Skip to main content

Vodafone trocea su firma española y alerta a sus clientes de una posible venta

Pedro Ruiz| 19 de mayo de 2022

Vodafone tiene una pesadilla recurrente llamada España. Y la única forma que parece haber encontrado para escapar de ella es salir del país. Una posibilidad cada vez más real. Así, su consejero delegado, Nick Read, respondió a una pregunta sobre España que uno de los objetivos es el de “simplificar” su cartera de activos. Anteriormente, había reconocido que “sin escala local» no podrían obtener «rendimientos aceptables”. Por su parte, los analistas hablan abiertamente de que esa difícil situación “genera dudas” sobre su permanencia en suelo español. Por último, la cúpula ha reconocido que se trabaja para dividir la filial en distintas áreas, lo que facilitaría su venta.

Aunque no les gusta ese término y han preferido denominarlo: “Aceleración de la transformación de sus operaciones en España”. Una definición que, sin embargo, no esconde los múltiples problemas de su negocio español. Así, Vodafone volvió a presentar una resultados aceptables, pero lastrados por España. En concreto, los ingresos por servicios cayeron un 2%, pese a la mejora de la facturación en algunas áreas como el roaming. Aunque puede ser todavía peor. De hecho, entre enero y marzo, la filial española fue la peor del grupo con un hundimiento de su facturación del 5,1%.

Los malos datos contrastan con los de sus pares. Telefónica logró mantener el tipo en el primer trimestre del año, mientras que Orange cayó 100 puntos básicos menos que Vodafone. Aunque el problema no son los datos en sí, sino tanto la explicación que subyace como las medidas adoptadas de cara al futuro. En primer lugar, la española y la francesa aguantaron mejor en España: mantuvieron un ARPU, ingreso medio por usuario, más sólido. Incluso, la firma que preside José María Álvarez Pallete logró aumentarlo en un 2%. Por su parte, Vodafone hace tiempo que abandonó esa parte alta del mercado.

 

VODAFONE DIVIDIRÁ SU FILIAL ESPAÑOLA EN DOS ÁREAS

El resumen de ese primer efecto que explica porqué Telefónica y Orange lo hicieron mejor no deja en buen lugar a Vodafone. Al fin y al cabo, puede repetirse en los siguientes. Aunque es la segunda parte la más problemática, ya que es la que debe dar respuesta a la primera, y responder a la pregunta: ¿Qué están haciendo las operadoras para sortear esos problemas? La española ha modernizado su gama de productos para ofrecer una mayor flexibilidad a sus clientes. La francesa trabaja en crear una empresa conjunta, joint venture según el argot técnico, con MásMóvil para fortalecer su presencia.

Mientras, Vodafone se ha enfocado en reducir personal: ya ha eliminado a la mitad de la plantilla. Y ahora se va a centrar en dividir su filial en dos partes: el área de redes (NetCos) y la de servicios (ServCos). Una decisión que los analistas llevaban tiempo esperando; de hecho, se ha vuelto una constante en el sector. “Argumentamos que las empresas de telecomunicaciones deberían separarse en NetCos y ServCos. Eso les permitirá dar una mayor transparencia del flujo de efectivo y su valor”, señalaba el Barclays en un reciente informe titulado ¿Estamos valorando bien a las telcos?.

 

Vodafone
Nick Read, director ejecutivo de Vodafone

 

Antes, la conocida consultora McKinsey ya se había mostrado a favor de este tipo de prácticas. En concreto, en un artículo denominado ¿Pueden las empresas de telecomunicaciones crear más valor si se separan? Publicado en enero de 2020. En el documento, se hace referencia a que “la separación estructural está comenzando a atraer un interés creciente de los operadores”. Además puntualizaba que “la idea es que las unidades resultantes se desempeñen mejor al aclarar el enfoque de gestión y mejorar la asignación de capital. La esperanza, también, es que tal movimiento creará una estructura de mercado que requiera menos intervención regulatoria”.

