Hay suficiente energía eólica sobre los océanos para abastecer a todo el planeta.
Un estudio de la universidad de Stanford liderado por Anna Possnera y Ken Caldeira llega a la conclusión de que la energía eólica sobre los mares es suficiente para cubrir las necesidades energéticas del planeta. Pero tratar de obtenerla toda sería una mala idea, advierten.
Actualmente, la mayoría de las granjas eólicas se encuentran en tierra firme, donde por supuesto, también hay un gran potencial eólico. Pero la tierra firme no es rival para el mar en este aspecto, ya que la inexistencia de obstáculos, naturales o artificiales, hace que el viente no se «diluya» contra rascacielos y montañas. De media, la velocidad del viento sobre el mar es un 70% mayor que sobre las masas continentales, y por lo tanto, esta localización se presenta como el terreno perfecto para tratar de sacar el máximo partido al viento.
«Incluso en la relativa calma del verano, la energía potencial del viento sobre el Atlántico norte sería suficiente para abastecer a toda Europa. Si tomamos como medida todo el año, los vientos del Atlántico norte podrían otorgar electricidad a todo el planeta» dice el estudio.
El problema es que aprovechar todo ese viento requeriría muchas turbinas eólicas. Tantas, que la humanidad estaría creando los mismos impedimentos que debilitan la energía eólica en tierra. De hecho, el enorme número de generadores eólicos podría hacer que el viento no enfriase los polos lo suficiente, derritiendo el hielo y haciendo crecer el nivel del mar. Es decir, creando el mismo problema que las energías renovables quieren evitar.
Pero esto sería un caso extremo y poco realista. A pesar de que no se pueda llenar el Atlántico de molinos de viento, sí que se puede aprovechar la ventaja eólica que ofrece el mar sobre la tierra. Y se está haciendo. En Estados Unidos se abrió en 2016 la primera planta eólica marina del país, que se puede ver en el vídeo de abajo.