los «enoturistas».

Y, ¿cómo es el vino envejecido bajo el mar? Según los expertos, son vinos más suaves, redondos, con mayor intensidad cromática y aromática, de sabor intenso y con notas distintivas aportadas por un punto de salinidad y buqué mineral. Ya incluso están surgiendo propuestas para colocar en estas bodegas una especie de campana que se queda seca, donde descorchar y probar los vinos bajo el mar.

 

Patricia Lajara Camacho

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