El legado de Tony Buzan, inventor del los mapas mentales
Influencers tuvo la oportunidad de conversar con él en la presentación española de su último trabajo. El psicólogo británico Anthony Peter (Tony) Buzan falleció el pasado sábado 13 de abril de 2019, dejando un legado incalculable para la inteligencia humana: su invento de los «mapas mentales», una poderosa herramienta que ayuda a procesar la información y elaborar cualquier plan de acción. El reto de sus últimos años fue mejorar la memoria humana para hacer frente al avance de la Inteligencia Artificial.
Su manual, publicado hace menos de un mes, ha merecido opiniones como la de Dominic O’Brien, ganador del Campeonato Mundial de Memoria, que «recomendaría el libro de Tony a cualquiera que quiera mejorar su forma de pensar».
Su sistema se ha mostrado efectivo tanto para mejorar la memoria como para planificar una estrategia empresarial. Conferenciante y consultor de empresas internacionales, gobiernos, educadores y atletas olímpicos, Buzan publicó sus trabajos en más de cien países. Estas fueron nuestras preguntas y sus respuestas, que cobran un sentido especial en estos días para sus miles de seguidores y todos los pensadores del planeta.
¿En qué apoya sus teorías?
Estudiando la estructura del cerebro descubrí lo que buscaba. Poseemos un mínimo de cien mil millones de neuronas, cada una de las cuales contribuye a nuestro pensamiento, y me resultó apasionante que cada una de estas neuronas posea tentáculos que irradian del centro de la célula como ramas de un árbol. Entonces, me di cuenta de que podía emplear este modelo como un diagrama para crear una herramienta de pensamiento fundamental.
Su descubrimiento se aplica para fomentar la creatividad y fortalecer la memoria, pero… ¿Qué es un «mapa mental»?
En su forma más simple, un mapa mental es un intrincado diagrama que refleja la estructura de una neurona con ramas que se expanden desde su centro y que evoluciona a través de patrones de asociación. Los mapas mentales han demostrado ser una forma eficiente de alimentar nuestros hambrientos intelectos. Se han desarrollado de manera exponencial y, como explico en esta Guía definitiva para aprender a utilizar la herramienta de pensamiento más efectiva jamás inventada, contribuyen también a combatir la demencia.
¿Cuál es el futuro de su método?
Se impone contrarrestar la Inteligencia Artificial con herramientas humanas. En 1950, el escritor de ciencia ficción estadounidense Isaac Asimov, publicó una clarividente colección de historias cortas llamada Yo, Robot, que recogía las tres leyes de la robótica:
- Ningún robot causará daño a un ser humano o permitirá, con su inacción, que un ser humano resulte dañado.
- Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto cuando estas órdenes entren en contradicción con la primera ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia, siempre y cuando esta protección no entre en contradicción con la primera y la segunda.
Actualmente hay quien cree que ya hemos llegado a un punto en el que necesitamos empezar a establecer ciertas «leyes robóticas», una especie de Diez Mandamientos de la Inteligencia Artificial, si se quiere.
El miedo a un futuro dominado por los robots, ¿no suena exclusivamente a ciencia ficción?
Esos miedos pueden parecer justificados. Le pongo un ejemplo. En junio de 2017, Ahmed Elgammal, Bingchen Liu, Mohamed Elhoseiny y Marina Mazzone -investigadores del Laboratorio de Arte e Inteligencia Artificial de la Universidad Rutgers- publicaron un experimento de su equipo: Habían desarrollado un sistema computacional nuevo que generaba obras de arte totalmente novedosas. Esas piezas después se exhibieron en Art Basel 2016 y muchas personas las prefirieron a otras obras de arte producidas por humanos que también se exponían en aquella la Feria de Arte.
¿No es revelador del potencial de una Inteligencia Artificial que no esté sometida a ciertas leyes?
Texto: J.C de L.