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Voluntarias del Santander acompañan a víctimas de la violencia de género con el proyecto ‘De mujer a mujer’

Influencers| 19 de febrero de 2020

Devolver la esperanza, la seguridad y la autoestima. Este es el principal objetivo de este programa, que busca reincorporar a estas mujeres al mercado laboral y ofrecerles una segunda oportunidad para rehacer su vida.

La violencia de género continúa siendo una de las lacras más importantes de nuestra sociedad. Las cifras son escalofriantes: desde que se inició en España el registro oficial de víctimas en 2003 hasta hoy, 1.043 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. Solo el año pasado, se registraron 125.936 denuncias, según las últimas estadísticas de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.

“Entre todos debemos seguir trabajando en esta dura lucha. No podemos mirar hacia un lado, es necesario colaborar para tratar de cambiar las cosas”. Con esta frase, Adela Sempere, una de las profesionales de Banco Santander que ha participado como mentora en ‘De mujer a mujer’, anima a otras compañeras a formar parte de esta iniciativa que puede cambiar la vida. La de las voluntarias, que viven una experiencia personal transformadora; y la de las mujeres tuteladas, que recuperan el respeto y la independencia. El testimonio de una de las mujeres beneficiarias refleja el gran valor humano de este programa: “Mi mentora me ha hecho ver cosas que a mí sola me hubiese sido imposible reconocer. Levantar mi autoestima… me ha dado la oportunidad de ver las habilidades que hay dentro de mí. Esta iniciativa me ha permitido escapar de una muerte segura”.

Ahora, Fundación Integra y Banco Santander han puesto en marcha la cuarta edición del programa “De Mujer a Mujer”, en el que quince profesionales de la entidad financiera trabajarán mano a mano durante seis meses con quince mujeres que han sufrido violencia de género para tratar de impulsar, redescubrir y mejorar sus competencias profesionales y principales habilidades. El objetivo es ayudarlas a trazar sus metas a corto y medio plazo, salir de la situación de vulnerabilidad y acceder al mercado laboral. El pasado año, esta iniciativa consiguió la inserción laboral del 80% de las mujeres participantes.

 

Para ello, según explica el banco, realizarán varias sesiones individuales, y participarán en actividades de grupo que incluyen talleres, dinámicas de role play, simulaciones de entrevistas de trabajo, y una visita a la sede del grupo, entre otras. En paralelo al proceso de mentoring, se ha diseñado un itinerario de integración personalizado que incluye asesoramiento, intermediación, seguimiento y formación en la Escuela de Fortalecimiento de Fundación Integra. Todo ello orientado a que consigan un empleo que les permita empezar una nueva vida. Las empleadas voluntarias han recibido, en colaboración con Fundación Humaniza, una jornada de formación para profundizar en la realidad de la violencia de género y en los conceptos y técnicas del mentoring como herramienta de desarrollo personal y laboral.

“Es importante que las mujeres que están pasando por situaciones de este tipo sepan que no están solas, que hay muchas personas y empresas que las apoyamos y queremos empoderarlas; que miren dentro de ellas, porque tienen la fuerza para salir adelante; en el banco estamos trabajando con Fundación Integra para hacer posible que rehagan su vida”, señala Mónica Torres, directora de Cultura y Compromiso de Recursos Humanos del banco. Con el apoyo de empresas como Santander, Fundación Integra ha conseguido más de 13.000 puestos de trabajo para personas en situaciones vulnerables.

El empleo es una herramienta fundamental para que las mujeres que sufren violencia de género recuperen la dignidad, la autonomía y la independencia, además de un escudo protector para que la situación de violencia no se vuelva a producir. Según el estudio “Un empleo contra la violencia”, elaborado por la Fundación Adecco, si bien no existe un perfil sociodemográfico de las víctimas, la precariedad económica es una de las situaciones con las que más se identifican. Este informe basa sus conclusiones en una encuesta realizada a 160 mujeres víctimas de género. Un 61% de las mujeres encuestadas estaba desempleada y, de ellas, más de la mitad se encontraba en paro de larga duración. Además, el 60% cree que de haber tenido un puesto de trabajo en el momento en el que se produjo la situación de violencia todo habría sido diferente y un porcentaje similar asegura que el empleo le ha ayudado a superar la situación de violencia.

 

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