La importancia de cuidar los detalles cuando emprendes un negocio
Emprender no es fácil. Y sino que se lo digan a las grandes empresas. En muchas ocasiones nos fijamos en ellas y nos parece imposible llegar hasta donde están. El éxito está compuesto de muchas pequeñas cosas que, junto con la suerte, hacen que llegues hasta donde el público desee. Desde los pequeños detalles hasta las grandes estrategias de marketing son importantes para caminar hacia el éxito. Además, en los negocios pequeños todavía se aprecian más estas acciones que marcan la diferencia, como encargar etiquetas para imprimir que representen tus valores de marca. Si eres de los que le gusta cuidar a sus clientes y prestar atención a todos los detalles, quédate leyendo un poquito más que te lo contamos todo.
Los clientes no solo compran productos o servicios, compran valores
Uno de los grande errores de las empresas pequeñas, medianas y grandes es poner atención única y exclusivamente en el producto o servicio que venden. Invierten tiempo, dinero y demás recursos en perfilar esa idea, en hacer que ese producto sea diferente a todo lo que hay en el mercado. Es posible que lo lancen y, con un poco de suerte, consiga conquistar a algunos. Pero para muchos otros pasará desapercibido porque no sienten absolutamente nada con él. Y es que para vender hay que emocionar. Si no emocionas, no vendes. Y un cliente que se siente cuidado, probablemente repita porque lo que siente contigo no lo siente con nadie más. En el caso de la venta de productos, el packaging es sumamente importante. Es, digamos, la primera impresión de cuando conocemos a alguien. ¿Hay que fiarse de las primeras impresiones? Probablemente sí, o no. Pero lo que está claro es que cuentan y mucho. ¿Cuántas veces has recibido un paquete y has amado lo que había dentro sin ni siquiera abrirlo? El embalaje estaba tan cuidado que ya casi daba igual el contenido. Este momento es clave para conseguir fidelizar a un cliente, por supuesto si lo que hay dentro del paquete cumple con sus expectativas.
Una imagen vale más que mil palabras
Al hilo de las primeras impresiones hay que tener claro que la mayor parte del público compra el libro por su portada. No vamos a entrar a juzgar si es acertado o no, lo que sí sabemos es que es importante, y mucho. Cuidar la imagen personal y todo aquello que queremos transmitir a nuestros clientes es determinante a la hora de iniciar un proceso de venta.
Para empezar, tu identidad corporativa debe estar bien desarrollada, donde exista una coherencia con los valores, la personalidad y la misión de tu negocio. Aquí entran en juego la tipografía o los colores. En esta línea, trata de transmitir tu esencia en cada lanzamiento, y para ello puede ser muy útil imprimir catálogo de tus productos o servicios. De esta forma, tus clientes más allegados e incluso aquellos que te acaban de conocer tendrán en sus manos todo aquello que puedes ofrecerles, si necesidad de buscar en internet ni consultar en otras fuentes. Muy visual y fácil de consultar. Eso sí, intenta condensar la información más importante y la que más te represente.
En definitiva, cuidar los detalles cuando emprendes un negocio es absolutamente necesario si quieres hacerte un hueco en este mercado literalmente abarrotado de oferta y demanda. Diferenciarse del resto pasa también por cuidar a los clientes tanto como te gusta que te cuiden a ti.