 

¿EL PRIMER PASO PARA SU VENTA?

Pero ese tipo de movimientos también tienen una segunda derivada: facilitar la venta de esas partes. De hecho, la propia Barclays señalaba que “también promueven oportunidades de inversión”. Al fin y al cabo, esa separación “libera un mayor valor para las partes por sí solas”, según McKinsey, lo que es vital para su posterior colocación. Eso mismo, por ejemplo, es lo que está contemplando Vodafone para su segmento de redes. Así, el equipo directivo español contempla la exploración de cambios estructurales en la red fija, que cuenta con más de 10 millones de accesos, entre los que figura la posible venta o la entrada de un socio.

La desinversión, que puede ser parcial o incluso total, se utilizaría para “abordar las presiones financieras y de mercado”, según explica McKinsey. Ambos, de hecho, son dos de los grandes problemas que ven los analistas en Vodafone. Pero hay más movimientos. Y es que la cúpula también quiere hacer cambios en su segmento de servicios tanto de móviles como de empresas, principalmente, dando más importancia a su firma Lowi. En concreto, la operadora quiere elevar su marca de low cost a los negocios de valor, lo que significa incluir nuevos servicios.

Por último, el grupo está esperanzado en que la llegada de los fondos Next Generation sea un impulso. “En España, estamos viendo un gran éxito en el contexto de la asignación de inversiones del Gobierno en herramientas digitales. Se van a invertir más de 3 000 millones de euros en la digitalización de las pymes. Los primeros 500 millones de euros se están distribuyendo ahora. Y realmente estamos superando nuestro peso en términos de participación de mercado. Y esto va a respaldar una aceleración del crecimiento de los ingresos por servicios”, explicó recientemente la directora financiera de Vodafone, Margarita Della Valle.

 

LOS CAMBIOS EN EL ACCIONARIADO DE VODAFONE PRESAGIAN FUTUROS MOVIMIENTOS IMPORTANTES

Pero la realidad es que los fondos europeos no parecen ser la panacea que muchos esperaban. De hecho, si algo se ha puesto de manifiesto en los últimos meses es que su implementación está siendo mucho más lenta de lo esperado. Además, otro ‘problema’ es que la situación de la otra filial que está en el disparadero para ser vendida o colocada, su firma italiana, también se beneficia de la llegada de esos fondos al país transalpino. Además, la escala de Vodafone en Italia, con una cuota de mercado más elevada, la coloca por delante de la española como apuesta futura del grupo.

Aunque, ¿es preciso vender? Los accionistas cada vez parecen más empeñados en que sí. En especial, para el fondo activista Cevian, que lidera Christer Gardell al que se le apoda como ‘el carnicero’, por sus métodos de despiece de las compañías en las que invierte. Y ante que el que las fuentes consultadas certifican que: “Es probable que Cevian ya haya jugado un papel en el impulso acelerado de consolidación de Vodafone en sus mercados europeos clave”. Mientras, Read reconoció ante los analistas no solo que el grupo sigue centrado en «promover» movimientos corporativos, sino que el grupo está manteniendo “conversaciones activas” acerca de ello.

Asimismo, la reciente entrada de Etisalat, la firma de telecomunicaciones emiratí, es otra señal. En especial, porque la compañía apuntó que Vodafone incluía una “clara” oportunidad de obtener valor a través de “plusvalías y dividendos”. Unas declaraciones que abren la puerta a las especulaciones sobre una gran venta que genere una retribución adicional dentro del grupo. Curiosamente, también, el equipo directivo parece estar promoviendo ese movimiento y tanto Cevian como Etisalat parecen respaldarlos. Mientras, España sigue siendo su pesadilla; la pregunta es: ¿Por cuánto tiempo más?

OTROS ARTÍCULOS DE ESTE AUTOR
NOTICIAS RELACIONADAS

Suscríbete ahora

LO MÁS DESTACADO