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La solución para el cambio climático está en los cultivos.

Redaccion| 5 de diciembre de 2017

Las plantas necesitan muy poco para sobrevivir y una de esas cosas es CO2. La doctora Joanne Chory dedica su carrera a las plantas, y su trabajo permite implementar grandes cambios en estas. Durante décadas, su laboratorio ha estado estudiando como las plantas se adaptan al medio y qué genes controlan esta adaptación.

Toda la información recogida en los últimos años servirán ahora para una investigación prometedora. El objetivo es crear variedades de plantas capaces de absorber cantidades significativas de CO2 de la atmósfera, lo que, a largo plazo, reduciría los efectos del cambio climático por calentamiento global. Esta investigación ha otorgado a Joanne Chory el premio Breaktrough.

El trabajo se centra alrededor de la suberina, que es una parte importante del corcho. La suberina tiene muchas aplicaciones especiales que permiten que sea capaz de almacenar el dióxido de carbono atmosférico. La suberina está principalmente compuesta de carbono y no es biodegradable, por lo que puede permanecer intacta durante miles años. La suberina se encuentra principalmente en los alcornoques, pero también se puede encontrar en pequeñas cantidades en las raíces de multitud de plantas. Usando técnicas de hibridación, Chory ha conseguido cultivar plantas que producen mucha más suberina. Actualmente, el laboratorio de la científica, está intentando incrementar los niveles de suberina en plantas como el garbanzo y otras aptas para la agricultura a gran escala.

«Creo que podemos hacer que una planta genere 20 veces más suberina de lo habitual» dice Joanne Chory. Ese exceso de este compuesto es muy efectivo a la hora de deshacerse del CO2, sobre todo porque no es biodegrdable. Un aumento de plantaciones con un exceso de suberina en sus raíces, permitirían almacenar el dióxido de carbono bajo tierra durante miles de años, donde es mucho más inofensivo que en la atmósfera.

Si se incorporan estas plantas a los cultivos actuales, el CO2 generado por el hombre sufriría un drástico descenso. Según el equipo de Chory, si el 5% de los cultivos mundiales emplease estas plantas ricas en suberina, el 50% del dióxido de carbono emitido sería historia. Aunque no es una solución perfecta, hasta el momento se perfila como la más económica y efectiva para salvar el mundo del cambio climático derivado del calentamiento global. La propia Chory dice que estas plantas con exceso de suberina probablemente produzcan menos comida, pero tratándose únicamente del 5%, parece una apuesta que merece la pena.

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