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Xavier Sardá: “Venimos de un polvo y vamos al pulverum reverteris

Influencers| 17 de junio de 2019

En Xavier, periodista “serio” y también el iconoclasta gurú tachado por algunos como inventor de la telebasura por sus Crónicas Marcianas, conviven varios sardás.

Con él toca hablar de la edad y del tiempo porque mientras presenta en TVE la versión actualizada del programa infantil que hacía 30 años atrás, Juego de niños, escribe novelas escabrosas y penetrantes como Adiós, muy buenas cuyo escenario central es un cementerio.

Adiós, muy buenas se llama tu novela. Hay que ser valiente para hablar de un cementerio y sus muertos con tanto humor.

Los cementerios son lugares llenos de vida. Un barrio de nichos es como un muro de Facebook, está lleno de gente como nosotros pero que ha tenido el turno anterior… y no muy anterior, porque los cementerios tal como los conocemos ahora datan de 1830. Es apasionante contar las historias de los que están dentro del cementerio y esas pequeñas narraciones a partir de las que alguien acaba dentro. Es provocador pero a la vez yo creo que es tierno.

Te interesan los personajes viejos, sabios y cachazudos desde que hacías de Señor Casamajor. También tu última novela está llena de viejos… ¿Sientes una especial veneración por los ancianos?

Josep Plá decía una cosa que me encanta: “A los padres solo hay que exigirles una cosa: du-ra-bi-li-dad”… pero en mi caso no fue así, porque la muerte es muy prematura en mi familia. Mi madre muere cuando tengo 7 años, mi padre cuando estoy en la mili y no conocí a ninguno de mis abuelos. Quizá por eso me invento al señor Casamajor, del que la gente decía: “es como el abuelo que desearíamos tener”. Ya de chaval hacía reír a mi padre en casa haciendo la voz de Casamajor.

¿Estás contento del género televisivo que iniciaste, aunque estaba el precedente del Mississippi y Pepe Navarro?

¡Ah! ¿Crónicas? Eso fue una fiesta extraordinaria durante ocho años hasta que dije que ya no podía más, sobre todo por el horario. Teníamos la audiencia, todos los premios posibles, lo teníamos todo…. y algunas críticas malas, que a la gente del equipo les sentaban mal. Y yo les decía “pero tíos, dejad a la gente que opine”. Algunas críticas decían que hacíamos telebasura y yo pienso que las dos horas de cada día ni eran de premio Nobel ni basura, había momentos de todo durante ocho años, como es de sentido común.

 

“Mi secreto en la radio y la tele ha sido que nunca me fío de mí”

 

A estas alturas de tu vida profesional y personal, ¿te ves como ese filósofo de tu novela que asegura que la felicidad no está en querer más cosas sino en disfrutar con menos?

Pasan los años y, mientras no haya achaques, vivimos en la simulación de que uno es el mismo de siempre. Yo sigo siendo hiperactivo, apasionado, me preocupa hacer las cosas bien… Creo que mi secreto para hacer algo en el mundo de la radio y de la tele ha sido que nunca me fío de mí, y hay que vigilar siempre para estar a la altura en el trabajo. Se podría pensar que a mis 60 tacos lo tengo todo hecho, pero no. Lo mejor está por hacer mañana. Por ejemplo, ser tertuliano ahora es un ejercicio de humidad interesante. Es solo una píldora, pero me planteo a ver qué digo que no sea corto ni largo, ni en serio ni en broma, ni pretencioso.

Un personaje tuyo dicta una alegoría de la vida que impresiona, como un tránsito “de lo obsceno a lo macabro”.

Venimos de un polvo y vamos al pulverum reverteris. Puede ser una buena forma de definir con muy pocas palabras toda nuestra existencia, de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Somos la única especie que es consciente de que se va a morir. Pretendemos compatibilizar esto con la razón, y en realidad es imposible. A mí me gustaría que el ser humano volviese en una etapa superior y que, lo mismo que los dedos de los pies han evolucionado, nos olvidásemos de que vamos a morir. Veo a los perros y envidio cómo duermen al sol tan tranquilos porque ignoran que van a fenecer. Habría que arreglar esto…

Dilucidamos con Xavier sobre lo humano y lo divino, la televisión como un electrodoméstico y su particular visión existencialista. Si quieres leer la entrevista completa, no te puedes perder el número de mayo-junio 2019 de la revista Influencers.

 

Por Juan Carlos de Laiglesia

Fotos: Ricardo Rubio

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